EL MIEDO A LO DESCONOCIDO COMO BASE DE LA DISCRIMINACIÓN

¿Por qué le tememos a un bosque oscuro?

EL MIEDO A LO DESCONOCIDO COMO BASE DE LA DISCRIMINACIÓN

Para comenzar el presente ensayo me gustaría entregar algunos elementos de contexto histórico.

Retrocedamos a la época del siglo pasado (y nada asegura que no siga sucediendo actualmente),  personas discapacitadas física o mentalmente eran escondidas por sus mismas familias, puesto que era una vergüenza el hecho de haber procreado a un ser anormal. En décadas anteriores se veía un bajo porcentaje de seres humanos “anormales” en las calles, como consecuencia de un encubrimiento cruel a sus propios familiares. Con cierta frecuencia se leía en los periódicos casos dramáticos, como la niña que fue criada en un gallinero en la zona rural de Centroamérica, y que imitaba los movimientos y sonidos de las aves de corral.

Pero si nos adentramos en el siglo 21, se puede observar que algo de esto ha cambiado. Actualmente hay hogares, centros de rehabilitación, fundaciones y una serie de centros y personas que están dispuestas a ayudar a discapacitados, es más, dedican su vida entera para lograr el bienestar de aquellos que no son capaces de valerse por sí mismos.

Existen variadas posturas en cuanto a este tema. Por un lado, algunos creen que ayudar a estas personas es lo más digno y correcto de hacer, puesto que ellas no están en condiciones de coexistir sin alguien a su lado que los acompañe.

Pero, por otro lado, al llevar a hechos concretos estas buenas intenciones que la mayoría declara, se constata que la inclusión de personas con discapacidades ha sido muy lenta y no es una prioridad de las políticas públicas. Es decir, en la práctica, las personas tienen poco interés en la inclusión, las personas con discapacidades mentales, por ejemplo, son vistas con recelo porque no se conocen sus códigos de conducta, y esa ‘ignorancia’ hace que aumente el resquemor ante lo desconocido. Tampoco hay un interés real en hacerlo. Es decir, en la práctica, no se los considera tan valiosos como personas ‘normales’, a pesar de los discursos que hablan de inclusión.

Yo concuerdo totalmente con la postura que afirma que la sociedad en la que vivimos le teme a la exclusión social por ser diferente a los demás, ya que es por el miedo existente, que las personas discriminan. Nadie desea ser discriminado por tener algún hijo discapacitado, por lo que hacer como si no existiera en algunos casos podría parecer la mejor solución.

Primero que nada, me gustaría señalar que el sólo hecho de que personas distintas al resto (ya sea por alguna deformidad, algún accidente que sufrieron o de que tengan alguna discapacidad mental) se escondan de la sociedad, ya sea tapándose la cara o simplemente no saliendo a la calle, claramente habla de lo discriminados que éstos se sienten al no poder mostrarse tal y como son al resto. Si no existiera la discriminación alrededor de todo el mundo, entonces no habría razón para que individuos con este tipo de problemas se sientan a gusto escondiéndose o no dejándose ver ante el escrutinio público. Claramente lo hacen porque así se sienten “a salvo”, alejados por completo de las burlas que suelen recibir día a día por su estado.

Como sustento a lo recién planteado, me referiré a la película “El orfanato”, de Juan Antonio Bayona.Warner Bros,2007.

En el film, el niño llamado Tomás se escondía bajo una máscara (casi una bolsa de basura/género), sólo por tener una deformidad en su cara (al parecer una quemadura que cubría gran parte del rostro) y no era digno de mostrarse así según da a entender la película. Esto se puede explicar con “la teoría del antifaz psicológico” de Jung, ya que “el complejo de la máscara, es el resultado de la interacción entre el individuo y el ambiente en el cuál se desempeña”. La teoría explica literalmente que “se usa la Máscara para esconder, defender y proteger la intimidad ya sea de manera consciente o inconsciente. Esta tiene la tarea de defender al individuo como un escudo protector en la vida social”. En el caso de la película, esta máscara es palpable, y pretende simbolizar esa realidad psicológica desde el punto de vista del discriminado: desearía tener esa máscara, no mostrarse, ser invisible.

Si bien hay muchos discapacitados que se esconden en sus hogares o tapan de alguna manera su ‘problema’ para no ser excluidos, también hay otros que son muy bien recibidos y no le temen a la opinión de los demás. La Teletón es un buen ejemplo al respecto, puesto que discapacitados se muestran tal y como son, siendo además ayudados por un país completo. En estas oportunidades, en las cuales se ve que la discriminación se dejó a un lado y fue reemplazada por ayuda y buenos tratos, ya no hay razón para que estos sujetos se escondan o sientan vergüenza por su estado. Al contrario, se constituyen en verdaderos héroes de superación.

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