Derecho Humano
Enviado por Clemente • 7 de Octubre de 2011 • 3.064 Palabras (13 Páginas) • 595 Visitas
El derecho humano a un medio ambiente sano
Los problemas ambientales son tan antiguos como el hombre mismo, la magnitud en la que se presentan en nuestros tiempos es distinta. La actual problemática ambiental por la que atraviesa nuestro planeta se deriva de una serie de perturbaciones resultado de las actividades humanas desde tiempos muy tempranos que datan de la época de Platón, sin embargo es hasta los años sesenta cuando la preocupación por el medio ambiente incrementa, sobre todo en los países mas industrializados de Europa y Norteamérica, debido a la acumulación de desechos producidos por las actividades industriales, es decir, la contaminación del agua, aire y suelos.
Cuando comenzaron a surgir problemas de salud en los humanos debido a la contaminación del aire y del agua, e incluso se registró un aumento en la muerte de personas relacionado con la contaminación, el hombre se dio cuenta de que la situación ambiental se encontraba en un punto alarmante y que algo debía hacerse para evitar mayores catástrofes derivadas de la perturbaciones ambientales provocadas por él. "Se organizaron reuniones internacionales con carácter primeramente científico y posteriormente político, a fin de orientar la acción de los diferentes gobiernos en relación al medio ambiente y el desarrollo económico-social, ya que no solamente se encontraba en peligro la calidad de vida sino la vida misma en nuestro planeta", apunta Gutiérrez Najera en la obra citada.
Las perturbaciones ambientales de mayor alcance y preocupación a nivel mundial son:
La destrucción porcentual de la capa de ozono (ozonósfera) cuya aniquilación (sin necesidad de llegar al 100%) tornaría imposible la vida continental, insular, aérea y oceánica superficial del planeta. La contaminación del océano que afecta fundamentalmente la base de la cadena alimentaria, podría afectar tanto a organismos pelágicos como bentónicos, hasta un grado tal en el que el reclutamiento poblacional no fuera suficiente para mantener niveles de sobrevivencia en las poblaciones; ello aunado a la sobredepredación humana del océano, puede llevar a la extinción funcional a un número cada vez mayor de especies.
La erosión derivada del mal uso del suelo y de la desertificación que de ella se deriva, junto con el gradual cambio climático, son dos aspectos importantes y complementarios entre sí, de la perturbación humana a nivel continental e insular, que elimina hábitats y relaciones tróficas y que conduce a la eliminación de poblaciones y a la desaparición gradual de especies y subespecies a nivel local y global.
La tala indiscriminada de las selvas tropicales del planeta con la consiguiente destrucción de hábitats y la extinción correlativa de especies tanto in situ como ex situ, perturba el clima del planeta, reduce la diversidad genética, conduce a la pérdida de suelos y al incremento de la escurrentía.
La devastación de los bosques templados por la lluvia ácida, sigue el patrón de perturbación ecológica del cinturón ecuatorial. Además, el cambio de pH de los cuerpos de agua dulce conduce también a la extinción de especies y a la alteraciones de las condiciones naturales. La contaminación generalizada de tierras, aguas y aire por desechos tóxicos y radiaciones.
La Organización Mundial de la Salud considera que el agua está contaminada o polucionada, cuando su composición o estado se encuentra alterados de tal modo que no reúne las condiciones para la utilización a la que se hubiera destinado en su estado natural. La definición incluye las modificaciones de las propiedades físicas, químicas y biológicas del agua. Los orígenes de la contaminación del agua dulce pueden ser urbanos, industriales y mineros, así como agrícolas.
Los contaminantes son en realidad una gran variedad de sustancias capaces, inclusive, de combinarse químicamente entre sí; se les puede agrupar en orgánicos (aminoácidos, ácidos grasos, ésteres, detergentes aniónicos, ansinas, amidas, etc.) e inorgánicos, como numerosas sales disueltas en forma de iones (sodio, manganeso, calcio, potasio, cloruros, nitratos, fluoruros, bicarbonatos, fosfatos y sulfatos). Estas sustancias pueden rebasar la capacidad de autodepuración del agua que le es dada por las bacterias, y la vida desaparece por completo de su seno por asfixia. El impacto de la contaminación es mayor en los ríos de escaso caudal que en los más grandes, pero aun algunos de éstos ya están fuertemente afectados.
Para que los gases y las partículas se consideren contaminantes, sus concentraciones deben exceder en cantidades significativas a sus correspondientes concentraciones ambientales normales, es decir, cuando las sustancias en el aire pueden causar efectos adversos sobre el hombre y su ambiente. Las concentraciones de los gases reactivos en el ambiente (SO2, H2S, CO, NOx, NH3, N2O, CO2 e hidrocarburos) han permanecido constantes a través del tiempo; esto significa que fuentes y vertederos (procesos de formación y remoción) están balanceados, y también que los vertederos son capaces de darse abasto con la carga adicional a causa del hombre. El problema de la contaminación por gases surge como resultado no de la magnitud de la emisión realizada por el hombre (antropogénica) sino porque esta emisión se concentra en las regiones donde la gente vive y trabaja, específicamente en las ciudades industrializadas.
El Problema fundamental que se deriva de estas fuentes, y la consecuente destrucción de la capa de ozono, radica en el posible mayor ingreso de rayos ultravioleta. Se ha calculado que por cada 1% de agotamiento de ozono en la estratósfera hay un incremento de 2% en la cantidad de radiación ultravioleta que alcanzaría la superficie, de manera que una destrucción teórica del 50%, duplicaría la cantidad de radiación ultravioleta que en condiciones evolutivas recibió la biósfera durante los últimos 500 o 600 millones de años. Así, el mayor peligro para la capa de ozono lo constituyen los halocarbonos (compuestos de carbono que contienen fluor cloro, bromo o iodo) y de entre ellos los llamados freones o clorofluorocarbonos, principalmente los CFC 11 y 12, los cuales son ampliamente utilizados como refrigerantes, impulsores de aerosoles y materia prima en la fabricación de espumas plásticas, ya que en su proceso de descomposición liberan cloro atómico, lo que inicia el ciclo catalítico de destrucción del ozono.
Uno de los principales daños de la radiación ultravioleta son los cambios o daños a las bases y a las cadenas polinucléotidas producidos al ADN (ácido desoxirribonucleico), ya que la distorsión producida en esta molécula evita que lleve a cabo sus funciones; por ejemplo, puede bloquear la transcripción y replicación, puede provocar muerte celular, recombinación genética,
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