Cultura y su importancia
Enviado por geraaaaaal02 • 27 de Julio de 2020 • Ensayo • 4.189 Palabras (17 Páginas) • 240 Visitas
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[pic 1] República Bolivariana de Venezuela
Universidad Yacambú
Vicerrectorado Académico
Facultad de Humanidades
Licenciatura en Psicología
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Con el pasar del tiempo los seres vivos han ido evolucionando en distintos aspectos de la vida, en las expresiones y actuaciones que determinan su cultura. Esta a su vez ha tenido innumerables conceptos e interpretaciones a lo largo de los años, con un desarrollo en la historia que forma parte de sucesos desde los antepasados hasta las nuevas generaciones que han ido añadiendo su propio toque personal. La cultura, hace referencia a un término muy amplio y se podría decir que es un conjunto de costumbres o tradiciones que rigen a una sociedad determinada que incluye, las creencias, reglas, normas, religión y hasta códigos de vestimenta que predominan, que va cambiando de país en país e incluso de ciudad a ciudad. Sus patrones de conducta, sistemas de creencias, principios y formas de vida derivan de la cultura, que en pocas palabras es la suma de todas las formas de arte, de amor y de pensamiento, que con el paso del tiempo han permitido a los seres humanos ser más libres. La cultura es ese vínculo invisible que une entre personas y que expone formas de pensar y de vivir, cabe acotar que cada cultura es especial, distinta y es esa diversidad lo que más la enriquece. El valor y la importancia de la cultura es indiscutible, ya que esta da una identidad y ayuda a forjar el carácter. Une a los individuos y les da una sensación de seguridad, el idioma que hablan, el arte, la literatura y el patrimonio del que se está orgullosos, la gastronomía, las fiestas, las costumbres y tradiciones, juntos forman la cultura y se convierten en una parte de la vida diaria e influyen de muchas maneras; la importancia de la cultura no se puede enfatizar lo suficiente, ya que es algo que está dentro de cada individuo, los rodea, y es una parte integral del ser, define la forma en que se trata a los demás y a sí mismos y permite la integración de una o más culturas. Tal es el caso de Venezuela, considerado un país rico donde se mezclan tres culturas distintas como la española, la indígena y la africana, y prueba de ello son la gran parte de costumbres y tradiciones que fueron traídas del extranjero, en especial de España, de varios países africanos, y la cultura indígena, que también ha influenciado muchísimo en las tradiciones populares del país, de hecho, actualmente una parte importante del país proviene de las diferentes etnias indígenas existentes todavía en Venezuela, entre las que destacan los Warao como una de las tribus más representativas del país junto a los Yanomamis formados en los conocidos como Grupos Étnicos, así como también, son aquello vinculado a una etnia: una comunidad de seres humanos que se forma a partir de similitudes o afinidades culturales, raciales, religiosas o de otra clase. Un grupo étnico, por lo tanto, es una agrupación de individuos que comparten ciertas características con las cuales se identifican. Por lo general, los sujetos que integran una etnia tienen una historia en común y vínculos con un mismo territorio. La idea de grupo étnico se relaciona habitualmente a factores socioculturales. En Venezuela, se cuenta con la presencia de comunidades indígenas, descendientes de los antiguos pobladores prehispánicos y que, por tanto, corresponden al origen de nuestra cultura, en sí, no se conoce el número exacto de los aborígenes que residen en el territorio nacional, debido a que esas comunidades han sufrido diversos cambios por las adaptaciones y las influencias a las que se han tenido que someter. Sin embargo, estimaciones oficiales indican que los pueblos indígenas de Venezuela conforman aproximadamente el 2,8% del total de la población (32 millones de habitantes). No obstante, otras se inclinan por una cifra superior que podría superar el millón y medio de personas, y dicha población se distribuye en más de 40 pueblos que incluyen a los Akawayo, Amorúa, Añú, Arawak, Arutani, Ayamán, Baniva, Baré, Barí, Caquetío, Cumanagoto, Chaima, Gayón, Guanono, Hoti, iInga, Japreria, Jirajara, Jivi, Kari´ña, Kubeo, Kuiva, Kurripako, Mako, Makushi, Nengatú, Pemón, Piapoko, Píritu, Puinave, Pumé, Sáliva, Sánema, Sapé, Timoto-cuica, Waikerí, Wanai, Wapishana, Warao, Warekena, Wayuu, Uwottüja, Yanomami, Yavarana, Ye´kuana y Yukpa. Se encuentran distribuidos en los estados Zulia, Amazonas, Bolívar, Delta Amacuro, Anzoátegui, Sucre y Apure. Algunos comparten con Brasil, Colombia y Guyana. La suma de territorios indígenas y áreas protegidas, que en gran parte se solapan cubre casi un 50% del territorio nacional venezolano. Los mayores grupos son Wayuu, Warao y Pemón, que tienen miles de miembros. Los grupos más pequeños están formados por decenas. Los Wayuu son pastores de cabras y ovejas que viven en la desértica península de Guajira, que Venezuela comparte con Colombia y está limitada por el mar Caribe. Unos 300.000 son venezolanos y un grupo más pequeño vive del otro lado de la frontera. Guajira contiene enormes depósitos de carbón, lo que ha enfrentado a los Wayuu con empresas mineras. Los Warao viven en pantanos y afluentes del delta del Orinoco. Algunos dicen que los invasores españoles le pusieron Venezuela, que significa “Pequeña Venecia”, cuando vieron las casas de los Warao construidas en pilotes sobre el agua. Es común que los niños Warao aprendan a nadar antes que a andar. En las selvas profundas del sur de Venezuela, los Yanomami, Ye’kuana, Sánema, y varios otros grupos cazan, recolectan, cultivan y comercian a través de una serie de ríos y senderos. Entre los principales en distintas zonas del país están en las Etnias Arahuacas que se concentraban en el Occidente y Centro de Venezuela, colonizaban y comerciaban con diversas islas de las Antillas. Hoy en día los principales grupos arawacos se hallan en el Zulia (ante todo los wayúus) y en el Amazonas; los wayúus son la etnia más numerosa de Venezuela y viven al noreste del Zulia, al igual que los Añú. Por otro lado, están los pueblos yanomami que se hallan ante todo en la zona Este y Sur del estado Amazonas y en el Suroeste del Estado Bolívar. Han sido uno de los grupos que mantuvieron un mayor aislamiento respecto a los occidentales. En las últimas décadas han sufrido especialmente por la penetración de mineros ilegales, traficantes y otros grupos foráneos. Así como también existen Etnias sin conexión lingüística conocida, entre ellos, los waraos que son, después de los wayúus, la segunda etnia más numerosa de Venezuela. Habitan ante todo el Delta del Orinoco y zonas cercanas en la costa. Son expertos en el uso de las canoas. Están muy bien adaptados a la vida en los manglares. Y es por esto que se considera que la cultura indígena venezolana es una de las más ricas en Latinoamérica, esta muestra la relación entre el hombre y la naturaleza a través de sus colores y sus sonidos que enriquecen este legado cultural. Es importante resaltar que muchas de las etnias han ido migrando atraídos por las grandes ciudades y la necesidad de una mejor calidad de vida, tratando de mantener su identidad, idioma y valores culturales, ancestrales, viéndose obligados a adaptarse a la convivencia de la población central del país e incorporándose como organización social, esta trata de un grupo de personas que tienen un interés en común. Son individuos que comparten opiniones, valores, visiones del mundo, intereses e inquietudes, con el fin de planificar estrategias para lograr objetivos y metas, en beneficio de un grupo de personas o comunidad. Los ejemplos de organizaciones sociales más comunes son las organizaciones políticas, culturales, económicas, empresariales, educativas y ambientales. Del mismo modo que las sociedades y las instituciones humanas son complejas, las organizaciones sociales también pueden volverse altamente complejas y hasta conflictivas. Para evitar esto, deben contar con un sistema más o menos rígido de jerarquías que organizan las diferentes tareas, establecen diversas funciones y marcan los objetivos, así como también los resultados a conseguir. Existen tantas formas de organización social como contextos sociales específicos pueda haber, ya que se trata de estructuras creadas en función de resolver un problema o atender a una necesidad de alguna clase, compartida por la visión de mundo de sus integrantes. Este rango de intereses puede ir desde el rescate de los perros callejeros hasta triunfar en el mercado financiero. Una de las más importantes es la familia la cual se entiende como la organización social básica y primigenia, es decir, la primera de todas, en ella se identifica a cada ciudadano con un nombre y apellido forjando en sí misma un orden social, y, por otra parte, porque en el hogar se enseñan valores como: amor, respeto, honestidad, solidaridad, entre otros, con el fin de ser buenas personas. En ella existen roles altamente diferenciados, repartición de las labores y un objetivo común a todo el grupo. Es un hecho indiscutible que vivimos en un mundo globalizado y en permanente transformación. Y una de las consecuencias de la globalización del planeta es el multiculturalismo que es la existencia de varias culturas que conviven en un mismo espacio físico, geográfico o social. Abarca todas las diferencias que se enmarcan dentro de la cultura, ya sea, religiosa, lingüística, racial, étnica o de género. Se dice que la multiculturalidad es la constatación de que coexisten varias culturas en un mismo espacio geográfico o social, pero no implica necesariamente que exista una influencia o intercambio importante entre ellas. El multiculturalismo es algo más que la suma de tradiciones culturales en un mismo espacio geográfico. De hecho, el multiculturalismo implica una valoración positiva de la diversidad humana. Es decir, se trata de una doctrina que defiende la tolerancia, el respeto y la convivencia entre culturas diferentes. Este planteamiento supone una defensa de la igualdad de todas las tradiciones culturales, de tal manera que no haya una por encima de las otras, sino que todas sean valoradas en un plano de igualdad. El multiculturalismo implica un cierto relativismo cultural, es decir, la consideración de que una cultura no es superior a otra y que, en consecuencia, las diferencias en las costumbres deben aceptarse como un signo de tolerancia y convivencia pacífica. El multiculturalismo es algo más que la suma de costumbres y tradiciones. Y aunque mucha gente considera por igual las costumbres y las tradiciones, hay que tener en cuenta que cada una tienen un origen diferente. Las costumbres son la práctica de aquellas acciones que se realizan continuamente hasta transformarse en algo fundamental de hacer. Las costumbres llevan a formar una tradición. Por lo que las tradiciones se tratan de aquellas costumbres y manifestaciones que cada sociedad considera valiosas y las mantiene para que sean aprendidas por las nuevas generaciones, como parte indispensable del legado cultural. Se considera que son dinámicas pues con el paso del tiempo éstas van cambiando, aunque en algunos casos, la atención se centra en mantenerlas exactamente cómo son. La razón por la que las tradiciones son importantes es que transmiten valores compartidos, historias y objetivos de una generación a otra. Ellas motivan a las sociedades a crear y compartir una identidad colectiva, y sirve para dar forma a las identidades individuales. Como bien se mencionó la mayoría de las tradiciones venezolanas son de origen europeo, africano y por supuesto indígena. Cada zona tiene unas costumbres propias como la devoción a un santo, leyendas populares y sobre todo las fiestas populares. En cambio, las tradiciones venezolanas tratan de mantener la cultura heredada de los mayores. Las manifestaciones culturales tradicionales se transmiten de generación en generación lo que a día de hoy permite disfrutar de juegos, comidas, refranes, instrumentos musicales, bailes, así como multitud de cosas que unen al pasado. Venezuela está llena de tradiciones desde la arquitectura y las vestimentas, hasta cantos, danzas y rituales típicos de cada zona, se pueden mencionar algunas como Los diablos danzantes que consisten en una serie de danzas donde los diablos representan a Lucifer llevando coloridas vestimentas y una máscara que representa la intención de rendirse al santísimo sacramento, se agrupan en colectivos o sociedades, llevan cruces, rosarios o cualquier amuleto religioso y durante la festividad van rezando oraciones, incluyendo una misa, visten de pantalón, camisa y capa de color rojo y además llevan colgando de la ropa cascabeles y sonajeros, las máscaras se diseñan con colores llamativos y apariencia feroz. Los trajes de los diablos se componen de diversos accesorios como son el rabo, los cencerros, el mandado y la maraca, siendo una tradición muy popular en todo el país, se pueden encontrar diferentes diablos danzantes, pero los más importantes son los de Yare, Naiguatá y de Chuao. Otra tradición venezolana es la fiesta de San Juan, se celebra el 24 de junio y celebra el nacimiento del santo. Esta celebración reúne una gran cantidad de creyentes y devotos en los estados donde se celebra, ya que no en todos los estados de Venezuela se celebra por igual; el 24 de junio muy temprano en la mañana, se prepara al santo para salir de la casa donde está ubicado hasta la iglesia acompañado de los más devotos y así llegada se celebra una misa que da comienzo a replique de tambores que recorre todo el pueblo, junto con el santo que va recibiendo el agradecimiento de los creyentes a su paso. Y por último las tradiciones navideñas con sus típicas comidas, ya que, siendo un pueblo profundamente religioso, con la llegada de la navidad, una de las tradiciones venezolanas consiste en que cada rincón del país se prepare para la llegada del niño Jesús. A principios del mes de diciembre ya comienza a verse la alegría de las fechas que se acercan y cada vez son más habituales las reuniones, brindis, celebraciones para celebrar la llegada del niño Jesús a cada rincón del país. Pero además también se encuentran otras manifestaciones que puede extender la celebración de la Navidad hasta febrero, como los aguinaldos, el pesebre, las gaitas, las misas de aguinaldos, las paradas, el día de los Santos Inocentes, la llegada de los Reyes Magos, el año nuevo, el año viejo, etc. Ya se sabe todas estas tradiciones que forman parte de la cultura son las que a su vez van formando la identidad del individuo. Cabe acotar que la identidad en general es definida como un conjunto de rasgos característicos de un individuo o de una comunidad. Aquí es donde entran las llamadas, identidad personal e identidad cultural; la primera es la que permite que alguien se reconozca a sí mismo, en consecuencia, la identidad personal es todo aquello que los define como individuos. Se tiene conciencia de la identidad porque se tiene memoria, sin ella sería imposible el propio reconocimiento. Para tener un criterio de identidad personal es necesario desarrollar el concepto de intimidad, el cual se adquiere en la infancia cuando poco a poco el niño aprende a distinguir entre la idea de yo y los demás. Cuando se consolida la noción del yo, la persona ya puede empezar a comprender quién es. Esta piensa y observa lo que los rodea externamente y paralelamente están en un cuerpo, con unos sentimientos e ideas en relación con el interior. Es una especie de diálogo íntimo y este rasgo es una parte de la identidad personal. En otro sentido, se adquiere una identidad por la pertenencia a una familia y a un grupo social. La individualidad se comparte con los demás y los factores externos acaban determinando la percepción individual sobre quiénes son, aquí es donde entra la identidad cultural que son las características propias de la cultura de un grupo que permiten a los individuos identificarse como miembros de un grupo, así como también diferenciarse del resto. Está compuesta por múltiples elementos como las tradiciones, los valores y las creencias características de una determinada cultura. La identidad cultural y la interculturalidad son conceptos complementarios que permiten a una persona o grupo afirmar su propia identidad, creer en ella y a la vez entablar relaciones con otras culturas. La creencia es otra que forma parte tanto de la cultura como de la identidad, ya que todos los individuos tienen algo en qué creer; entonces la creencia es el estado de la mente cuando se considera que algo es verdadero, aunque no se este 100% seguro o sea capaz de demostrarse. Todo el mundo tiene creencias acerca de la vida y el mundo. La creencia puede definirse como la convicción de que algo es verdadero y cierto. Lo que se cree acerca de las cosas normalmente surge de la experiencia adquirida en la vida y que entonces hace que se crea que tal cosa se produce por esto o por aquello, o que es el resultado de tal accionar. Pero también lo que los individuos eligen creer sobre algo o alguien puede estar determinado por la influencia que hayan recibido de un modelo cercano. Por otro lado, también resulta ser habitual que crean en aquellas cosas que les suenan coherentes o que siguen una lógica, y por el contrario no lo hacen en aquellas que parecen disparatadas o carentes de sentido común; en términos generales, una creencia refiere a la certeza que un individuo tiene acerca de una determinada cuestión. No obstante, también, una creencia será aquello en lo cual se cree fervientemente, una ideología, una doctrina religiosa, una personalidad, entre otros. Puede considerarse que una creencia es un paradigma que se basa en la fe, ya que no existe demostración absoluta, fundamento racional o justificación empírica que lo compruebe. Por eso la creencia está asociada a la religión, las cuales son doctrinas constituidas por un conjunto de principios, creencias y prácticas sobre cuestiones de tipo existencial, moral y espiritual. Son sistemas de creencias, costumbres y símbolos establecidos en torno a una idea de la divinidad o de lo sagrado. La religión implica un vínculo entre el hombre y Dios o los dioses; de acuerdo a sus creencias, la persona regirá su comportamiento según una cierta moral e incurrirá en determinados ritos (como el rezo, las procesiones, etc.). La experiencia religiosa proporciona explicaciones globales e interpretaciones acerca del mundo. Las religiones tradicionales se basan en una intensa ceremonia de intercambio de los vivos con sus ancestros y a su vez con el mundo espiritual que les rodea. La gran mayoría de religiones creen que el mundo y la humanidad fueron creados por una fuerza o ser superior. Existen distintas religiones alrededor del mundo, en las religiones monoteístas (religiones que creen en un solo ente creador), Dios está considerado por unanimidad como el padre, consejero y preservador del mundo. Dentro de las politeístas (religiones que creen en más de una deidad), hay habitualmente un Dios responsable de la creación. Lo que lleva a que las interpretaciones simbólicas y literarias que se le pueden dar a las historias acerca de la creación han sido motivo de disputa entre los seguidores religiosos. Sin embargo, todos rechazan la idea de que el origen de la vida fue una "mera coincidencia". En el caso de las religiones americanas nativas, practicas espirituales de pueblos indígenas, las creencias y tradiciones son normalmente heredadas de generación en generación. De esta manera, se puede acotar sobre la herencia en pocas palabras, o en un ámbito general que es algo que es transmitido desde una generación a otra o desde un individuo a otro. Existen dos maneras de definir este término; el primero vendría a ser de carácter biológico y se refiere a la herencia genética que es la que consiste en la transmisión de contenido propio del ADN celular, de un ser vivo a sus descendientes. Este contenido es diverso, pero compartirá con su progenitor o progenitores características anatómicas, físicas, biológicas y, en ocasiones, de personalidad. El contenido genético de los individuos se replica durante la división celular (específicamente durante la replicación del núcleo) y es susceptible de sufrir mutaciones o alteraciones, algunas de las cuales pueden transmitirse a la descendencia y otras no. En dichas alteraciones, propias de la combinatoria al azar de los procesos genéticos, pueden estar dolencias, enfermedades, patrones metabólicos e incluso, tal vez, rasgos de la conducta. El estudio de los genes busca comprender cómo es que los caracteres que existen en las células de todo ser vivo pueden ser transmitidos de uno a otro. Y, por otro lado, está el término herencia en el ámbito judicial, que representa un conjunto de bienes materiales y derechos que una persona traspasa al fallecer a otras denominadas "herederos". En general, estos herederos son parientes cercanos del difunto, como sus hijos o esposa/o. Asociado con la herencia está el testamento, un documento en general escrito que dictamina la voluntad del fallecido en términos de a quién corresponderá cada porción de sus bienes y posesiones. En caso de no existir un testamento, la ley dispone a quién reconoce como heredero y en qué proporción serán distribuidos los bienes. Comúnmente, también se le dice "herencia" al conjunto de posesiones que son recibidas por el heredero y esto se asocia a menudo con el traspaso de fortunas, propiedades y otros bienes de alto valor. Ser beneficiario de una herencia podría significar un ingreso económico, aunque en muchos casos supone un grave perjuicio para el que la recibe, ya que la aceptación implica hacerse cargo tanto de bienes como de obligaciones de la persona que este otorgando el beneficio. Algo que lamentablemente forma parte de todas las culturas, son los prejuicios, un prejuicio es una opinión, por lo general de índole negativa, que se ha formado sobre algo o alguien de manera anticipada y sin el debido conocimiento. En este sentido, el prejuicio es la acción y efecto de prejuzgar. Prejuzgar, como tal, significa juzgar las cosas antes del tiempo oportuno. Usualmente, el prejuicio tiene una connotación negativa hacia un grupo, lo que implica sentimientos o creencias de desvalorización hacia el mismo, expresando un desacuerdo explícito, que muchas veces conlleva al desprecio hacia condiciones o características del grupo. En otras palabras, un prejuicio es una crítica que se realiza sin tener los suficientes elementos previos para fundamentarla. Para que haya prejuicios y la consecuente discriminación, es necesario ver a una persona formando parte de un grupo; por el que se siente rechazo o como mínimo algo de desagrado. Los prejuicios han ocurrido desde el principio de los tiempos y continúan hoy en día. En cuanto a los prejuicios sociales o culturales, se debe a que las personas creen saber cómo son, lo que les gusta y lo que no les gusta, a los habitantes de un país, o de una zona específica. Y todo esto, sin haber estado nunca en ese país, ni conocer a nadie de allí. El peligro de esto es que, si en algún momento conocen a una persona de dicho país, le trataran en función de nuestro prejuicio. Y no sólo eso; sino que le prestaran atención a las señales que confirmen sus creencias; y obviaran lo que no coincida con ellas. De esta manera, los prejuicios se establecen a partir de creencias basadas en las costumbres, tradiciones o mitos que se adjudican a determinado grupo. Como tal, se originan primero hacia un individuo, luego se atribuyen a todo el grupo al que pertenece ese individuo, y, a continuación, se aplican a todos los individuos del grupo. Los prejuicios pueden ser causados por motivos raciales, sociales, de género, etc. Muchas veces, los prejuicios se basan en estereotipos: los jóvenes no son responsables, los ancianos son olvidadizos, los nerds no saben socializar, las rubias son tontas, los alemanes son fríos, los judíos son avaros, etc. Todas las personas, o al menos la mayoría de ellas, en algún momento de sus vidas tiene algún prejuicio hacía algo o alguien, es algo que forma parte del individuo aunque muchos no lo quieran, y a su vez este individuo tiene una identidad que en muchas de las ocasiones tiene una personalidad forjada por su entorno, ya que una persona crece siguiendo un legado de tradiciones, adoptando creencias de sus antepasados a las que termina añadiéndoles un toque personal, siguiendo la religión en la que su familia está, y en el caso de los venezolanos, observando la multiculturalidad que tiene el país, para finalmente estar en una organización social. Todo esto en si es lo que forma su cultura, y es que, sin ella, los individuos y la sociedad se vería tan gris y falta de vida. Todos los aportes de esta son elementos que enriquecen las distintas formas y expresiones de una sociedad. Para comprender la cultura, hay que pensar en su diversidad y hay que saber que el signo vital de la cultura es el cambio, su renovación, sin que esto implique una pérdida de su identidad. La cultura global no apunta a la homogeneidad o a una cultura común, sino a la sensación de que las personas están en contacto con las demás personas, con sus vivencias, sus costumbres y tradiciones que identifican su contexto cultural. Es bueno que el hombre sepa y se llene de conocimiento sobre su cultura, sobre sus tradiciones, costumbres y creencias ya que el hombre de esta época está permanentemente creando y haciendo cultura y a su vez, construyendo universos culturales para su integración real.[pic 3][pic 4]
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