Deseo Y Necesidad: ¿Cuál De Los Aspectos Contribuye Realmente A La Vida Personal?

Estamos en un entorno político y socioeconómico que nos brinda diversas elecciones para vivir, todo lo podemos elegir, el qué, cómo y cuando, nuestra vida es dependiente a dimensiones culturales, mentales, interpersonales, ambientales e históricas, es decir a todo nuestro entorno. Las necesidades de un individuo perteneciente a la sociedad actual son diferentes a las de un individuo que perteneció a la de los 80 años, pues se deben tener en cuenta otro tipo de necesidades, además de las primarias que están descritas en la pirámide de Maslow : fisiología, seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización. Esta pirámide solo evalúa aspectos que se enfocan a la ideología del “Tener”, mostrando así que para el ser humano entre más se tenga mayor es su satisfacción física y psicológica. Esta concepción es errónea, ya que esa necesidad de tener no satisface a cabalidad al ser humano, más bien crea una necesidad aún más grande y ansiosa, por eso se plantea lo siguiente: Deseo y Necesidad: ¿Cuál de los aspectos contribuye realmente a la vida personal?

De todo lo anterior, ha venido a la actualidad, como la gran consecuencia, el concepto de obsolescencia, que según el documental “TIRAR, COMPRAR, TIRAR” este es definido con el siguiente enunciado: “El deseo del consumidor de poseer algo un poco mas nuevo, un poco antes de lo necesario”. Este documental, además de tratar todo lo que tiene que ver con la obsolescencia, también se tiene como objetivo dar un mensaje para que todos nos concienticemos de los detrimentos que causamos a nuestro entorno y a nosotros mismos. Sergio Latouche, economista francés y con una ideología absolutamente opuesta a la obsolescencia programada, comenta lo siguiente de lo que se ha dicho anteriormente: “Nuestra sociedad está dominada por una economía de crecimiento, cuya lógica no es crecer para satisfacer necesidades, sino crecer por crecer”.

Pero en realidad, la obsolescencia programada no es una problemática dada de tiempos cercanos, este fenómeno se viene presentando desde los años 20, los más conocidos como los años dorados de la historia humanidad, momentos en los cuales el lujo era la prioridad y ostentar y derrochar eran considerados como parte fundamental del crecimiento del ser humano y de su autorrealización en el entorno, se tenía que manifestar las alzas en la economía y darle a conocer al mundo que Estados Unidos se había convertido en la gran potencia mundial y en rey de la economía. Pero este estilo de vida norteamericano no duró sino hasta los años 30, cayó gracias a la denominada “Crisis del 29” o “Gran depresión” y por eso se introdujo el concepto de obsolescencia programada por Bernard London, quien lo propuso como solución para la recuperación de la economía a nivel mundial. A medida que transcurrió el tiempo, este estilo de negocio fue tomando mayor auge, hasta llegar al punto de ser la norma de trabajo de las grandes multinacionales a nivel mundial, puesto que se convirtió en la estrategia de negocio más lucrativa del momento. Llegó a un punto semejante, que se obligaba a los equipos de producción a fabricar productos con fallas de calidad y al equipo de diseño a renovar productos continuamente para ser comercializados, también con la característica de baja calidad o poca vida útil. Boris Knuf, diseñador industrial y profesor, apoya y justifica este fenómeno y el modo de proceder desde el campo del diseño, con la siguiente afirmación: “Los diseñadores deben entender para qué empresa trabajan. Con su modelo de negocio, la empresa determina la frecuencia de renovación de sus productos”. Este fenómeno ha cogido tanta fuerza y continuidad, que se ha convertido en una de las grandes bases de la educación para diseñadores e ingenieros, en las principales universidades y escuelas, siendo Estados Unidos uno de los países pioneros de dicha iniciativa.

No obstante, solo hasta la actualidad se han observado las grandes desastres que han llegado como consecuencia de dicha estrategia de producción y mercadeo,

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