DIEZ MITOS SOBRE LA VIVIENDA DE INTERES SOCIAL

Diana Carolina Mora Brun 40122172

DIEZ MITOS SOBRE LA VIVIENDA DE INTERES SOCIAL

Los programas de vivienda de interés social que se impulsaron en Colombia para brindar un hogar digno a personas de escasos recursos juegan un papel determinante en la calidad de vida de las personas y conlleva, en la mayoría de los casos, al acceso a servicios hoy considerados esenciales para alcanzar niveles mínimos de bienestar. Sin embargo, factores como la reducción en metros cuadrados hacen que estas viviendas no sean del todo habitables, los costos de construcción, los trámites y los impuestos lo que hacen es generar un incremento al valor de la vivienda lo cual corrobora lo que habla el autor en el primer mito sobre el aumento del déficit de vivienda en latino américa ya que los constructores de este tipo de viviendas se ven limitados a las pautas planteadas por el gobierno, que finalmente es el ente que obliga a actuar en una economía de mercado.

El en mito dos se habla de una reducción de las viviendas no habitables (pocilgas=slums), catalogándose estas como todas aquellas que no cuenten con el servicio de agua potable y su infraestructura sea deficiente, pero por desgracia la realidad en Colombia es distinta a pesar de los programas que facilitan el acceso a estas viviendas siguen siendo un gran problema de salubridad al no contar con agua potable si no con agua cruda, los sectores donde se evidencia esta problemática son los rurales como por ejemplo en el municipio de tabio, zipaquira etc. Esto demuestra que las políticas están mal encaminadas ya que no solo se debe garantizar un espacio digno para habitar si no también que pueda satisfacer los servicios fundamentales como lo es en este caso servicio del agua.

El mito cinco habla de cómo en los países desarrollados como por ejemplo Rumania el 97% de la población es dueña se su propio hogar siendo esta una de las más pobres de la región comparada con naciones ricas como Alemania o suiza donde el 57% de su población es dueña de su propia casa, esta gran diferencia es que estas personas son dueñas de propiedades en pésimas condiciones incluso es muchas ocasiones al borde del colapso, sin techos o simplemente no cuentan con ningún servicio. Esto se puede ver reflejado en la ciudad en los barrios marginados de la ciudad donde las personas llegan a vivir en casas zinc o madera ya que al no contar con los ingresos económicos suficientes se ve obligada a vivir en estas condiciones generando que sea imposible acceder a una VIS (vivienda de iteres social).

Existe una relación directa entre el tipo y calidad de la vivienda a la que acceden diferentes sectores sociales y su nivel de ingresos ya que las personas de menos ingresos se ven obligadas a ubicarse en zonas periféricas de la ciudad, debido a los mecanismos de acceso a la vivienda. Ante estas limitaciones, las personas siguen acudiendo a mecanismos informales de acceso a la vivienda (la urbanización ilegal, el loteo, entre otros). esto demuestra que el estado debe presentar programas que no solo se enfoquen en solucionar los problemas habitacionales de la población si no que ataque los problemas sociales que generan la pobreza y por ende el difícil acceso a una vivienda.  En conclusión, la naturaleza del problema no reside en un desinterés del estado, sino en los procesos sociales, económicos, políticos y culturales asociados a la creación y comercialización de una mercancía única en el mercado: la vivienda.

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