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Criton


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2013  •  Informe  •  526 Palabras (3 Páginas)  •  244 Visitas

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Sócrates, estando en prisión, espera la ejecución de su sentencia, cuando recibe la visita de Criton, su mejor amigo, quien lo instiga a evadirse.

Critón, le pide a Sócrates que le hago caso ahora y se salve, por que a más de perder un amigo, mucho que no lo conocen bien, ni a Critón ni a Platón, creerán que habiendo podido salvarlo, no quiso desenvolver dinero, no quiso ayudarlo.

Critón teme de la opinión general, de lo que dirán si no intenta salvar a su amigo. El teme ahora, que es preciso cuidarse de la opinión de la gente, dado que las actuales circunstancias muestran por si como la gente puede hacer, no ya males pequeños, sino los mayores males, si alguien ha sido calumniado ante ella.

Sócrates le responde que no debe temer al vulgo, pues quienes obran al azar, no pueden obra la prudencia o la imprudencia (liga al conocimiento con la virtud: la rectitud de los actos derivan de la idea del bien). Solo hay que atender las opiniones del entendido en la materia. No obecederlas implica perjuicios.

Critón le dice a Sócrates, que no este preocupado por el ni por los otros amigos, temiendo que si huye de prisión, los sicofantes los acosen por haberlo sacado en secreto, y por esa causa, tener que entregar todo su fortuna, o sufrir todavía alguna otra pena.

Critón insiste con que debe escapar de la prisión y así salvar su vida.

El argumento por el cual Sócrates, responde a Critón porque debe atenerse a la condena que le impusiera la ciudad de Atenas, radica en el hecho de que lo justo, lo pactado, debe cumplirse inexorablemente. Durante toda su vida, Sócrates vivió sujeto a las leyes de Atenas, a las que consideraba justas y con las que se comprometió, prefiriéndolas por sobre las demás y sintiéndose orgulloso de su ciudadanía, como todo ateniense. Si se fugara, estaría conculcando los compromisos contraídos con ellas, con las cuales no se comprometió forzado, ni urgido a tomar una decisión en poco tiempo, sino en 70 años. No es justo, pues, que por las circunstancias actuales se deba incumplir la ley. El hombre de bien nunca debe obrar voluntariamente el mal, ni burlar lo convenido justamente.

Para Sócrates, lo que más importa no es vivir, sino vivir bien; que el vivir bien sea lo mismo que el vivir noblemente y el vivir justamente.

Si para Sócrates, el tener que salvar su vida, implicaría tener que pagar un alto precio, es decir “su propio destierro”, esto conllevaría que no podría continuar, en ningún caso filosofando (es decir; que para predicar hay que predicar con el ejemplo).

Para el griego, las leyes son lo justo, de carácter general (válida para todos sin excepción) y casi sagradas. Si son respetadas, otorgan el carácter de ciudadano ateniense (la patria es aquello a lo que nos resulta valioso pertenecer).

Si las leyes se acomodaran a las necesidades de los particulares, no servirían, dejarían

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