Ejemplo de crónica sobre festividades de semana santa
Enviado por Lola Macias • 15 de Mayo de 2018 • Tarea • 1.682 Palabras (7 Páginas) • 244 Visitas
Ejemplo de crónica sobre festividades de semana santa
En la fresca mañana sabatina del 31 de Marzo se vislumbraba, justo a las 0637 horas, una plateada luna llena, la primera después del equinoccio de primavera, misma que marcaría el punto de partida en la cuenta regresiva para determinar la fecha en la que inician las celebraciones de cuaresma.
En estos cuarenta días, lo que la gente acostumbra a hacer es ‘vivir junto con Jesús’ su pasión. Esto se hace a través del ayuno, lo que no necesariamente significa evitar comer, sino comer menos (la iglesia marca como obligatorio este ayuno, menos para niños menores de 12 años y adultos mayores).
En este año, el inicio de estos cuarenta días de tiempo de guardar (como suelen llamarle también a este periodo), coincidió con la fecha en la que se celebra San Valentín, el 14 de Febrero, miércoles en el que se conmemora el llamado Miércoles de ceniza, en donde se acostumbra hacer una paraliturgia, es decir, una misa en donde no hay eucaristía, sino se impone la ceniza.
En este recorrido, mucha gente en la actualidad ha dejado de seguir al pie de la letra las costumbres originales de semana santa. La familia Manrique Cantú son una devota excepción a esta aseveración.
En este miércoles, la familia se levanta en la prematura mañana para tomar un desayuno muy ligero (como lo marca la iglesia), no sin antes hacer oración todos reunidos a la mesa, desde Jair, en la tierna edad de 7, hasta mamá Soila, con un poco más de 7 décadas de longevidad.
Para las 0900 horas, la parentela completa se encuentra ya en la iglesia Resurrección del señor para la imposición de la ceniza y la celebración de la palabra. Al salir, con una cruz gris en sus frentes, se dirigen todos a casa de la tía Rita para visitarla, quien los recibe con una comida de cuaresma, muy típica de ella. Dicha comida consiste en un caldo de bagre acompañado con espagueti a los tres quesos. Ella escoge este platillo cada año porque le gusta la combinación de lo típico de los mariscos en cuaresma con algo que no se acostumbra mucho en esta temporada, como lo es el espagueti.
Después de esta comida, platican largo y tendido sobre diversas anécdotas y se actualizan sobre las buenas nuevas que ocurrieron desde la última vez que se vieron. Al terminar, toman una muy controlada ración de la comida que la tía Rita les tenía preparada.
Juegan una larga y muy amena partida, entre chistes y risotadas, de lotería. Después de esta partida ponen algo de música tranquila y se salen al porche a conversar entre el fresco aire de las últimas horas de la tarde, alrededor de las 1800 horas.
Para aproximadamente las 2000 horas, se retiran a su casa. En el camino llegan a una tienda de autoservicio a comprar algo para la cena, lo cual consiste en una ensalada de verduras con aderezo ranch. En la tienda está todo repleto de promociones y ofertas en mariscos, vegetales, bebidas, pan y demás: rebajas de precio, 2x1, cupones, etc. Es curioso mencionar que incluso había algunos paquetes que consistían en pan y una botella de vino a un buen precio.
Afuera, en la calle, todo parecía normal. Los diversos puestos de comida –incluso la que no se debería comer en cuaresma- seguían sus actividades de comercio normales, algunos ocupados, otros abarrotados. Menos los tacos Don Rubén, quienes son vecinos y buenos amigos de los Manrique Rodríguez.
El dueño de esta taquería, tiene por costumbre de cuaresma sustituir sus tacos de carne por tacos de camarón y otros mariscos, los cuales son bastante populares en aquél sector de la colonia.
Al filo de las 2100 horas, la familia se encontraba ya haciendo oración, y posteriormente cenando. Después de eso, hicieron un poco de limpieza y se fueron a dormir.
El resto de los días transcurrió de manera normal, con las mismas reglas en cuanto a la comida y con tiempo de oración en cada día. Continuaban las visitas familiares, paseos en familia al parque de diversiones, a las albercas, cada quien iba a sus respectivos trabajos y escuelas, etc. Iban incluso a algunas reuniones con otros familiares y amigos, a algunas fiestas y salían mucho en familia, aprovechando que aún se les permitía hacer estas actividades.
El domingo 25 de marzo, la familia se dirigía a la misma iglesia a celebrar el Domingo de ramos. Afuera de la iglesia se observaban, casi aglomerados, los distintos puestos de vendedores de ramos. Lo bonito de esta vendimia, es que cada puestero es un artesano, por lo cual los ramos salen de lo convencional, siendo realmente elaborados y hermosos.
Al pequeño Jair le encantaba esto, ponerse a mirar todos los ramos detalladamente elaborados. Es por esto que a él siempre se le encomendaba la difícil decisión de escoger uno para cada quién.
Para las 1100 horas, la gente ya se hallaba dentro de Resurrección del señor para comenzar con la misa y posteriormente, la bendición de los ramos que cada quién se llevaría a su hogar.
En las 1100 horas del miércoles santo (28 de Marzo) la familia está de nuevo en la iglesia para la Misa del Miércoles Santo, día en el que se conmemora el lavatorio de los pies de Jesús a los apóstoles.
Lo peculiar aquí, es que al regresar a casa, papá le lava los pies a toda su familia, como fiel representación de este evento de aquella época. Después de esto, la familia entera hace oración y se dirigen a casa de la madrina Blanca, en la que también se reúnen las familias de las tías Rita, Nelly, Nora y Claudia y los tíos Javier y Arturo.
...