Desigualdad De Genero En Las Practicas Educativas En La Educacion Primaria

0LÍNEA TEMÁTICA

GÉNERO Y PRÁCTICAS EDUCATIVAS

TEMA

DESIGUALDAD DE GÉNERO EN LAS PRÁCTICAS EDUCATIVAS DE LA EDUCACIÓN PRIMARIA: ANÁLISIS DE UN PROBLEMA DESDE EL CURRÍCULO FORMAL Y OCULTO

Mtra. Rocío Ivonne Alvarado Moreno.

rivonne_alvarado@hotmail.com

Tanya Marcela Montoya Soto.

tanyamarcela_24@hotmail.com

José Ramón Payan Ruelas.

jrpr310883@hotmail.com

Asesor

Dr. Juan Héctor Almeida Vega

Resumen

Por muchos años, se ha observado una desigualdad de género dentro de las aulas de educación primaria, lo cual es generado por la clasificación de roles tanto del niño como de la niña, debido a que se sobrevaloran las actividades que realizan los niños, siendo éste el héroe, el aventuro, el capaz de resolver los problemas, mientras que la niña es aquella persona sumisa, delicada, educada para enfrentar las labores de la maternidad, lo cual trae como consecuencia conflictos de socialización y convivencia. Por lo tanto, el problema a ello es que se encuentran dentro de una sociedad clasificadora de roles, donde naturalizan o hacen biológico las características de los niños, al pensar que las niñas deben de jugar con muñecas, casitas y los niños con canicas y carros. Por tal motivo, el presente trabajo tiene la finalidad de observar el problema de desigualdad de género desde el análisis al currículo formal y el oculto, en donde el primero de ellos tiene el objetivo de educar íntegramente a los alumnos, poniendo énfasis en la humanización y la educación en valores al enfocarse a los pilares: aprender a aprender y aprender a vivir juntos. Mientras que por el contrario, el currículo oculto determina los roles sexuales, las tareas y las características de cada alumno, diferenciando las expectativas personales de niños y niñas. Siendo un dilema de que explícitamente en los Programas 2011 mencionen lo que se debe de hacer, mientras que lo que se realiza en las prácticas educativas es diferente.

Palabras claves: Desigualdad de género, Prácticas educativas, Currículo formal, Currículo oculto, Educación primaria.

En la actualidad, la sociedad demanda una educación que forme íntegramente a los alumnos, para que éstos sean capaces de resolver problemas de la vida cotidiana. Por su parte, la educación le proporciona al hombre los conocimientos para vivir en una vida plena, relacionarse con sus semejantes y el contexto que lo rodea, así esta educación básica del siglo XXI, se enfoca en ejercer dos pilares de gran importancia: aprender a aprender y aprender a vivir juntos, dando una contestación a la dinámica del nuevo capitalismo, puesto que requiere una sociedad más justa (Tedesco, 2010). Tales pilares son sustento a las transformaciones de la educación básica, los cuales a su vez intervienen en los contenidos curriculares, la formación y el desempeño del docente.

Dichos pilares se encuentran plasmados dentro de un currículo formal, y definiéndose éste según Pansza (2005), son una serie de experiencias de aprendizaje planeadas o intencionadas, con las cuales se pretende producir ciertos aprendizajes esperados. Ejemplo de ello son los planes y programas 2011 de la Secretaria de Educación Pública, pues plantean los objetivos y aprendizajes que se quieren alcanzar en los alumnos, planteándose un conjunto de estrategias, actividades y contenidos para lograr cada uno de ellos. Desde esta mirada, el currículo formal tiene el objetivo según Calero (2004, p. 254) de “liberar potencialidades en el ser humano, porque educar es facilitar en la persona; un proceso de hominización el de ser y hacer cada vez más humano”.

Lo cual implica educar en valores, dando énfasis en el aprender a aprender, puesto que cotidianamente se observa que la sociedad actual va perdiendo su capacidad humana a consecuencia de los malos hábitos formativos que recibe tanto en la familia como en la escuela y sociedad en general. Es así como en conjunto, niños y niñas deben de aprender a convivir juntos, intercambiando formas de pensar, valores y costumbres, dejando a un lado los prejuicios sociales como la desigualdad de género. Se conceptualiza la desigualdad de género como la distinción entre niños y niñas de forma psicosocial, la cual es una visión de la cultura de la sociedad que distingue las actividades que deben de realizar cada uno de ellos aunque pudieran realizar las mismas (Rodríguez, 2009).

Sin embargo existe una gran brecha entre el currículo formal y oculto, pues el primero de ellos, tiene el propósito según la Reforma Integral de la Educación Básica RIEB en la Secretaría de Educación Pública (SEP) (2011), de atender a los retos que enfrenta el país en el nuevo siglo, contemplando las expectativas que tiene la sociedad mexicana sobre el futuro del ciudadano. Ofreciendo de tal manera a niños y jóvenes, una formación coherente de acuerdo a sus niveles de desarrollo, sus necesidades educativas, mediante la formación de ciudadanos íntegros, el desarrollo total de su potencial para obtener mayor eficiencia, articulación y continuidad en todos los niveles que conforman la educación básica.

Asimismo, la SEP (2011) en su Plan de Estudios 2011 de Educación Básica, menciona que las instituciones de educación primaria deben de fomentar la diversidad en la variedad lingüística, social, cultural, de capacidades, de ritmos y estilos de aprendizaje de la comunidad educativa. Así como también reconoce que cada estudiante cuenta con aprendizajes para compartir y usar, por lo que su prioridad es que se asuman como responsables de sus acciones y actitudes para continuar aprendiendo. De esta manera, el aprendizaje de cada alumno se enriquece con la interacción social y cultural; con retos intelectuales, sociales, afectivos y físicos, y en un ambiente de trabajo respetuoso y colaborativo.

Mientras tanto el currículo oculto, es aquel encargado de verificar las demandas de cada alumno para dominar y desenvolverse satisfactoriamente en la escuela, según los rasgos de la vida en el aula. Pues según (Jackson, 1991, p. 215) el currículo oculto articula una serie de aprendizajes no explícitos en un plan de estudio, los cuales no son intencionalizados pero se muestran altamente eficaces y son el resultado de la interacción escolar y de la experiencia. Además de definir las condiciones culturales de posibilidad para el desarrollo personal al determinar los roles sexuales, las tareas, las expectativas personales y sociales implicadas en cada rol, así como las diferentes medidas de éxito o de fracaso que cada tarea social conlleva (Lovering y Sierra, 2009).

Por lo tanto, es en este aspecto donde existe una incongruencia

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