EL TRISTE PRECIO DEL DESARROLLO ECONOMICO
Enviado por Kevin Grijalva Brito • 15 de Mayo de 2016 • Ensayo • 2.076 Palabras (9 Páginas) • 298 Visitas
EL TRISTE PRECIO DEL DESARROLLO ECONOMICO
Autor: Kevin Francisco Grijalva Brito
El medio ambiente y el desarrollo son conceptos que actualmente no se miran por separado dentro del contexto de la economía; aunque esto no siempre ha sido así, pues hasta la entrada de la segunda mitad del siglo pasado lo ambiental y el desarrollo se percibían como dos temas sin la más mínima relación entre si y como tal eran abarcados.
A partir de la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo comienza a concebirse como crecimiento económico, orientándose hacia el logro de un acelerado desarrollo industrial y tecnológico; a este paradigma de desarrollo se le llamó “desarrollista”, el mismo ha traído consigo negativas consecuencias para la humanidad relacionadas con el incremento del deterioro de las condiciones ambientales del planeta y los diferentes sistemas biofísicos y sociales que lo constituyen; lo cual ha desencadenado la llamada crisis ambiental.
Hasta la década de los setenta, el problema del deterioro del medio ambiente era percibido en el mundo como un problema fundamentalmente de contaminación física al que se le deberían dar soluciones técnicas y no se relacionaba con los problemas de desarrollo.
“En 1972, en Estocolmo (Suecia), se reconoció la interrelación y el conflicto entre medio ambiente y desarrollo y se concluyó que la restricción era de carácter técnico. Es decir, si bien ciertos recursos eran limitados y podían agotarse, para que esto no frenase el crecimiento la alternativa era tecnológica. La evolución en los arreglos tecnológicos debería aportar la solución mediante sustitución de factores productivos” (Germán Sánchez Pérez, 2002).
Aunque 20 años después, en la reunión “La cumbre de la Tierra” de las Naciones Unidas, en Rio de Janeiro (Brasil), se reconoció mundialmente la relación entre medio ambiente y desarrollo. Y que el desarrollo sostenible es un objetivo deseable, que para lograrlo se debe superar la pobreza absoluta en que vive más de la mitad de los habitantes de la tierra, modificar los modelos de desarrollo de los países industrializados y modificar los estilos de vida imperantes en los países desarrollados. De igual manera en esta conferencia se reconoció la problemática entre medio ambiente y desarrollo superaba lo técnico y que, por lo tanto, el deterioro del medio ambiente tiene implicaciones sociales, políticas y necesariamente económicas. Es por estas razones que los problemas ambientales relacionados al desarrollo económico y social están siendo desde hace algunas décadas tomados en cuenta cada vez más. El sistema de producción actual ha conducido a una situación crítica de la que no será fácil salir. Hasta el momento las soluciones han venido de la mano de cambios tecnológicos, de sanciones, de normativas más estrictas, de establecer impuestos a quien contamine o de subsidios e incentivos a quien elabore productos verdes o amigables con el medio ambiente.
Todas estas medidas han tenido un éxito relativo, mas lo cierto es que la situación ambiental del planeta es cada vez peor e irreversible; ya que para nadie es un secreto que el mundo actual enfrenta una serie de problemas ambientales que parecen perfilar una catástrofe; podemos observar fenómenos como el cambio climático que comprometen los niveles productivos, el deterioro de la capa de ozono, día a día la biodiversidad mundial disminuye y estamos conduciendo a las pocas especies que utilizamos a patrones de agotamiento genético y también se puede ver que los suelos fértiles y la cubierta vegetal pierden terreno. Cada año, por ejemplo, se desertifican 7 millones de hectáreas en el planeta; y esto no es todo, pues el agua potable cada vez es más escasa y los desechos peligrosos se depositan en lugares inadecuados, ocasionando con ello enormes problemas de salud a nivel general.
La causa mayor del deterioro continuo del medio ambiente a nivel global es el insostenible modelo de producción y consumo, particularmente en los países industrializados. En tanto que en los países en desarrollo la pobreza y la degradación ambiental están estrechamente interrelacionados.
Si tales modelos resultan ahora insostenibles es porque se evidencia la imposibilidad de seguir manteniendo unos estilos de desarrollo que se han basado históricamente en la explotación del medio ambiente, en general, y del ser humano y regiones vecinas del sistema mundial, en particular.
A partir de todos estos aspectos nacen los siguientes interrogantes ¿Es la contaminación el precio inevitable del desarrollo? ¿Tiene que soportar esta generación una tragedia ambiental en beneficio de las generaciones futuras? Para muchas personas, la respuesta es “sí” ya que día a día se observan las historias presentadas por los distintos medios de difusión, principalmente por los noticieros nacionales e internacionales y a traves de estas se puede inferir la idea de que el control de la contaminación se ajusta a las economías industriales. La realidad es que los hechos recientes demuestran que muchos países en desarrollo están venciendo la lucha contra la contaminación industrial. Encontrando que las fábricas son ahora más inofensivas para el medio ambiente con respecto a 10 años atrás y el total de emisiones ha comenzado a disminuir en zonas donde la actividad industrial sigue aumentando rápidamente. Los países en desarrollo han comenzado a tomar medidas al respecto porque han decidido que los beneficios del control de la contaminación superan a los costos.
Al tomar conciencia de ello, muchos países iniciaron a adoptar planes innovadores los cuales han logrado el apoyo de las comunidades locales, los consumidores, los inversionistas y los responsables de reformar la política económica. Quienes contaminan, a su vez, están descubriendo que no hay lugar dónde esconderse y están demostrando que pueden reducir rápidamente la contaminación y seguir produciendo de manera rentable si las autoridades de regulación ofrecen los incentivos adecuados. La contaminación industrial continúa cobrando un alto precio en los países en desarrollo, pero ya no hay motivo para aceptarlo como el precio del progreso. Para lograr un desarrollo económico acorde con el medio ambiente, es necesaria una reducción de la opulencia y el despilfarro en los países desarrollados y una transformación radical de las estructuras económicas que conforman el orden mundial vigente.
A nivel personal observo el hecho de que la humanidad se ve enfrentada al reto de replantear los “modelos de desarrollo” basados exclusivamente en la idea de progreso, debido a que han ocasionado profundos deterioros que comprometen el futuro ambiental del planeta. Es necesario que la humanidad innove modelos de desarrollo económico que no comprometan el bienestar de las generaciones futuras.
Es más que evidente la interrelación entre la economía y los recursos naturales en cualquier parte del planeta. El medio natural, como componente de la base productiva, abastece a la actividad económica de bienes de consumo y recreativos. Como soporte físico de la producción, sirve de receptor de los desechos de las actividades productivas y de consumo. Y en términos biológicos, es el sustento de la vida misma.
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