EFICACIA ESCOLAR

LOS FACTORES DE EFICACIA ESCOLAR A PARTIR DE LA EXPERICIENCIA COMO DOCENTES

Como se analizó anteriormente, el termino “Eficacia” añadido al ámbito escolar dista mucho de referirse a una acción que consista en dar resultados relacionados con productividad, ya que estaríamos cayendo al significado de “eficiencia”, el cual en ocasiones nos hace pensar que representan lo mismo, sin embargo volviendo al factor educativo nos damos cuenta que aunque ambos términos están relacionados, el que a nosotros nos compete es el de la eficacia escolar pues es el que nos llevará a analizar de qué manera podemos explotar las capacidades y/o habilidades de nuestros alumnos al máximo y por supuesto equitativamente.

El conseguir la eficacia escolar no es tarea fácil, representa un gran reto para todo docente, así como para cada una de las personas que conforman una estructura educativa, ya que como se señaló antes, cada contexto escolar e incluso cada niño, trae consigo su propia problemática académica, su propia situación familiar, económica o cultural que el docente tiene que adecuar a un mismo programa académico que le exige proyectar de manera estandarizada “un buen resultado” escolar que avale su buen desempeño.

Supongo que para cualquier compañero maestro no es nada nuevo saber que: el trabajar en equipo sobre un propósito y una misma meta bien definida, compartir estrategias de aprendizaje con resultados significativos, propiciar un ambiente favorable de trabajo, contar con un liderazgo eficiente, así como mantener una comunicación efectiva son algunos de los factores principales para lograr la eficacia escolar.

Sin embargo, desde mi punto de vista muy personal uno de los factores primordiales para que una institución educativa logre la eficacia escolar es que el padre de familia trabaje a la par del maestro y del director de un determinado centro educativo, ya que son quienes refuerzan o dan continuidad en casa al trabajo que el maestro realizó por la mañana con el niño, o en su defecto, como a menudo ocurre en la actualidad, tiran por la borda los esfuerzos, en muchos casos, sobrehumanos que hace el docente o la escuela en general por obtener buenos resultados en el desempeño académico de su hijo.

Para concluir es necesario enfatizar que la eficacia escolar es una tarea que sólo se puede lograr en conjunto y a través de objetivos compartidos que involucren a maestros, alumnos, padres de familia y sobre todo a quienes están encargados del diseño de las políticas educativas, pues en ocasiones son los que menos conocen las condiciones o características de los individuos con que se trabajará dichos planes y programas y ante ello es poco lo que el resto de los involucrados puede hacer en favor de quienes más nos interesan: los alumnos.

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