Crisis económica: Fábrica de NiNis

Crisis económica: Fábrica de NiNis

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Desde los tempranos comienzos de nuestra infancia nos vemos envueltos en el proceso de la educación básica. Al principio nuestra madre nos viste, nos peina con destreza con ayuda del indispensable gel, con cariño nos prepara un lonche y nos transportaría a la escuela donde finalmente nos dejaría ahí por unas horas. Con el paso de los años algunas de estas tareas serían delegadas a nuestra persona, y así continuaríamos por aproximadamente 14 años hasta finalizar el programa que forma parte de la educación básica, y la educación en casi su totalidad con algunos años más de una carrera universitaria todo para al final toparse con la siguiente premisa: Es probable que todos aquellos años de estudio no te garanticen un empleo, y mucho menos uno seguro.

México, con una población de 38. 9 millones de jóvenes hasta el 2014; según datos de Encuesta Nacional Demográfica de INEGI, presenta una tasa de desempleo del 9.4% en jóvenes dentro del rango de edad de a 15 a 29 años, mientras que la cifra general en el país es del 4.1% ubicando a México en el cuarto lugar mundial de desempleo.

La situación en otros países de américa latina no arroja datos más esperanzadores, la tasa de desempleo juvenil alcanzó el 14.9%; una de las más altas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a la par con Argentina donde las cifras arrojan a un 18.9 %. Por consecuencia esto genera una enorme población de NiNis, como son etiquetados aquellos jóvenes que Ni estudian, Ni trabajan.

Para muchas personas el estereotipo acerca de este sector de la población es el del joven que aún vive en casa de sus padres viviendo cada uno de sus días eternamente recostado en el sofá, y que además de no estudiar, no trabaja, por decisión propia. Y aunque bien, las características de este estereotipo no están muy alejadas de la realidad no hay una propia decisión, simplemente no hay opción.

¿De dónde proviene el término NiNi?

Remontándonos al año de 1999 en Inglaterra, año en donde se publicaría el informe “Bridging the gap: new opportunities for 16-18 years old not in education, employment or training” (En español: “Cerrando la brecha: Nuevas oportunidades para jóvenes entre 16-18 que no estudian ni trabajan ni reciben formación”) es ahí donde por primera vez se introduciría el acrónimo NEET de la expresión: not employment, education or training para referirse a aquellos jóvenes que en el año de 1999.

Posteriormente el termino se adaptaría a otros países y llegaría a Latinoamérica como NiNi, pero, ¿Qué es lo que causa esta ola creciente de jóvenes NiNis?

La exclusión como un factor importante en el desempleo

Primeramente, enfoquémonos en una de las raíces del problema: La educación. La tasa de analfabetismo en México pasó de un 25.8% en la década de los 70 a un 6.9% en el 2010. A primera vista esto pareciera ser un buen resultado, aunque si analizamos profundamente descubriremos un hecho preocupante, ese 6.9% es propenso a la exclusión, además de que ese porcentaje es representado por los sectores más vulnerables del país tales como los de las mujeres, los desfavorecidos económicamente y los indígenas.

La colección de estudios de Cáritas España “Jóvenes y empleo: “El reto de la integración laboral” señala algo interesante respecto a esto: La exclusión laboral (desempleo) no es sinónimo de exclusión social, sino que ambas situaciones se encuentran fuertemente relacionadas reforzando la una a la otra (el desempleo favorece la caída a una situación de exclusión social, pero también este último ha hecho incrementar el riesgo de estar desempleado”.

Incremento de matrículas universitarias

Dentro del sector educativo el incremento de las matrículas universitarias ha sido un gran factor para el desempleo, pero esta vez con el peso del endeudamiento.

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