EL OLVIDO QUE SEREMOS: UNA SOCIEDAD INTORELANTE E INDIVIDUALISTA

POLITÉCNICO COLOMBIANO JAIME ISAZA CADAVID

Ensayo sobre la novela El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince

Juan David Ortiz Uribe

Primer semestre Ingeniería Civil

Viviana Fernández

Junio 11 del 2017

Medellín Antioquía

EL OLVIDO QUE SEREMOS: UNA SOCIEDAD INTORELANTE E INDIVIDUALISTA

El olvido que seremos es una novela autobiográfica publicada en el año 2006 por el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, que básicamente trata sobre la vida de su padre Héctor Abad Gómez, de todo el amor, la conexión y la compaginación fuera de lo normal (para la época) que existía entre esa relación de padre e hijo. Además, en la obra también se puede apreciar los grandiosos aportes que Gómez le otorgo a la medicina preventiva y cómo lucho por la estabilidad de las personas con recursos bajos en la sociedad, trayéndole consigo consecuencias colosales como tener que refugiarse en otros países para mantenerse a salvo. Pero todos esos esfuerzos por conservar su vida fueron en vano; pues finalmente fue asesinado de una manera arbitraria.

El libro está ambientado en el contexto colombiano del siglo XX, en el cual se disputaba una guerra que pareció ser eterna, una guerra bipartidista entre los liberales y los conservadores que dejó tantas masacres, muertes, miles de desaparecidos, millones de desplazados, violaciones, secuestros, incontables tragedias personales y tantas familias en luto que por culpa de la violencia indiscriminada perdieron algún ser querido,  familiar o vecino, que luchaba por el bienestar, la tranquilidad y la igualdad de todos los individuos del pueblo colombiano. Es aquí donde comienza el protagonismo de Héctor Abad Gómez, pues gracias a su incansable e insaciable sed de justicia, entró a ser parte de esa incalculable lista de crímenes impunes, por simplemente pensar y actuar diferente.

En contraste con lo anterior, Gómez fue un médico salubrista, político, periodista, escritor y profesor universitario nacido en Jericó Antioquia; que defendió hasta el último día de su existencia los derechos humanos de las clases sociales más bajas y menos favorecidas. Además, fue una de las pocas personas que, con gran osadía, lanzaba fuertes pronunciamientos sobre las paupérrimas y miserables condiciones de vida de los grupos marginados (mencionados anteriormente) en Colombia.

Un ejemplo de sus obras sociales más populares que cambiaron abismalmente el subsistir de las personas en Medellín Antioquía, fue lograr la pasteurización de la leche y la potabilización del agua; pues muchas de las enfermedades y muertes en la época eran causadas por el inexistente tratamiento que le daban a estos productos.

Con referencia en lo anterior y como lo menciona Faciolince en su libro, su padre lo llevaba eventualmente a visitar los barrios más miserables de Medellín “… Al llegar, reunían a los líderes del barrio, y mi papá les comunicaba las propuestas de trabajo comunitario que se les hacían para mejorar sus condiciones de vida… Yo debía de tener cinco o seis años y mi papá me medía con los niños de mi edad, o incluso con los mayores, para demostrarles a los líderes del barrio que algunos de sus hijos estaban flacos, muy bajitos, desnutridos, y así no iban a poder estudiar bien… ” (Faciolice, 2006, pág. 41) El doctor Gómez no hacía esto con la intención de degradar o herir susceptibilidades. Todo lo contrario, lo que él buscaba era crear conciencia e incentivarlos a reaccionar. Pero esta no era su única intención, pues muchas veces él también llevaba a sus estudiantes de la universidad para que ayudaran y aprendieran al mismo tiempo “…la medicina no se aprende solamente en los hospitales y en los laboratorios, viendo pacientes y estudiando células, sino también en la calle, en los barrios, dándonos cuenta de por qué y de qué se enferman las personas…” (Faciolice, 2006, pág. 48)

Es evidente entonces, que debido a su manera de trabajar, y sosteniendo siempre con argumentos sólidos que la medicina preventiva salvaba más vidas que la medicina curativa individual, se creó muchos enemigos y no sólo en el campo de la salud; sino que en general, su método de labor no era visto con buenos ojos en la ciudad. Sus colegas decían que para hacer lo que Gómez ejercía, no se necesitaba tener un título o un diploma, pues para ellos la medicina sólo consistía en tratar enfermos en sus consultorios privados, diagnosticar y recetar medicamentos que no todas las personas tenían la facilidad de adquirir. En esos precisos instantes es cuando se convierte en el blanco de varias organizaciones armadas,  jerarcas de la iglesia, terratenientes y políticos, que veían en sus ideas mansas una amenaza contra los valores sociales y religiosos de la sociedad antioqueña tradicional; teniendo como resultado la deplorable y nefasta tragedia que todos ya conocemos: ser asesinado a manos de criminales sin remordimiento y temor alguno.

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