Educación y responsabilidad Accidentes de tránsito impactan vidas en Carabobo

Educación y responsabilidad

Accidentes de tránsito impactan vidas en Carabobo

Maria Estefanía Rosal nunca había sido partícipe de un evento de tal magnitud, dejándola inconsciente y con un miedo por enfrentar, la amaxofobia

Danielys Arevalo

Para el año 2018, Venezuela se encontraba en el puesto número 14 con la mayor tasa de mortalidad por accidentes de tránsito en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hasta entonces una cifra que no ha sido actualizada por parte de las entidades gubernamentales encargadas de recopilar datos y generar estadísticas de siniestros viales que ocurren en un determinado tiempo o perímetro. Entre ellas, el Instituto Nacional de Transporte Terrestre u organismos independientes como el Observatorio de Seguridad Vial.

A través de reportes realizados por el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) en sus registros históricos de los Anuarios de Mortalidad desde 1995 hasta  2013, los accidentes de tránsito de vehículos de motor ocupaban la quinta causa de  muerte a nivel nacional ocasionando hasta ese entonces un total de al menos 109.852 personas fallecidas.

En la actualidad, el gobernador del Estado Carabobo Rafael Lacava anunció el “Plan Rumildo”, orientado a crear conciencia en la ciudadanía en el cumplimiento de las normas y leyes de tránsito en la entidad, con el objetivo de reducir el creciente número de choques. Esto debido a que, según el artículo 2 del Código Penal de Venezuela, el desconocimiento de la ley no excusa el incumplimiento de los ciudadanos.

Una mañana cualquiera

El 14 de abril de 2022, Maria Estefanía Rosal de 29 años, salió de su casa ubicada en San Diego, con la intención de reunirse con sus amigos. El destino era una de las calles de servicio de la Avenida Boyacá, ubicada en la Avenida Bolívar Norte de Valencia. Antes de salir se colocó su cinturón y partió por la vía del distribuidor de la Variante.

Se suponía que antes de llegar a su dirección final debía pasar por una compañera que ocuparía el puesto de copiloto.  Sin embargo, sus planes fueron modificados debido a que alguien más se ocupó de ello. Por lo tanto, continuó con su trayecto pautado. Un hecho que si no hubiese ocurrido, aproximadamente a las 6:40 de la mañana, la mujer se retrasaría por el desvío y evitaría una fuerte colisión con un autobús a la altura del Polideportivo Misael Delgado ubicado en la adyacencia de la Avenida Bolívar

El impacto ocasionó que el vehículo fuera empujado por su puerta derecha, desde la esquina del Home Shopping Mall, hasta el supermercado San Diego. Una distancia de alrededor 12 metros que terminó hundiendo en su totalidad la parte frontal del carro, partió los vidrios y causó daños en el parachoque del transporte público, el cual se encontraba vacío, exceptuando al chofer.

Maria Rosal, que se encontraba en el interior de la camioneta Chevrolet Grand Vitara color azul, fue abatida y quedó inconsciente. Ella recibió golpes en la cabeza y rasguños causados por las pequeñas partituras de vidrio que rozaron con sus brazos y extremidades.

Fe del acontecimiento

Alrededor de tres o cuatro minutos luego del incidente, Alfonso Piñero quien también se dirigía hacia el encuentro social, detuvo su trayectoria al notar la fuerte colisión. Era su amiga de apellido Rosal, quien se encontraba tumbada boca abajo en la calle. “Como estaba en esa posición pensé que se había muerto” añadió el testigo.

En ese momento un funcionario de los bomberos pasó. Él fue el encargado de bajarla del vehículo, estabilizar su cuello con un collarín de tela y seguir todos los procedimientos de primeros auxilios. La ambulancia ya había sido solicitada; sin embargo, Piñero al percatarse de los signos vitales de la afectada, propuso meterla en su carro y llevarla directamente a la clínica. Justo en ese momento, los paramédicos llegaron al lugar de los sucesos.

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