Cuento del escudo

                                                    ESCUDO NACIONAL

La gente cuenta que hace mucho, pero mucho tiempo en un pueblito llamado Aztlán, lo que hoy es Tenochtitlán, vivía un sacerdote llamado Miguel. El un día se encontraba dormido en una pequeña choza, tuvo un sueño un tanto raro que hizo que se despertará muy  inquieto y preocupado porque no sabía cómo interpretarlo. Al salir el sol decidió ir a  caminar por las áreas verdes, donde se encontró   a Andrea y con quien se puso a platicar. Le comentó que había soñado con Huitzilopochtli, quien era el Dios de la guerra, le dijo que le tenía una misión pero que no había entendido cuál era, no sabía si era provocar una guerra o enfrentar a alguien, que esperaría al anochecer para ver si le decía otra cosa en el sueño.

 Al día siguiente, volvieron a encontrarse y entre los dos descifraron que la misión era encontrar un lugar donde debían establecer una ciudad, estaban confundidos porque no sabían hacia donde ir y con quienes debían partir. Por la noche tuvo otro sueño el sacerdote Miguel y obtuvo como respuesta que debían buscar un lago donde haya un águila devorando una serpiente y que él los iba a guiar, que tuvieran los ojos bien abiertos para que lograran distinguirlo.

Al otro día, Don Miguel y Andrea caminaban por las calles y se encontraron a Juan, a quien le comentaron lo sucedido de los sueños y se ofreció a ayudarlos, mientras platicaban volaba encima de ellos un bello colibrí y era tanto la insistencia de éste que determinaron que era Huitzilopochtli. Y ante esto se sorprendieron e inmediatamente convocaron al pueblo y le explicaron que estaban siendo invitados a una misión importante, que debían buscar un lugar para establecer una ciudad, que quizá caminarían poco o mucho que no lo sabían, que todo estaba a decisión del Dios de la guerra.

Después de un día, hombres y mujeres se unieron a Don Miguel, a Juan y a Andrea en su caminar. Pasaron largos años, en su caminar se encontraron con bestias salvajes, alimañas y otras cosas que no les permitían encontrar el lugar indicado,  varias mujeres estaban cansadas y  pedían a Don Miguel descansar pero él les dijo que no porque no sabía que tan largo podría seguir siendo el camino. Continuaron pasando los años y no encontraban el lugar indicado, seguían luchando contra pueblos y animales pero no lograban llegar. Hasta que una noche les gano el cansancio y se quedaron dormidos.

 Al amanecer, Don Miguel despertó con otro semblante y vio volar muy de cerca al colibrí, comenzó a gritarle a Andrea y a Juan, quien pregunto hasta cuando llegarían al lugar, en eso notaron que detrás de ellos estaba el lago que tanto buscaban y en él se veía el nopal, donde se paró un águila devorando una serpiente, ante esto se alegraron ellos y todo el pueblo, quienes decidieron llamar a esa ciudad Tenochtitlán. Y se dice que a partir de este suceso fue como se eligió esta imagen para  el Escudo Nacional de México.  

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