EL PLACER DE VIAJAR EN TAXI

Un taxista, no es solo un chofer de autos para el ámbito urbano. Además de manejar, muchos desean cumplir el papel de psicólogo y pueden hablar sin parar durante largos periodos de tiempo. Unos cuentan historias, otros sacan conclusiones, hacen diagnósticos sobre la base de un estudio de campo y muchas cosas más.También están los que escuchan tus problemas. Los que conocen la ciudad de punta a punta y los que no tienen la menor idea de como llegar al Estadio Nacional. Están los enojados, los que no te quieren dar cambio, los que piden permiso formal para fumar (como si uno pudiera atraverse a decir cuánto le molesta el humo) y los que no tienen aire acondicionado en verano. Pero todo se compensa con los que se esfuerzan por esquivar huecos en el asfalto para poder llevarte a tiempo cuando estás realmente apurado. Viajar en taxi es una experiencia relajante y cargada de emociones.

Tal vez lo mágico esté situado en la comodidad y en el transporte de puerta a puerta. El taxista es un personaje caricaturesco, muchas veces amable pero, sobretodo, amante e imitador número 1 de la película "2 fast 2 fourious". La adrenalina que provoca viajar en taxi no es comparable por ninguna otra experiencia de viaje en transporte público y es que, este pintoresco carrito amarillo con negro, ha sabido ganarse el cariño del público y se ha convertido en el mejor amigo del trabajador irresponsable que se escuda en el conocido dicho lavoe "No es que yo llegue tarde, ustedes llegan muy temprano".

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