EXPERIENCIAS RELACIONADAS CON LA MUERTE

EXPERIENCIAS RELACIONADAS CON LA MUERTE

EXPERIENCIA 1

“La tormenta de la noche pasada, ha terminado esta noche con una paz dorada” (Kubler,s.f.)

Era el año 2010, para ser exacto el 16 de noviembre, nos encontrábamos en el hospital “Los Ángeles” de la ciudad de Puebla. Yo tenía 9 años de edad cuando mi padre, Miguel Ángel González murió a causa de un coma diabético debido a los altos niveles de glucosa que presentaba.

Mi papá había sido diagnosticado años atrás con diabetes mellitus tipo 2, una enfermedad crónica en la que el cuerpo de la persona no produce suficiente insulina o es resistente a la insulina; dicha enfermedad había sido controlada hasta el mes de julio cuando comenzó a complicarse, llevando a mi papá a ser internado en el hospital para intentar controlar su enfermedad.

Recuerdo bien ese día en el que mi padre falleció, yo estaba con él cuando comenzó a tener delirios, y me contó que veía a mis abuelitos, ya fallecidos a su lado, y que a cada instante le susurraban “ya vámonos”, al terminar de contarme aquella visión, mi papá lentamente cerró los ojos y murió.

Convivir con mi padre en sus últimos momentos ha sido una de las experiencias más difíciles que he vivido, era un niño cuando mi papá falleció por lo que no comprendía muchas situaciones, como el hecho de que mi papá sufría mucho cuando los médicos intervenían para mantenerlo un poco más con vida.

Fueron tiempos muy difíciles en mi familia, y creo firmemente que la muerte de un ser querido jamás se supera, a la persona se le sigue recordando con cariño todos los días. Sin embargo, no podemos estancarnos en ese acontecimiento tan triste, debemos seguir adelante. Hoy, a 9 años de su fallecimiento, aquel momento en el que hablé con él por última vez sigue vigente en mi memoria y lo guardo como un recuerdo muy feliz, porque sé que estuve con él hasta el final.

EXPERIENCIA 2

Mi bisabuelita, la señora Heriberta González, padeció de artritis ya que no se cuidaba de una forma adecuada, conforme pasaron los años esta enfermedad le afectó la rodilla dejándola en silla de ruedas hasta los últimos días de su vida.

Recuerdo que era un 19 de noviembre, mi bisabuela se puso muy grave, fue trasladada al seguro social y no la atendieron de la manera correcta, terminaron por dañarle su estómago con una endoscopía pensando que padecía de gastritis.

El 20 de diciembre del 2014, ella estuvo a punto de morir, de nuevo fue trasladada al hospital general de Orizaba, después comenzó a vomitar sangre, su vida estaba terminando.

Al estar cuidándola pude observar algunos cambios en ella, puesto que ya no reconocía a sus hijos o familiares cercanos y su piel cambió por completo, ya que se parecía a la de un bebé recién nacido, afortunadamente pudo recuperarse y la dieron de alta el 4 de enero del 2015.

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