ENSAYO Instituciones Juveniles En Puerto Rico Y Su Proceso De Rehabilitación

La Institución Juvenil de Puerto Rico fue creada con el fin de proteger la seguridad pública del país, custodiando a menores incursos en faltas y proveyéndoles los servicios necesarios para que puedan adquirir las destrezas que requerirán para estudiar y ser autosuficientes luego de ser liberados. La ley establece que todo menor tiene derecho a recibir servicios o tratamientos individualizados que respondan a sus necesidades particulares y que le lleven a su eventual rehabilitación, respetando su dignidad y sus derechos civiles. La Administracion de Instituciones Juveniles se encarga de custodiar a los menores bajo su tutela, así como de establecer y mantener las medidas de seguridad que sean necesarias en las instituciones de custodia juvenil. Otra función importante de la agencia es facilitar el egreso de los menores a la libre comunidad y su reintegración familiar, colaborando para este fin con el Departamento de la Familia. Además, planifica, implante y evalúa actividades y servicios dirigidos a promover el desarrollo integral de los jóvenes y modificar su conducta antisocial. La agencia ofrece servicios de albergue, alimentación, vestimenta, educación, terapia de grupo e individual y recreación terapéutica activa y pasiva, junto a programas académicos vocacionales adecuados a las necesidades de los jóvenes.

La Administración de Instituciones Juveniles le sirve a menores en detención temprana, menores cumpliendo medidas dispositivas bajo custodia del Estado, menores de 14 y 15 años juzgados como adultos (sumariados y sentenciados) y a los familiares de éstos, supervisando a 16 Centros de Detención y Tratamiento y nueve Centros de Servicios Multifamiliares, con una cantidad promedio de 1,100 jóvenes.

Se supone que esa es la misión que tienen las Instituciones Juveniles en Puerto Rico pero sin embargo a medida que transcurre el tiempo en cuanto el menor transgresor le toca cumplir por su Falta es ahí cuando no se ven los resultados que se supone que se obtenga por medio de la Institución correspondiente del menor. Según el Fiscal General de los Estados Unidos de la División de Derechos Civiles (1991), determinó que a los jóvenes confinados en las facilidades de Administración de Instituciones Juveniles se les privaba de “derechos, privilegios e inmunidades asegurados por la Constitución de los Estados Unidos y por la ley federal reglamentaria”. Además señalo que en Puerto Rico, no existen alternativas de verdadera rehabilitación para los jóvenes transgresores y los menores que están condenados.

El problema muchas veces es que en sus vidas han estado ausentes las primeras experiencias que dan a un ser humano sentido de seguridad y afecto. Dentro de todo en las Instituciones tampoco encontraran lo que realmente necesitan para su rehabilitación pero si se les puede ayudar a recuperar parte de su Autoestima, cosa que la Administración no completa. Jóvenes transgresores o muchos de ellos jóvenes faltos de conocimiento, cariño, una persona a seguir, sin directrices a cumplir esos jóvenes son los que recaen una y otra vez en dichas Instituciones. Al no obtener el tratamiento adecuado para no reincidir a la delincuencia es ahí cuando vuelven a lo mismo.

El proceso de Rehabilitación en la Instituciones Juveniles en Puerto Rico prácticamente no funciona. Según Jesús González (2012), de cada tres jóvenes en las instituciones correccionales juveniles de Puerto Rico, uno reincide antes de llegar a la mayoría de edad. En tanto, se desconoce cuántos de los más de 28,000 confinados y participantes de programas de libertad a prueba o bajo palabra que hay en la Isla son reincidentes, habiendo delinquido por primera vez cuando eran menores de edad. Lo que sí se sabe es que los contribuyentes pagan unos $291 al día ($106,215 al año) por cada uno de los 550 jóvenes que se encuentran bajo la supervisión del Departamento de Corrección y Rehabilitación, dijo González

Según el titular del DCR (2012), los servicios a jóvenes se ofrecen en seis instalaciones ubicadas en Bayamón, Guayama, Guaynabo, Humacao, Ponce y Salinas. En promedio, tales complejos se construyeron hace 25 o 30 años, por lo que su deterioro afecta adversamente en el proceso de rehabilitación. Del total de todos los jóvenes transgresores bajo el Departamento de Corrección de Rehabilitación el 70% son desertores escolares, lo cual se concluye a primera instancia que lo que deberían tener como prioridad

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