Del Sistema Sexo/Género al Paradigma de los Sexos
Enviado por Carlos Villegas • 9 de Agosto de 2021 • Ensayo • 1.187 Palabras (5 Páginas) • 85 Visitas
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE INGENIERÍA
UNIDAD DE BIENESTAR
PROGRAMA
Aficiones, adicciones y afecciones del sujeto contemporáneo y el vínculo social.
Del Sistema Sexo/Género al Paradigma de los Sexos
- Comentarios sueltos a las relaciones de poder y al esfuerzo de las mujeres –
Por
Carlos Mario Sánchez Villegas
Comunicador Social - Periodista – Sexólogo
sexologia@awen.com.co
Para comprender las razones de la identificación del Sistema Sexo-Género, me parece fundamental ir a las raíces, no del Género como concepto sino, al nombramiento del sistema.
Gayle Rubin en su texto El tráfico de Mujeres: Notas sobre la “economía política” del sexo, hace una aproximación teórica al sistema y arroja importantes luces de su justificación:
“Un sistema sexo/género es el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y en la cual se satisfacen esas necesidades humanas transformadas” así es comprensible el afán de muchas feministas de exterminar el sexo “delincuente” y encontrar otra forma de ser nombradas como mujeres.
Si miramos otra definición posterior, en El Sistema Sexo/Género en los Movimientos Feministas de Teresa Aguilar García: “El sistema sexo/género hace referencia a las formas de relación establecidas entre mujeres y hombres en el seno de una sociedad. Analiza las relaciones producidas bajo un sistema de poder que define condiciones sociales distintas para mujeres y hombres en razón de los papeles y funciones que les han sido asignados socialmente y de su posición social como seres subordinados o seres con poder sobre los principales recursos”, podemos confirmar que el descubrimiento o definición del sistema no es la creación del mismo. Ha sido usado a lo largo de la historia, como dice Mary Hawkesworth, para analizar la organización social de los hombres; para investigar la reificación de las diferencias humanas; para conceptuar la semiótica del cuerpo, del sexo y de la sexualidad; para explicar la distribución de cargas y beneficios en la sociedad, para ilustrar las microtécnicas de poder, y para muchas cosas más.
Toda sociedad tiene un sistema de sexo/género, el género es una intervención social humana de la relación de los sexos para satisfacer inicialmente (desde culturas primigenias hasta ahora) un establecimiento funcional. No en vano, Rubin identifica a las mujeres como el elemento fundamental de la generación de plusvalía. Pero más allá de los sistemas de producción, es destacable en su pensamiento, la referencia directa a las relaciones de parentesco y estas como una imposición cultural sobre los hechos de procreación biológica.
Así pues, una múltiple limitación a las mujeres. Una desde el sexo, otra desde el género, dada por los sistemas básicos de producción y roles funcionales; y otra, desde la dinámica del parentesco y su práctica, expresada en hombres intercambiadores y mujeres intercambiadas.
Con este vistazo simple y tal vez reduccionista que le he dado al planteamiento de Rubin, y con la mirada al eterno pero irreal determinismo binario que hace Marta Lamas en su texto Usos, dificultades y posibilidades de la categoría de género, es comprensible el grito desesperado de las mujeres por desaparecer la diferencia de los sexos, no con ello la diferencia sexual que fue otro enemigo de una posterior batalla, pero sí, en resumidas cuentas, reinventarse como mujeres sujetos, en una sociedad que exacerba las diferencias biológicas e impone el androcentrismo y con este el heterosexismo, útil al paradigma masculino de dominación.
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