Curriculo y proyecto educativo institucional
Enviado por LuisaVarela • 19 de Noviembre de 2020 • Ensayo • 1.421 Palabras (6 Páginas) • 156 Visitas
LINEAMIENTOS DE CURRICULARES DE LA LENGUA CASTELLANA
Juan Andres Muñoz
Albi Jennifer Silva
Luisa Fernanda Varela Restrepo
Trabajo presentado a la docente:
Leyda Colombia Zúñiga Quiñones
LINEAMIENTOS CURRICULARES Y EVALUACIÓN DE LOS PROCESOS EDUCATIVOS
LICENCIATURA EN LITERATURA Y LENGUA CASTELLANA
UNIVERSIDAD DEL TOLIMA
IDEAD-CALI
Santiago de Cali, Octubre 8 del 2020
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Resumen
Por más de 20 años las instituciones Colombianas han direccionado sus prácticas pedagógicas al margen de un currículo que tiene como único propósito y fundamento la organización de saberes ligados a una secuenciación sistemática con base en unos tiempos, criterios y evaluaciones estrictos. Esto ha generado que no haya un verdadero espíritu reflexivo en el quehacer pedagógico, tomando en cuenta que se ha probado, sin ánimo de deslegitimar este enfoque del conocimiento como eje organizador del currículo, que esta propuesta no es garantía de calidad sobre los aprendizajes que reciben los estudiantes. Con esto en mente, el siguiente ensayo bajo la propuesta que ofrece el Ministerio de Educación Nacional, desea exponer su nueva visión sobre el PEI y hacer hincapié en la importancia de estos nuevos planteamientos tan necesarios y pertinentes dentro de nuestro contexto.
Palabras clave: Currículo, instituciones, PEI, metodologías, aprendizaje.
En busca de nuevos horizontes
El Proyecto Educativo Institucional es la guía por la cual se establecen los horizontes que encaminan todo tipo de trabajo que es producido dentro de las instituciones, las cuales propenden seguir este modelo para alcanzar diferentes objetivos. Ahora bien, para llegar a ese PEI, debe haber una articulación con una propuesta curricular, la cual se ha mantenido invariable durante muchos años y se materializa únicamente desde un enfoque del conocimiento, es decir, que el currículo que se ha trabajado desde siempre solo ve pertinente organizar los saberes desde una programación que se sustenta en teorías y conceptos para guiar el camino del trabajo a seguir, tomándose como un manual de instrucciones que garanticen la concretación de los aprendizajes. Si bien es necesaria esta jerarquización y fundamentación del conocimiento en el currículo, no se pueden dejar a un lado componentes como la participación, la comunicación y el espíritu investigativo como agentes activos que constantemente re evalúen el camino ya trazado, con el ánimo de responder a nuevos planteamientos y problemáticas que se formulan en el diario vivir.
Con esto en mente, los modelos de planeación curricular no deben tener únicamente una tendencia organizativa, más bien, deberían enfocar sus formatos a las dinámicas que surgen dentro de la vida escolar, entendiéndose esta como un espacio simbólico en el que de manera continua hay un intercambio de saberes culturales construyéndose a su vez nuevas significaciones y sentidos mediados por el lenguaje. De esta manera habrá un acercamiento a lo que realmente ocurre dentro del terreno educativo, en los que los estudiantes como portadores de sentido y saberes, también tienen intereses individuales y colectivos que de seguro enriquecerán en gran medida el cómo abordar el currículo para llegar a aprendizajes significativos, ganando fuerza un planteamiento de modelo que apueste a la construcción de saberes (flexibilidad) y a las prácticas de interacción, en el que el profesor en unión con sus estudiantes, puedan reconstruir los aprendizajes desde sus propias valoraciones, intereses y discursos, llegando así a fortalecer el desarrollo social y cultural como también el cognitivo.
Con los presupuestos planteados, es preciso decir entonces que lo que propone el Ministerio de Educación Nacional es una apuesta por procesos en los que estén inmersos todos los individuos que componen la institución escolar, haciendo del currículo una hipótesis del trabajo, lo que sería en otra palabras, un currículo abierto y susceptible a cambios, animando la participación de todos para reconstruir los conocimientos a partir de los intereses que naturalmente surgen en cada situación particular. Ahora bien, esto no significa que cada institución se tome la libertad de crear propuestas curriculares sin bases teóricas, lo que realmente se quiere incentivar es que desde la autonomía, cada participante aporte desde una visión crítica y reflexiva el cómo abordar un currículo que ya tiene unas bases legítimas, para que de esta manera no solo nos quedemos con una propuesta cerrada que no atiende a las particularidades locales y universales. En esta misma medida, es pertinente que el PEI reconozca que además de responder por las áreas específicas del conocimiento con el ánimo de preparar a los estudiantes de manera técnica para vida laboral, también es igual de importante no dejar a un lado las humanidades, ya que como individuos en formación, tienen derecho a conocer los avances culturales que les permitirán responder a otro tipo de contextos y formar una identidad globalizada, garantizando que el estudiante sea consciente de otras realidades y el cómo se percibe el género humano desde la multiplicidad.
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