Discurso violencia

Hay historias que congelan el alma. Historias que nos hacen preguntar cómo es posible tanta brutalidad humana. Y la peor de todas  es la violación sexual

La historia a narrar inició hace más de 33 años, en marzo de 1984 llegaron a las localidades de Manta y Vilca (Huancavelica) miembros del Ejército peruano.

¿Cuál era su objetivo?

Contrarrestar las acciones terroristas de Sendero Luminoso en la zona, para lo que construyeron una base militar. Sin embargo, utilizaron ese espacio para cometer actos de tortura, violencia física y sexual en contra de los pobladores.

En este contexto, las violaciones sexuales eran comunes, debido al enorme poder político y al manto de impunidad que revestía a los militares, así como la excesiva permisividad por parte de sus mandos.

En estos pueblos, así como en otras ciudades de Perú, se violó sexualmente a muchas mujeres  una de ellas fue DELIA una adolescente de 16 años  que mediante amenazas y engaños fue víctima de una violación colectiva, abuso que fue programado por el coronel  fue éste quien ordenó al oficial Arturo llevar a cabo dicho abuso como estrategia militar en el periodo del conflicto armado.

Hasta la fecha, 4405 mujeres víctimas de violación sexual se han inscrito en el Registro Único de Víctimas (RUV) y 2963 han recibido una reparación únicamente económica. Ninguna ha obtenido justicia. Es por eso que afirmamos que se trató de una práctica sistemática.

¿REALMENTE QUE ES LA VIOLACIÓN SEXUAL A LA MUJER?

Su concepto es cambiante según la perspectiva desde la que se analice: ya sea jurídica, psicológica, tipo de sociedad y creencias culturales.

La real academia lo define como actitudes y comportamientos que realiza una persona sobre otra, sin su consentimiento o conocimiento y para su propia satisfacción sexual.

Entonces podemos decir que es un acto de poder, agresión, degradación, tortura y humillación por parte del hombre hacia la mujer.

Que va desde la amenaza al engaño la seducción a la humillación. Entonces podemos hablar de abuso siempre que el otro no quiera o sea engañado, ya que estamos hablando de un acto que pretende dominar, poseer, cosificar a la mujer a través de la sexualidad.

El agresor actúa con violencia, logrando que su víctima se sienta impotente de poder defenderse, desprotegida y humillada.

Otras veces, se vale de la confianza para que desde la cercanía de una relación afectiva, romper los límites de la intimidad estableciendo una relación confusa dando entrada a sus bajos instintos sexuales para terminar en el abuso.

Finalmente, nosotros como estudiantes de leyes y pronto egresados de esta universidad, tenemos que acabar con la cultura de la impunidad y hacer de la justicia una norma, sin excepciones, ante estos crímenes.

Propongamos leyes que realmente protejan a las víctimas de abuso sexual, mujeres y niños que perdieron todo desde la confianza hasta el amor propio.

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