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ENSAYO ANTROPOLÓGICO 1 INMIGRACIÓN Y REFUGIADOS: HACIA UNA SITUACIÓN MEJOR.


Enviado por   •  10 de Mayo de 2017  •  Ensayo  •  1.841 Palabras (8 Páginas)  •  250 Visitas

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ENSAYO ANTROPOLÓGICO 1

 INMIGRACIÓN Y REFUGIADOS: HACIA UNA SITUACIÓN MEJOR.

La delicada situación de las personas desplazadas por tantos y tantos lugares del mundo, unida a al cambio radical en cuanto a los ámbitos económico y social, ha dado lugar a un agrio “caldo de cultivo” trayendo como consecuencia violencia desmedida y la violación de los derechos humanos, provocando dichos desplazamientos de población a gran escala. Dichas personas, mundialmente conocidos como refugiados, se definen como “ser que huye de su país y no puede o quiere retornar a él por temor a ser perseguido a causa de su religión, nacionalidad, ideas políticas o pertenencia a determinado grupo social” (Definición obtenida de ACNUR: Agencia de la ONU para los Refugiados). Estas personas son producto del fracaso, del fracaso a la hora de resolver los conflictos y sus causas secundarias, bien sea la pobreza, el antagonismo o la intolerancia. En algunos casos, la estructura del Estado se desintegró y ha provocado una gigantesca migración de  población a través de fronteras internacionales. Además, una vez que llegan a los países de asilo, la gran mayoría desea reconstruir su vida allí, y detestarían un posible regreso al país de origen, independientemente de que se hubiere pacificado la situación. Esta situación ha venido ocurriendo años atrás, se mantiene en el presente, y en el futuro, lamentablemente, seguirá ocurriendo. La gran mayoría hace, hacemos, mejor dicho, oídos sordos ante dicha cuestión, pues por suerte no nos toca vivir esta humillante situación. Porque, ¿se imaginan  tener que emigrar de España e ir cual barco a la deriva, sin rumbo fijo y pasando necesidad? Pero cuando hablo de necesidad, no me refiero a que no haya señal en el teléfono móvil, lo cual suscita un problema en todos nosotros al no poder entablar conversaciones, en muchos casos innecesarias, con amigos, conocidos, redes sociales… Cuando hablo de necesidad, hago referencia a no tener qué echarse a la boca, a sufrir enfermedades, a no tener un techo donde dormir, y mil problemas adicionales que ponen en peligro lo más preciado de cada uno de nosotros: nuestra vida.

El problema no es nada fácil, y todo este entramado gira en torno a los derechos humanos, pues las causas fundamentales del exilio, como bien he expuesto antes, son debido a una violación de los mismos, que ya se ha producido o que se prevé que se produzca. Dentro de su amplio contenido, se incluye el derecho de asilo a los mismos. Este derecho, recogido en el artículo 14 de dicha Declaración, en la Convención de Ginebra e incluso, si hablamos de nuestro país, también en la Constitución Española, implica que “toda persona tiene derecho a buscar protección fuera de su país de origen o residencia y disfrutar de ella” (Definición obtenida de CEAR: Comisión Española de Ayuda al Refugiado”). No obstante, es obvio que hay diferencia entre la teoría y la práctica, y éste es buen caso para ello, pues cada vez está más amenazada la protección a los mismos, fundamentalmente por países industrializados, los cuales han implantado una gran cantidad de barreras físicas y administrativas con el fin de obstruir la llegada de personas que aspiran a encontrar un refugio en su territorio. Actualmente, es bien conocido el “Caso Trump”, del que más adelante hablaremos.

Igualmente, además del derecho de asilo, éstos también tienen derecho a regresar a su país de origen. Obviamente, tendrá lugar una vez pacificado el conflicto local. Sin embargo, en muchas ocasiones, se repatrían en circunstancias sumamente difíciles por razones como la expulsión del país de asilo, pues según la política propia del país concreto, no pueden establecerse por un tiempo indefinido, retirándole así el permiso de residencia. Otra razón de repatriación consiste en apalabrar  la garantía de su seguridad en su país de origen una vez que ya han regresado a su patria, no siendo cierto. Además, dentro del ámbito de países desarrollados, pretenden que los refugiados que desean volver a casa organicen su propia repatriación, sufragándola ellos mismos, asumiendo riesgos y complejidades que provoca una situación de encrucijada en la que, por una parte, desean no volver a casa, pero por otra,  en el país de asilo no se le ofrecen todas las oportunidades que el resto de ciudadanos. Y aquí llegamos a la materia que buscaba abordar, en torno a la cual gira todo este complejo asunto: ¿Favorecen o desfavorecen los refugiados el desarrollo económico, cultural y social del país de asilo?

El concepto “asilo”, definido como un “lugar privilegiado de refugio para los perseguidos” (Definición obtenida de la Real Academia Española), implica así un lugar agradable, donde las personas estuvieran fuera de peligro por persecuciones. Pero no ocurre como tal. Incluso estarían más desprotegidos que en sus países de origen. Así, es conveniente comentar acerca de dos situaciones que surgen de esta cuestión, una especie de clasificación visible de estos refugiados:

En primer lugar, refugiados que se les niega la entrada al país o que se les amenace con la expulsión, al sentir que éstos pondrían en peligro la estabilidad estatal. Al leer esto, resulta inevitable hacer mención al Sr. Donald Trump, del que previamente prometí comentar su programa llevado a cabo en cuanto a este ámbito. Este señor, recientemente llegado al poder del todopoderoso Estados Unidos, no está precisamente exento de protagonismo a nivel mundial, pues sus políticas manifestadas en todos los ámbitos  han chocado prácticamente en todo el planeta. Este ámbito que estamos tratando no ha sido menos, y también se ha pronunciado sobre el mismo, firmando una orden ejecutiva sobre medidas de escrutinio, pues su finalidad es mantener fuera del país a los terroristas islamistas radicales, prohibiendo así el acceso a siete países predominantemente musulmanes por un plazo de noventa días. Pero, analizando dicha medida, ¿son todas las personas cuya religión es musulmana radicales? Obviamente, la respuesta más lógica sea no. Pero tirando de historia se podría entender este rechazo absoluto, y es que el 11-S provocó un estruendo mundial, y nada menos que el ataque fue llevado a cabo contra la todopoderosa EEUU. Trump, catalogado de radical sin miramientos, directamente saldó dicho ataque con todos los ciudadanos de origen musulmán, traduciéndolo a la práctica.

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