EL ESTADO MEXICANO

EL ESTADO MEXICANO

Perspectiva personal de un estudiante de Seguridad Pública

Es para mí de llamar la atención la curiosa situación del nombre oficial de nuestro país: Estados Unidos Mexicanos; ya que comúnmente nos referimos a él como México. También causa en mi extrañamiento cuando escucho más comúnmente la descripción del titular del Ejecutivo Federal como el Presidente de la República; ya que aunque si bien nuestro país está conformado como una República [República (del latín RES PVBLICA, «la cosa pública, lo público»), en sentido amplio, es un sistema político que se fundamenta en el imperio de la ley (constitución) y la igualdad ante la ley como la forma de frenar los posibles abusos de las personas que tienen mayor poder, del gobierno y de las mayorías, con el objeto de proteger los derechos fundamentales y las libertades civiles de los ciudadanos, de los que no puede sustraerse nunca un gobierno legítimo. A su vez la república escoge a quienes han de gobernar mediante la representación de toda su estructura mediante el derecho a voto. El electorado constituye la raíz última de su legitimidad y soberanía. Muchas definiciones, como la de Encyclopædia Britannica de 1922, resaltan también la importancia de la autonomía y del Derecho (incluyendo los derechos humanos)1 como partes fundamentales para una república. No debe confundirse república con democracia, pues aluden a principios distintos, la república es el gobierno de la ley mientras que democracia significa el gobierno del pueblo , del griego, Dimokratía (Demos (Pueblo) y Kratos (Estado, refiriéndose a soberanía en este caso)], es hasta el Artículo 11 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en que se hace alusión al término y no para definir a México como tal sino para hacer ver que toda persona es libre de entrar al país bajo ciertas condiciones. Inclusive no es hasta más delante en que se habla del Presidente de la República.

Causa adicional de mi atención es el hecho de que México siendo y cumpliendo con los tres requisitos básicos para ser un Estado: Territorio, Población y Gobierno incluya en su propia nomenclatura y pluralizada la palabra Estados.

Pero tan solo causa extrañeza en mí, pero al analizar las definiciones y conceptos de Estado creo captar el origen del nombre de nuestro país y por supuesto la aplicabilidad, pues verdaderamente vivimos en un país (Estado) que es a su vez un conjunto de treinta y un Estados independientes y un Distrito Federal que ya durante mi vida en el mismo ha cambiado su contextura político administrativa y es prácticamente otro Estado además de Capital de la República Mexicana.

Pero analizando con más profundidad más aún me convenzo de que efectivamente vivimos en un Estado y al menos de manera teórica o en su normatividad fundamental en un Estado de Derecho, que es tan solo una variante descriptiva.

Pero ¿Por qué anoto con tal facilidad que México es un Estado?

Simplemente porque nuestro país cuenta con un territorio claramente marcado, que incluye lo que se denomina aguas territoriales, así como el espacio aéreo (que llega hasta las inmediaciones de la estratósfera del planeta proyectando las masas de tierra y agua anteriormente mencionadas hasta los límites con lo que consideramos espacio exterior.

También cuenta con población, es decir un grupo de personas que habitamos y nos desarrollamos en ese territorio, y por supuesto cuenta con un gobierno plenamente establecido.

Ahora bien, supongo será de interés el incluir las razones del nombre oficial de México y su inclusión de las palabras Estados Unidos.

La respuesta es clara y contundente los treinta y un Estados (y el Distrito Federal) que componen nuestro país (Estado), es decir México, también cuentan con las tres características necesarias para ser considerados Estados; y sí, también independientes y con territorio, población y gobierno individuales además del federal, claro conjuntados, unidos o asociados por medio de un Pacto Federal firmado en su momento por los representantes de cada uno de ellos.

Otra característica que no podemos desatender es la división de poderes en los distintos niveles de gobierno, aunque hablando del Estado Mexicano, nos interesa por supuesto la división que se hace a nivel federal en tres grandes y fundamentales poderes: El Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.

La división del poder supremo en los tres poderes señalados debería ser como una balanza que mantuviera el equilibrio entre las partes del gobierno, pues cada una tiene funciones específicas que ayudarían a controlar a las otras dos. Con esto se pretende evitar que un gobernante abuse de su poder y tome decisiones que no favorezcan a la población. En nuestro país, el representante del poder Ejecutivo, el Presidente de la República, es quien tiene, de hecho, mayor poder en la toma de decisiones.

De acuerdo con la Constitución Mexicana, el gobierno de México, además de dividirse en tres poderes, debe cumplir tres características principales:

• Ser democrático,

• Representativo y

• Federal (artículo 40° constitucional).

Democrático, porque todos los miembros de la sociedad mexicana podemos participar en la elección y decidir libremente y sin presiones de ningún tipo, a los que serán nuestros gobernantes. Ellos, a su vez, tienen la obligación de gobernar de acuerdo con nuestros intereses y además informarnos acerca de sus acciones. En esta forma de gobierno la autoridad la tiene el pueblo y se basa en la idea de que en nuestro país debe haber libertad, igualdad, respeto a la ley, progreso para la población, respeto a las garantías individuales, sucesión periódica de los gobernantes y existencia de partidos políticos, entre otros principios.

Representativo, porque la autoridad no la podemos ejercer los más de 115 millones de personas que habitamos en México (Datos de 2012). Por esa razón, elegimos a algunas personas como los diputados, los senadores y demás funcionarios gubernamentales para que nos representen y ejerzan la autoridad en beneficio del pueblo, que fue quien los eligió. Lo ideal sería que todos los ciudadanos participaran directamente en las discusiones y soluciones de los diferentes problemas de la sociedad. Pero ante el crecimiento de la ciudadanía y las dificultades que representaría la intervención de todos, es necesario

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