Doris Salcedo - Palacio de Justicia

La obra denominada “Noviembre 6 y 7 o sillas vacías del Palacio de Justicia” fue presentada en el año 2002 en el centro de Bogotá por Doris Salcedo, escultora colombiana quien a lo largo de su carrera ha basado sus obras en la situación política de nuestro país, caracterizando sus obras a través del uso de muebles (sillas, zapatos, mesas, camas, etc.) dándoles un matiz basados en tragedia, horror y actos relacionados con la violencia.

Así las cosas, la obra que nos ocupa tiene su soporte en los hechos ocurridos durante los días noviembre 6 y 7 de 1985 donde un grupo fuera de la ley como fue el movimiento M – 19, se tomó el Palacio de Justicia siendo este uno de los episodios más dramáticos de nuestro país ya que fueron 28 horas de horror y violencia los que fueron el cultivo de ideas para plasmar en su obra.

Doris plasmó su obra haciendo uso del espacio público con un mural ubicado en la Carrera Séptima en Bogotá donde según lo narra Camilo Jiménez Santofimio en un artículo del 24 de enero de 2014 (Revista Arcadia), los espectadores podían ver cómo iban apareciendo en total 280 sillas que descolgaban de las paredes del Palacio de Justicia.

Describe entonces, Jiménez Santofimio cómo a las 11:35 de la mañana, la hora del primer asesinato, apareció la primera silla. Luego vinieron un tras de otra que al parecer representan las horas en que murieron y expresa: “Cada una en el momento en que, según la investigación de Salcedo, había muerto una persona. Las sillas se desprendían hasta detenerse y parecían hacerlo solas, pues no era posible ver quién las sostenía. No hubo ruido: nunca cayeron para destrozarse y terminar en un reguero de palos rotos, astillas y puntillas. (…). Parecían flotar e insinuar una tragedia”.

Definitivamente con base en lo expuesto considero que la obra que fue exhibida durante 53 horas con el propósito de retroceder el tiempo para que quienes transitaban por ahí recordaran el horror vivido producto de un acto violento por parte del grupo guerrillero que costó la vida de mucha gente entre ellos honorables magistrados de las altas Cortes, frente a lo cual el Estado debió tomar acciones tendientes a recuperar el orden público.

Visto lo anterior, Jiménez Santofimio cita las palabras de Doris quien al parecer fue testigo de esos momentos de horror por encontrarse en la Biblioteca Luis Ángel Arango ubicado a escasos metros del Palacio de Justicia: “despertar el momento de contemplación silenciosa”, pero también dice que el “buen arte es político” y manifiesta Salcedo en otra entrevista que: “en ese momento supo que la violencia en el país había perdido todo límite”

Salcedo quizá busca con su obra que esos hechos no queden en la historia simplemente, sino que cada vida injustamente apagada por los miembros del M – 19 no queden en el olvido.

La obra de salcedo la hizo acreedora de reconocimientos internacionales en museos como el Guggenheim de Nueva York y tomando lo expresado en la Revista Semana se muestra como los hechos ocurridos en el Palacio de Justicia en ese noviembre de 1985 hicieron que poco a poco la realidad colombiana se fuera convirtiendo en el eje de su obra y sus piezas comenzaron a reflejar la brutalidad del poder, la fragilidad de la vida humana y la ausencia que conlleva la muerte.

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