Descriminacion Etnica O Cultural

El etnocentrismo es un fenómeno social ancestral, activador de conductas xenofóbicas, pre juiciosas y descalificadoras del “otro” (sea extranjero o diferente). Paradójicamente, garantizar el reconocimiento de ese “otro” es imprescindible para la consolidación de las identidades en todo modelo de democracia.

Además, mientras subsista la marginación socio-económica y política de amplios sectores étnicamente discriminados (los indígenas, los afrolatinos y afrocaribeños), la legislación vigente en materia de integración igualitaria, no será más que uno de los tantos elementos emergentes de estas contradicciones.

A comienzos del Siglo XIX diversas disposiciones legales transformaron en ciudadanos “con igualdad de derechos” a los indígenas de nuestra América. En algunos casos, estas disposiciones reiteraban anteriores Cédulas Reales correspondientes al período colonial.

Es obvio que en múltiples prácticas sociales se evidencia tanto el racismo, la discriminación étnica y cultural, la xenofobia y sus formas conexas de intolerancia, estas, son conductas que perduran y se agudizan hoy en América Latina.

Se expandieron durante la Colonia y la República y actualmente subsisten, como necesidad de legitimar la marginación económica presente.

Históricamente, para todo pueblo dominador, el pueblo dominado fue “bárbaro y hereje”, puesto que necesitó desacreditarlo y degradarlo para justificar la imposición por la fuerza de su propio sistema de vida, y defender de esta manera sus intereses económicos. Así, mientras se comienza a discriminar porque se domina, luego se continúa dominando porque se discrimina.

Gracias a la falta de comunicación, las personas vuelven a caer en errores pasados, tal y como hemos visto hace poco en Bagua, además, desde pequeño nos forman para enfrentar a la vida, es decir, si no hemos sido formados adecuadamente caeremos en el error de discriminar a quienes creamos, por ejemplo, no son de nuestro nivel

...