EL hombre ha prestado atención considerable a su relación con el Universo

EL hombre ha prestado atención considerable a su relación con el Universo. El hombre primitivo concibió un universo personal, poblado de espíritus. A través de la historia humana el hombre ha sido un ser religioso que trata de resolver los problemas de un Universo gobernado, bien por espíritus o dioses, bien por un Dios supremo. Este tipo de pensamiento ha asignado los politeísmos, los monoteísmos y las teocracias; a formulado credos teológicos y ha devenido en amargas controversias eclesiásticas. Ha creado miedos, esperanza, fe, ideales sociales y una vida sacrificada.

Presidiendo de las necesidades religiosas, el hombre se ha esforzado por pensar en sus relaciones con todo el universo, animado e inanimado. Ha hecho de esto una filosofía. Ha tratado de reducir a unos cuantos conceptos amplios esta escurridiza vida universal, a la vez tangible e intangible. Ha buscado las premisas que permitan la explicación de su relación con el universo. Ha buscado la unidad en el cambio y el monismo en la multiplicidad. Ha proclamado que el ciego devenir es el que gobierna, o ha hallado un consuelo en la evolución creadora. Ha puesto al hombre en ápice de toda creación o ha afirmado que todo es vanidad. Como fuera, ha buscado significados finales en una interpretación tan insobornable como ha podido concebir.    

En la historia del pensamiento humano ha existido una preferencia pronunciada a suponer diferentes conexiones entre lo teórico y lo no teórico. Sucesivamente los más afamados pensadores e intelectuales relacionaron sus teorías con una “realidad superior”; esa supuesta realidad aprecia bajo supuestas máscaras diferentes o, dicho de otra manera, de historias diferentes, en las que se incluían disfraces conceptuales tales como divinidades protectoras, el reino celestial, la sabiduría monárquica, la ley natural, el espíritu popular, las leyes de la historia, entre muchas otras cosas.

EL hombre encara un mundo de complejos problemas. Como resultado, se haya perplejo más allá de toda descripción; a menudo su pensamiento desemboca en la confusión. Debido a que las personas de tipo promedio, por primera vez en la historia del mundo, empiezan a enfocar los problemas sociales, tienen derecho a toda la ayuda que se les pueda proporcionar.

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