Craneo Fetal
Enviado por tamara123456 • 12 de Noviembre de 2013 • 458 Palabras (2 Páginas) • 324 Visitas
Había una vez un hombre que calumnió enormemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:
-."Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?",
El sabio le respondió:
-."Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo:
-."Ya he terminado".
Entonces el hombre sabio contestó:
-."Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver, el hombre sabio le dijo:
-."Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".
"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón".
LAS PLUMAS
Había una vez un hombre que calumnió gravemente a un amigo suyo por la envidia al ver el éxito que éste había alcanzado. Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo: -Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?, a lo que el hombre respondió: Toma un saco lleno de plumas y suelta una a una donde vayas.
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado por toda la ciudad. Volvió donde el sabio y le dijo: -Ya he terminado, a lo que el sabio contestó: -Esa es la parte más fácil.
Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas. El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna. Al volver, el hombre sabio le dijo: -Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste y todas las calumnias que inventaste, volaron de boca en boca y ya no lo puedes reparar. Ve y pídele perdón a tu amigo, y la próxima vez recuerda que es mejor no desparramar las plumas, porque ya nunca se podrán volver a juntar.
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