Educación Infantil <3 !

En toda América Latina, paulatinamente ha ido mejorando la situación de la primera infancia. Los principales indicadores sobre situación familiar, salud y nutrición de los niños evidencian estos avances, aunque también se observa que la distancia entre la distribución de la riqueza aumenta progresivamente afectando la equidad de oportunidades. A modo de ejemplo, cabe considerar que la distancia entre el 20% de los más pobres y los más ricos era de una relación de 30 a 1 en 1960 y de 82 a 1 en 1995.1

En el plano de la educación inicial2 se estima la cobertura de atención actual en un 28% de la población de 0 a 6 años, existiendo entre los países una diversidad de ofertas que van desde las alternativas comunitarias, donde se desempeñan madres-educadoras, hasta centros especialmente construidos que son atendidos por profesionales universitarios. La mayoría de ésta atención está focalizada en los niños que más lo requieren, aunque aún no se cubre la totalidad de estos sectores en sus distintos grupos etáreos. Sin embargo, a pesar de los limitados recursos con que se cuenta, en la Región se ha estado trabajando educacionalmente sostenidamente desde hace más de un siglo, para generar propuestas que resguarden factores de calidad importantes y que se sustenten en nuestras fortalezas.

La participación comunitaria y familiar, unida al apoyo técnico de profesionales quienes orientan sobre la calidad de las interacciones afectivas y últimamente con más énfasis cognitivo, más el empleo del medio natural y cultural de gran riqueza y variedad como recursos sustantivos, han pasado a ser las líneas centrales de nuestras propuestas educacionales, como se recoge en los Curriculos Nacionales que casi todos los países de la región han elaborado para este nivel

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