Crisis financiera Venezuela
Enviado por dayana_f1995 • 4 de Marzo de 2016 • Informe • 5.863 Palabras (24 Páginas) • 399 Visitas
Mientras, en Venezuela… Luego de la creación del Fonden, en 2005, el Gobierno venezolano intensificó la emisión de las llamadas Notas Estructuradas (NE). Las NE son instrumentos financieros que se emiten con respaldo en bonos y constituyen una fuente de liquidez inmediata con apoyo en un instrumento de mediano o largo plazo. En Venezuela, se emitieron NE denominadas en dólares y se respaldaron algunas de ellas con unos bonos chatarra que el Fonden adquirió de deuda pública de Argentina y Ecuador, dentro de la llamada petro-diplomacia que practica el Gobierno de Chávez. Luego estas NE se adjudicaron a dedo en la banca nacional. En resumen: La falta de transparencia en la colocación de estas NE, la ausencia total de supervisión oficial y la mala calidad de los instrumentos que las respaldaban terminaron por convertir una política que en principio lucía atractiva para la banca, en un negocio que implicó pérdidas sustanciales.
Para la banca las NE lucían atractivas porque podía adquirirlas mediante pago en bolívares para venderlas luego en dólares en los mercados internacionales y así obtener ganancias que provenían del diferencial cambiario. Al Gobierno le convenía porque, además de evitar las pérdidas que estos bonos podían ocasionar al Fonden, recogía liquidez de la economía venezolana y aumentaba indirectamente la oferta de dólares en el mercado paralelo y lograba así que el tipo de cambio bajara en ese mercado. Hay que considerar además, que los bancos tratan de esmerarse en mantener las mejores relaciones posibles con el Gobierno porque el presidente Hugo Chávez, en su discurso, continuamente los ha amenazado con estatizaciones Se estima que el Gobierno venezolano adquirió alrededor de $6,0 millardos de bonos que luego convirtió a Notas Estructuradas. La adjudicación de las NE estaba limitada por la disposición legal que impide que los bancos venezolanos mantenga más de 30% del patrimonio en divisas. Sin embargo, algunos bancos, para evadir este límite, solicitaron a bancos extranjeros la emisión de otras notas estructuradas denominadas en bolívares que garantizaban con dólares que provenían de la venta de las NE del Fonden. También en muchos casos, las NE estaban siendo utilizadas por la banca venezolana como garantía para otras inversiones y para la obtención de créditos. Para sorpresa de la banca del país, el pasado mes de mayo, el Ministerio de Finanzas emitió una resolución que ordenaba a los bancos a vender esas notas antes del 17 de agosto, con la mala suerte que la fecha tope fue precisamente cuando los bonos que respaldan a las notas habían caído de precio. Caída que además de ser consecuencia indirecta de la pérdida de valor de los instrumentos financieros como consecuencia de la crisis, fue favorecida por las declaraciones del presidente del Ecuador, Rafael Correa, cuando afirmó que posiblemente no reconocería la deuda externa de su país. Eso significaba que la banca debería deshacerse de las NE a un precio mucho menor al de su adquisición. La situación se tornó crítica para la banca. Sin embargo, la mayoría de los bancos, especialmente los más grandes pudieron desincorporar las notas dentro del plazo establecido. Pero otros solicitaron una prórroga que les fue concedida por las autoridades y que venció en septiembre. Aún así, lo único que trascendió a los medios de comunicación fue que en octubre el Banco Confederado tuvo que negociar una prórroga adicional para deshacerse de sus notas. Pero en realidad no hay un informe oficial que demuestre lo que realmente sucedió con esas NE. En todo caso, lo que parecía un negocio redondo para la banca, se transformó luego en una carga. Lo peor es que ello ocurre justo cuando apenas comienzan a sentirse los efectos de la crisis financiera internacional sobre la economía venezolana
Los efectos de la crisis aún están por llegar Sin duda alguna la crisis afectará negativamente a la economía venezolana. La recesión en Estados Unidos y Europa significará una menor demanda de crudo y, en consecuencia, menores ingresos para Venezuela, tanto por el efecto volumen, como por el efecto precio. De hecho, los precios del barril venezolano comenzaron a bajar en julio después de traspasar los $135/bbl. A la fecha de redacción de este artículo, el precio del barril venezolano estaba por debajo de los $40/bbl. Venezuela ya no contará con el motor del gasto público para estimular el crecimiento económico, y esto comienza a reflejarse en los resultados operativos del sistema financiero. Según el informe de Francisco J. Faraco R. y Asociados, al finalizar el tercer trimestre de 2008, se observó que la participación que tiene la captación de depósitos oficiales disminuyó por primera vez desde 2004, al bajar de 14,73% a finales de junio, a un 13,62% para finales de septiembre. El informe también señala que la contracción en el ritmo de inyección de liquidez monetaria, que en lo que va de año, apenas ha crecido en 8%; mucho menor que el 19% registrado durante el mismo período de 2007. Por su parte, el aumento de las tasas de interés (las activas han pasado de un promedio de 17% anual en 2007, a 23% en lo que va de 2008) se combinan ahora con tasas de inflación cada vez mayores, y con un ritmo de crecimiento cada vez menor, frenando el ritmo de incremento del crédito. En efecto, la cartera real de créditos del sistema bancario venezolano apenas ha crecido en 4% durante este
año, en tanto que durante el mismo período de 2007 creció en 32%. Otra tendencia importante que ha venido acentuándose, se- ñalada por el informe de Faraco y Asociados, es la del aumento de la cartera de créditos morosos o inseguros. Los bancos que tienen una mayor proporción problemática dentro de su cartera de créditos son todos entes del Estado venezolano: el Instituto Municipal de Crédito Popular (35,28%), el Banco Industrial de Venezuela (14,86%) y Bancoex (13,68%). El informe señala 12 instituciones financieras que poseen enormes debilidades patrimoniales: Banpro, Central, Bancoro, Canarias, Bancamiga, Bancrecer, Stanford Bank, Mi banco, Inverunión, Confederado, Activo y el Industrial de Venezuela. Los efectos de la crisis internacional aún no se evidencian del todo en Venezuela. A medida que los ingresos del Gobierno caigan y se desacelere el ritmo de crecimiento de la economía venezolana, los desequilibrios macroeconómicos se acentuarán y se hará más difícil para el sistema bancario elevar sus captaciones. La buena noticia es que los bancos grandes que representan más de la mitad del mercado están todos a salvo. Los más afectados serán aquellos bancos que mantienen actualmente una estructura patrimonial débil y que a la vez dependen excesivamente de los depósitos oficiales, tal como el Instituto de Crédito Municipal y el Banco Industrial de Venezuela. La crisis financiera internacional revela una interesante paradoja. En otras latitudes las instituciones financieras se debilitan y requieren ayuda de los gobiernos, que han sido criticados por no supervisar suficientemente sus instituciones. Aquí, en Venezuela, son las políticas del propio Gobierno las que están debilitando al sistema financiero nacional, y no hay ente supervisor que frene el despilfarro de recursos que realizan los bancos estatales, mientras que los bancos eficientes y bien organizados están siendo constantemente amenazados por el propio Presidente de la República. En ambos casos, es el ciudadano común que depende del crédito para progresar en la vida el que termina siendo el más perjudicado. Silvana Pezzella A
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