Cuadro: "Fray Bartolomé de las Casas" por Félix Parra
Enviado por Arslonga • 13 de Febrero de 2018 • Síntesis • 601 Palabras (3 Páginas) • 1.006 Visitas
“Fray Bartolomé de las Casas”, pintado por Félix Parra
Elia Castellanos
Félix Parra nació en 1845 y murió en la Ciudad de México en 1919. Fue un pintor académico que estudió en la Academia de San Carlos. Trató temas de historia mexicana, y por lo mismo, en esta época nacionalista del país, fue muy apreciado. A partir de 1892 hasta su muerte dio clases en la Academia.
[pic 1]
En el centro del cuadro “Fray Bartolomé de las Casas”, pintado por Félix Parra, podemos apreciar un hombre de blanco con túnica negra que mantiene los brazos cruzados sobre su pecho y que empuña una cruz. A sus espaldas se aprecia una construcción de piedra, constituida por un vano, un busto igualmente de piedra, una columna rota, una escalinata y una vasija; el conjunto muestra un adorno a grecas, aunque justo la pared derecha se encuentra en ruinas. En la parte inferior, una mujer que lleva un manto en la cabeza abraza las piernas de este hombre, porta un chal negro y una falda a rayas, se encuentra descalza. En el lado derecho inferior del cuadro, observamos también un hombre tendido en el piso portando únicamente un taparrabo, un collar y un tocado en la cabeza. Los colores utilizados son, principalmente, ocres y tierras, destacando la figura central que es la más clara.
El personaje al centro del cuadro es Bartolomé de las Casas, monje dominico quien llegó a la Nueva España en 1502, esto es, 10 años después de la llegada de Cristóbal Colón a nuevas tierras, ordenándose sacerdote en 1512. Fue célebre por defender los derechos humanos de los indios. Esta figura se destaca tanto por su vestimenta blanca, por encontrarse en el medio del cuadro, y porque existe un vano negro detrás de él. Entorna los ojos al cielo y muestra las manos crispadas, como pidiendo al Cielo misericordia, mostrándose francamente trastornado por la masacre que, seguramente, los conquistadores perpetuaron en ese lugar.
La mujer arrodillada se aferra a las piernas de fray Bartolomé, como pidiendo protección y consuelo, y ciertamente, él busca brindarle un tipo de ayuda levantando sus súplicas a Dios. A su lado, se encuentra otro indígena, un hombre muerto, evidente por la sangre sobre la que está recostado. Estos dos se encuentran en la parte inferior del cuadro, más cercanos a la tierra, a diferencia del fraile que se encuentra de pie.
El lugar, destruido y revuelto, muestra otros elementos que dan testimonio de lo ocurrido: una escultura de piedra con adornos que le han sido arrancados, una columna rota, y un sahumerio en el piso. Todo esto, a su vez, implica el derrocamiento de una religión, por eso es que del mismo lado del cuadro se encuentran tanto el ídolo como la mujer que aún está viva, dando a entender que, ante los dioses que no han sabido protegerla, ella haya amparo en la nueva religión que el fraile le ofrece. Por lo mismo, el cadáver de aquel que ha peleado por su integridad y sus convicciones, muestra su brazo inerte dirigiéndose hacia ella.
...