Direccion 1 Autoridad
Enviado por mariochoa • 4 de Noviembre de 2013 • 4.553 Palabras (19 Páginas) • 313 Visitas
5.- AUTORIDAD Y AUTORITARISMO
Estas dos palabras tienen significantes bastantes parecidos, pero significados diametralmente opuestos. Es curioso que términos con formas tan similares encierren conceptos tan diferentes. La autoridad es tener el derecho a mandar o a dirigir a otras personas y alguien la posee cuando los demás le obedecen, no porque se sientan intimidados o coaccionados, sino porque reconocen el derecho que tiene a mandarles. Por tanto, autoridad no es sinónima de poder, sino de poder legitimad.
La autoridad que le concedemos a alguien se hace porque valoramos su posición, su inteligencia, sus capacidades, sus buenas intenciones con respecto a nosotros y también por un sin fin de motivos. La autoridad se ejerce bien y supone ayudar a la persona mandada a crecer y madurar. La que practica un poder amenazante lo que causa es una inmensidad de conflictos y violaciones de los derechos humanos. Si dudamos cuándo es una u otra, la fórmula para saberlo es que la primera siempre conlleva beneficio para el que obedece y el autoritarismo origina indefensión en la persona, miedo, rabia, sensación de que se está cometiendo una gran injusticia de la que no sabe cómo librarse.
5.1.- EN LA DEMOCRACIA
La palabra Democracia proviene del griego, demos, 'el pueblo' y kratein, 'gobernar', es un sistema político por el que las personas de un país ejercen su soberanía mediante cualquier forma de gobierno que hayan decidido establecer. En las democracias modernas, la autoridad suprema la ejercen en su mayor parte los representantes elegidos por sufragio popular en reconocimiento de la soberanía nacional. Dichos representantes pueden ser sustituidos por el electorado de acuerdo con los procedimientos legales de destitución y referéndum y son, al menos en principio, responsables ante el electorado. En muchas democracias, se eligen tanto al jefe del ejecutivo como al cuerpo legislativo. En las monarquías constitucionales típicas, como puede ser el caso de Gran Bretaña, España y Noruega, sólo se eligen a los parlamentarios, de cuyas filas saldrá el primer ministro quien nombrará un gabinete.
Aunque se utilicen a menudo de forma intercambiable, los términos democracia y república no son sinónimos. La democracia supone la participación popular en el nombramiento de los gobernantes, algo que no siempre ocurre con las repúblicas, muchas de ellas dictatoriales o sometidas a un régimen de partido único.
Las principales características de la democracia moderna son la libertad individual, que proporciona a los ciudadanos el derecho a decidir y la responsabilidad de determinar sus propias trayectorias y dirigir sus propios asuntos, la igualdad ante la ley, el sufragio universal y la educación. Estas características han sido proclamadas en grandes documentos históricos, como la Declaración de Independencia estadounidense, que afirmaba el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano francesa, que defendía los principios de libertad civil e igualdad ante la ley, y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en diciembre de 1948. En él se recogen los derechos civiles y políticos fundamentales que atañen a personas y naciones, tales como la vida, la libertad, la intimidad, las garantías procesales, la condena y prohibición de la tortura, de la esclavitud, y los derechos de reunión, asociación, huelga y autodeterminación entre otros. Desde su promulgación, la Declaración, aunque sólo fue ratificada por una parte de los Estados miembros, ha servido de base para numerosas reivindicaciones políticas y civiles, en cualquier Estado.
Hacia mediados del siglo XX todos los países independientes del mundo, a excepción de un pequeño número, contaban con un gobierno que, en su forma si no en la práctica, encarnaba algunos de los principios democráticos. Aunque los ideales de la democracia han sido puestos en práctica, su ejercicio y realización han variado en muchos países.
En América Latina, la democracia se inició con el proceso insurgente (1810-1824), al que sucedió una época de regímenes constitucionalistas. Se promulgaron constituciones en todos los países pero se multiplicaron de forma excesiva a consecuencia de los constantes cambios políticos y las imposiciones de los grupos dominantes.
5.2.- EN EL SOCIALISMO
Conjunto de doctrinas de reforma social surgidas en el siglo XIX, dirigidas a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, que tienen en común la creencia de que una sociedad basada en la propiedad privada a gran escala es injusta; la convicción de que es posible fundar una sociedad más equitativa que contribuya al progreso moral y material de la humanidad; la idea de que es necesaria una transformación revolucionaria de la sociedad (aun cuando los medios propuestos difieren entre una revolución violenta y una reforma gradual). El término incluye varias doctrinas y movimientos diferenciados, como el anarquismo, el comunismo, la socialdemocracia
5.3.- EN EL NACIONAL-SOCIALISMO
a fragilidad del régimen se muestra en la naturaleza de la constitución. Esta debilidad de la estructura y del parlamentarismo fue aprovechada por el partido nazi. Enero de 1919 se funde el Partido Obrero Alemán (DAP). Meses después Hitler se afilia al partido al que en 1920 se incorporan los nazis de Munich. En el mismo año, ya bajo la influencia notable de Hitler, se aprueba el programa de “25 puntos” y el partido pasa a denominarse Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán (NSDAP) o abreviadamente “nazi”.
A semejanza del fascismo italiano aboga por un Estado nacional fuerte que reconcilie a todas las clases sociales y suprima la lucha de clases mediante “ un socialismo nacional” con ciertos elementos anticapitalistas que atraigan a las clases medias. Sin embargo, el nacionalsocialismo tiene como idea motriz la preservación de la pureza racial (la aria) y la extirpación de los enemigos de Alemania: los demócratas, los marxistas y los judíos. Asimismo, rechaza los Tratados de Versalles y de Saint-Germain; persigue la unión de todos los alemanes en una Gran Alemania dotada de un “espacio vital” para el desenvolvimiento del pueblo alemán y también el proyecto Anchluss para unir Austria y Alemania. Fracasado el intento de golpe de Estado (el putsch de la cervecería), Hitler escribe en prisión su libro-programa Mi lucha (Mein Kampf). Al salir de la cárcel militar a finales de 1924, prepara de forma metódica la conquista del poder. Reconstituye el partido, le impone una férrea disciplina y le dota de una gran capacidad propagandística. La burguesía empieza
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