Discurso de la dignidad del hombre de Giovanni Pico della Mirandola

Introducción

Doomsday Book es un largometraje surcoreano del año 2012 que consta de 3 historias que tienen por hilo conductor la autodestrucción humana en la era moderna de la alta tecnología, la segunda historia The Heavenly Creature nos narra cómo un joven técnico empleado por la corporación de robótica UR International, es llamado a revisar un robot RU-4 llamado In-myung, robot que es usado en un monasterio budista como guía y recitador de las enseñanzas de la doctrina del templo, lo cual le ha permitido tras varios años y  miles de repeticiones  a comprender y asimilar esta filosofía, surgiendo como consecuencia la iluminación y por tanto le es abierto el camino hacia el Nirvana. Así pues, los monjes (y la humanidad) quieren saber si realmente esa máquina hecha para servirnos ha podido caminar sobre la divinidad que el hombre, en su propio imperio, creía únicamente a su alcance. Después de descartar la falla técnica en In-myung queda una pregunta en el aire: ¿es realmente el hombre tan especial en el cosmos o es que sólo no hemos mirado más allá de nuestro ombligo?

Esta inquietud sobre el hombre y el lugar que ocupa en el universo es recurrente y necesaria, pues para poder comprender el mundo de alrededor, primero hay que definirnos dentro de esa totalidad.

Por esta razón se abordará en este ensayo el Discurso de la dignidad del hombre de Giovanni Pico della Mirandola, pues en su escrito yacen ideas que han trascendido el tiempo y que aún nos dan señal de lo maravilloso que resulta el pensar en el sentido de la existencia humana, si es que existe fin alguno.

Es importante señalar que el contexto histórico en el que vio la luz este Discurso era de total dominio ideológico por parte de la escolástica cristiana, teniendo bajo su manto la mayor parte de Europa, así mismo hay que dejar en claro que la escolástica gestaba las únicas interpretaciones válidas para los autores antiguos. Sin embargo, el joven filósofo tuvo la osadía de sacar sus propias conclusiones, pues alude a que es sin duda de mente angosta quien se encierra en una sola escuela, sea ella la del Pórtico, sea la Academia^[1]. Se atreve a pensar por sí mismo y deja una puerta abierta a la independencia. Por tanto, este ensayo sólo pretende resaltar y valorar en la medida de lo posible las ideas contenidas en este discurso así como el amplio abanico de representaciones culturales que tenía impregnado el “Príncipe de la concordia”.

Sobre la osadía de Pico della Mirandola

El discurso de Pico della Mirandola sobre la dignidad del hombre fue la expresión más famosa del credo humanista, al cual aportó una interpretación filosófica nueva con base en la libertad que el hombre tenía de elegir su propio destino^[2]  y determinarse en cualquier criatura de la escala divina. El Discurso que ocupa nuestra atención comienza fusionando los escritos árabes con los griegos al hacer coincidir el mismo criterio en dos puntos históricos que podrían parecer muy distantes a simple vista; la convergencia es precisamente la maravilla con la que dos hombres hablan de su propia raza, un milagro cuando se le mira detenidamente. Y sin duda, el tercer hombre que comparte el pensamiento es el joven Giovanni, pero hay que hacer una precisión, pues a pesar de que ha llegado a la misma conclusión de maravilla por sus congéneres, el camino lo marca diferente, es decir, los argumentos para que exista tan grandiosa admiración por el hombre son de un origen aún más excelente que los izados por sus mentores. Y a continuación desecha los que hasta ese momento eran argumentos suficientes para declarar al hombre objeto de admiración, amasa una gran cantidad de ideas de muchos autores (incluidos libros sagrados) que aún retumban en el tiempo y que mantienen ese aire herético al atreverse a interpretar la palabra que Dios dio al hombre por medio de las escrituras divinas, y no conforme con el cuestionamiento a su sistema de creencias, también hace un sincretismo junto a las doctrinas de las que pudo mamar en sus viajes, pues Pico visitó las grandes bibliotecas de la vieja Europa asimilando las principales tradiciones de pensamiento de la antigüedad y el medievo.

Su curiosidad abarcaba también idiomas y el pensamiento árabe y hebreo y, como primer erudito occidental familiarizado con la cábala judía, intentó el influyente paso de reconciliar ésta con la teología cristiana y asociarla con la tradición platónica, pues hay que considerar que en la filosofía de Platón y de Aristóteles ocupan un lugar central el hombre y su alma, su excelencia y su felicidad última^[3], subyaciendo como hilo conductor en todos ellos la presencia humana con un carácter especial dentro del orden que visionan.

...