EL MARCO LEGAL Y NORMATIVO PARA LAS MYPES Y SU EFECTO EN LA ALTA TASA DE INFORMALIDAD EN EL PERÚ

EL MARCO LEGAL Y NORMATIVO PARA LAS MYPES Y SU EFECTO EN LA ALTA TASA DE INFORMALIDAD EN EL PERÚ

Aaron Sebastian Mendoza Perez

PROBLEMA

En el Perú, según estudios del INEI se registra poco más de un 70% de informalidad en el trabajo. Esta significativa cantidad es representada por pequeña y micro empresas (Mype), las cuales operan al margen del marco legal y normativo. Sin embargo, el problema no radica en la forma sino en el fondo, gran parte de las Mypes, optan por efectuar sus operaciones en la informalidad debido a un análisis del costo-beneficio. En este sentido, como señala Ghersi (1991) la formalidad genera un costo perjudicial al empresario en lugar de darle apoyo para lograr mejorar su eficiencia. Al respecto, Loayza (2008) afirma:

 “La formalidad involucra costos tanto en términos de ingresar a este sector –largos, complejos y costosos procesos de inscripción y registro– como en términos de permanecer dentro del mismo –pago de impuestos, cumplir las normas referidas a beneficios laborales y remuneraciones, manejo ambiental, salud, entre otros.” (p.8)

La legislación y fiscalización la que estarían sometidas estas empresas en el caso de que decidan pertenecer al sector formal es opresora y no muestra beneficiosos mayores a los costos que involucra estar dentro de ella pues los servicios ofrecidos por el gobierno no son de gran calidad (seguridad, sistema judicial, etcétera) además de los altos índices de corrupción y la poco confianza que esto genera en los ciudadanos con respecto al Estado.

Cuando las personas veamos que nuestros impuestos se orientan a mejorar la seguridad, el tráfico, los servicios básicos, como agua potable, educación y salud, entonces muchos que son informales optarán por formalizarse. El problema es que nadie ve resultados de los impuestos. Los ciudadanos respondemos a incentivos, pues tomamos decisiones porque pensamos que con el resultado de las mismas estaremos mejor que antes. (Parodi, 2018)

Por otro lado, uno de los perjuicios de la informalidad es que no les está permitido (o es una tarea muy difícil) acceder a grandes financiamientos. Este hecho ralentiza o, hasta en muchas ocasiones, estanca su crecimiento. Es por este motivo que las empresas informales con bajo capital no logran un óptimo desarrollo al no poder costear la formalidad ni su contraparte.

Si este problema no se gestiona correctamente la tasa de informalidad permanecerá en el mismo porcentaje y no se mostrará un crecimiento significativo en la economía peruana. “El sector informal opera, entonces, más allá de la regulación. De esta manera evita los costos, pero también pierde las oportunidades de incorporarse plenamente al proceso de modernización” (Tokman, 2001, p.166). Así, las microempresas funcionan en un nivel de equilibrio a bajo ingreso y con escasas posibilidades de crecer (Tokman, 2001) Con el fin de evitar ello e impulsar el crecimiento una opción es “la adaptación de los requisitos de formalización para acercarlos a las posibilidades reales que tienen los informales. Esto puede referirse especialmente a los costos que importa cumplir con la legalidad, a los procedimientos y a los mecanismos de formalización.” (Tokman, 2001, p.167).

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