Cómo El Islam Exalta Y Honra A La Mujer
Enviado por Bellamar • 1 de Febrero de 2012 • 2.349 Palabras (10 Páginas) • 718 Visitas
Cómo el Islam Exalta y Honra a la Mujer
Alabado sea Al-lah, Señor del Universo. Le glorificamos, Le pedimos perdón por nuestros pecados y a Él nos encomendamos. Nos refugiamos en Al-lah del mal que existe en nuestras propias almas y de los perjuicios de nuestras malas acciones.
Musulmanes y musulmanas, el tema que trataremos a continuación ha sido una de las cuestiones más controversiales que ha preocupado a la humanidad en el pasado y continúa haciéndolo en la actualidad, y por la cual se ha acusado injustamente al Islam de ser atrasado y arcaico. Este es un asunto del cual se han valido los corruptos, perversos e injustos para desviar a la gente del camino de Al-lah con sus intrigas y mentiras. Se trata de la mujer y su posición en el Islam y entre los musulmanes.
Este es un tema que no podemos abordar sin antes echar un rápido vistazo a la situación de la mujer en la era preislámica y las demás naciones y civilizaciones. En la época antes del Islam, conocida como la Yahilia (ignorancia), la mujer era considerada como una mercancía dañada y sin valor, por ello era importante para una familia que el primogénito fuera varón, y si resultaba mujer, su vergüenza era tal que no tenía más que dos opciones: vivir con la deshonra y odiando a su hija por el “mal” ficticio que le representaba, o matarla de la forma más cruel, enterrándola viva. Al-lah mencionó y denunció esta horrible costumbre cuando dice: {Cuando se le anuncia a uno de ellos [el nacimiento de] una niña, se refleja en su rostro la aflicción y la angustia, por lo que se le ha anunciado se esconde de la gente avergonzado y duda si la dejará vivir a pesar de su deshonra o la enterrará viva. ¡Qué pésimo lo que hacen!} También, nos ha informado que estas niñas, con las que se cometió semejante crimen e injusticia, ajustarán cuentas con sus verdugos el día del juicio, dice el Corán: {Cuando se le pregunte a las niñas que fueron enterradas vivas, por qué pecado las mataron.}
Si de pequeñas las dejaban vivir, cuando se hacían grandes las humillaban y maltrataban, no les daban lo que les correspondía de la herencia cuando un familiar cercano moría, sino que, por el contrario, ellas eran parte de la herencia que se repartía sólo entre los hombres. Ibn ‘Abbas mencionó al respecto: “Si alguno de los herederos quería casarse con ellas, lo hacía; si no, la daban en matrimonio a quien ellos querían o la mantenían soltera; ellos tenían más derecho sobre ellas que sus propias familias, así que fue revelada la aleya: {¡Oh, creyentes! No es lícito tomar a las mujeres como objeto de herencia, ni impedirles o forzarlas a que vuelvan a casarse.}
Lo mismo sucedía con el periodo de espera para la mujer que enviudaba antes de poder casarse de nuevo, eso, si sus familiares se lo permitían, o la cantidad de veces que un hombre podía divorciar a su esposa y anular el divorcio. Finalmente, Al-lah estableció el Islam para que aboliera todo tipo de injusticia y humillación en contra de la mujer.
Hasta nuestros días se sigue acusando a la mujer de haber sido ella la causante de la mayor desgracia ocurrida al hombre: la expulsión del paraíso.
Pero hace más de 14 siglos las cosas cambiaron totalmente para la mujer con la llegada del Islam, fue liberada de la opresión en la que vivía y fue enaltecida, estableciendo para ella los derechos que le habían sido negados y la igualdad en esencia con el hombre en los derechos y obligaciones, claro, respetando siempre la naturaleza de cada uno y sus particularidades. También, se instauró que el Halal y el Haram (lo lícito y lo ilícito) son lo mismo para ambos sexos, por tanto, los dos son merecedores de la misma recompensa y castigo por sus acciones en esta y la otra vida. Al respecto dice Al-lah: {Al creyente que obre rectamente, sea varón o mujer, le concederemos una vida buena y le multiplicaremos la recompensa de sus obras.} y dijo: {Al-lah les tiene reservado Su perdón y una gran recompensa a los musulmanes y a las musulmanas.}
El Islam reconoce las diferencias naturales evidentes que existen entre hombres y mujeres de manera justa, y en base a ellas ha dispuesto una serie de preceptos en cuanto a las obligaciones y el tratamiento de cada uno; por ejemplo, el hombre tiene el deber de hacerse cargo de los gastos materiales del hogar, la mujer no tiene que usar sus bienes en los gastos que demanden su manutención, por más que ella tenga el dinero suficiente o sea más rica que su esposo. Por esta razón, dice Al-lah, el Omnisapiente: {Los hombres están a cargo de las mujeres debido a la preferencia que Al-lah ha tenido con ellos, y deben mantenerlas con sus bienes.}, {Y los hombres tienen un grado superior al de ellas [porque en ellos cae la responsabilidad de mantener el hogar].}] y {A los varones les corresponde una parte de lo que los padres y parientes más cercanos dejaren, y para las mujeres otra parte de lo que los padres y parientes más cercanos dejaren. Fuere poco o mucho, les corresponde una parte determinada de la herencia.}
El Islam estableció, por primera vez en la historia de la humanidad, los derechos que mencionamos con antelación y muchísimos más, como el derecho a poseer bienes (la propiedad privada) y hacer con ellos lo que disponga, claro, sin que sean invertidos en algo prohibido o caer en el derroche y la extravagancia; también le dio la libertad de escoger cuándo y con quién casarse, por lo que no se la puede obligar a contraer matrimonio. Asimismo, ofrece el mejor de los medios para evitar que la mujer sea convertida en una mercancía y objeto de exhibición para el deleite de los hombres, protegiéndola de la indecencia, de la maldad y de la transgresión, por medio del Hiyab y la forma de vestir, que no es un impedimento para que ella estudie o trabaje; siempre que cumpla con los requerimientos que el Islam ha establecido; además, hay que tomar en cuenta que el hombre también tiene restricciones en cuanto a su vestimenta ante gente ajena.
Uno de los tantos factores que nos demuestran la importancia que la mujer tiene en el Islam, es el hecho que en el sermón de la despedida el Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dedicó un aparte para referirse a las mujeres y pedirles a los hombres que las trataran bien, dijo: “Teman a Al-lah en la forma como tratan a las mujeres, pues ellas están bajo su responsabilidad”.
Ahora bien, queridos hermanos y hermanas, todo lo que mencionamos con antelación, ¿acaso no es una forma clara y directa de refutar todas las falsas acusaciones que se lanzan en contra de nuestra religión por parte de quienes quieren frenar su avance y de aquellos de los mismos musulmanes que por
...