Discusión de los textos La Globalización, Consecuencias Humanas de Zygmunt Bauman y La Inseguridad Social, ¿Qué es estar protegido? De Robert Castel
Enviado por Carlos Vargas Eguinoa • 10 de Diciembre de 2016 • Ensayo • 1.736 Palabras (7 Páginas) • 503 Visitas
Discusión de los textos La Globalización, Consecuencias Humanas de Zygmunt Bauman y La Inseguridad Social, ¿Qué es estar protegido? De Robert Castel
Por Carlos Vargas Eguinoa
Con respecto a la forma en que ha mutado el concepto de Estado desde la posguerra, la obra de Zygmunt Bauman, “La Globalización, Consecuencias Humanas”[1] da una mirada singular sobre el proceso de pulverización que ha sufrido el Estado como sujeto de soberanía.
Según G.H. von Wright citado por Bauman: “…parece que el Estado nacional se erosiona, o acaso se extingue. Las fuerzas que lo erosionan son transnacionales.”
En efecto, la hipótesis de Bauman es que hasta la caída del bloque comunista a fines de los 80, existía un “orden” en el mundo dado por el equilibrio entre las potencias mundiales. Este orden implicaba un “ejercer el control”. Todo lo que conocíamos estaba ubicado en algún lugar de este orden. Incluso países como la Argentina que pertenecían a la autodenominada “Tercera Posición”, también participaba de un orden: estaba en tierra de nadie. El mundo se presentaba y era entendido como una totalidad. Esta es la razón por la cuál, Argentina se mantuvo durante casi medio siglo incomunicada del resto del planeta.
La extinción de estados nacionales se manifiesta como una catástrofe natural pues en el escenario actual desaparece esa idea de totalidad y aparecen fuerzas dispersas y desiguales imposibles de detener. Es decir, que ya nadie controla el mundo.
Aparece así el concepto de globalización que representa, como dice Jowitt citado por Bauman, como el “nuevo desorden Mundial”. Este concepto reemplaza el de “universalidad”, un ideal que planteaba un orden universal: la creación de un control a nivel supranacional verdaderamente global.
De este modo, imponer un orden en una parte del mundo adquiere el significado de constituir un Estado dotado de la soberanía para realizar ese cometido. Según mi opinión, este parece ser la justificación a que EE.UU. se erija como gendarme del mundo. En ese sentido, la Doctrina de la Guerra Justa[2] surgida en el seno de una religión medularmente pacifista como es el cristianismo pero, a la vez, comprometida desde hace siglos en la tarea de defender Occidente de peligrosas amenazas se convierte entonces en la justificación para la Guerra Preventiva. Se cumple la confirmación temida por Kennedy de la instauración de una “Pax Americana”.[3]
De acuerdo a Bauman, Max Weber definió al Estado como la agencia que reclama el monopolio de los medios de coerción y su uso dentro del territorio soberano.
En ese sentido, la soberanía legislativa y ejecutiva del Estado moderno descansaba necesariamente sobre un “trípode” conformado por las soberanías militar, económica y cultural. Pero las tres patas del “trípode de soberanía” han sufrido roturas irreparables. Perdida la capacidad de equilibrar las cuentas, guiados solo por los intereses expresados políticamente por la población dentro de su área de soberanía, los Estados nacionales se convierten cada vez más en ejecutores y plenipotenciarios de fuerzas sobre las cuales no tienen la menor esperanza de ejercer algún control. El poder del “libre comercio”, incluso aceptado por la Declaración de Paris de 1999 de la Internacional Socialista, la movilidad territorial sin trabas del capital y las finanzas, permite que la “pata económica” se libere progresivamente de poder político. Al Estado no se le permite entrometerse en la vida económica. Ante cualquier intento de hacerlo, los mercados mundiales responden con medidas punitivas inmediatas y feroces. Aparece así una “extraterritorialidad del capital.
El mismo fenómeno ocurre con lo militar en cuanto el nuevo orden se somete al principio de bellum iustum de la “Pax Americana”. En lo cultural, el avance de las tecnologías de la información hace que las comunicaciones sean parte de un caos informativo.
Todos estos elementos necesariamente terminan con la fragmentación política de los Estados. La fragmentación política y la globalización económica son aliadas estrechas y conspiran juntas. De este modo, los límites territoriales y segregaciones de identidad que impone y promueve la globalización de los mercados y de la información convierten en fronteras reales en un juego de suma cero: la libertad de elección de algunos es el destino cruel de otros.
Según informes de la ONU presentados por Bauman, el proceso de concentración global de la riqueza es creciente y el abismo entre ricos y pobres lo es aun más.
En efecto, el fenómeno de globalización de la economía según Bauman tiene una característica particular: la tecnología permite crear riqueza en una realidad virtual de procesamiento de datos y asientos contables. La globalización, dice Bauman, le da a los extremadamente ricos nuevas oportunidades para ganar dinero de manera más rápida (y yo agrego…) y de manera más fácil. La creación de riqueza ya no necesita de la fabricación de cosas, el procesamiento de materiales, la creación de puestos de trabajo y la administración de personas. Todas estas cuestiones quedan para los sectores más pobres, confinados dentro de los límites territoriales de los Estados. Como dice Bauman, “las riquezas son globales, la miseria es local…”.
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