El Coronel No Tiene Quien Le Escriba, Relacionado Con Un Problema Social En Colombia

EL ESTADO, PILAR FUNDAMENTAL EN EL DESARROLLO DE LOS CIUDADANOS

(EL CORONEL NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA)

La última guerra civil había terminado hace (56) cincuenta y seis años, y el coronel, desde que se oficializó los términos, no hacía nada más que esperar la pensión pactada en el tratado de Neerlandia, en beneficio de los excombatientes. Mientras tanto el país se debatía en una guerra clandestina entre los liberales y los conservadores.

El título de la obra resume prácticamente el argumento de esta novela de Gabriel García Márquez, publicada en 1961. El coronel (su nombre y apellidos son desconocidos, pues el autor siempre lo llama "el coronel"), hombre de buena fe y bastante ingenuo, vive en su pueblo costero esperando recibir el aviso de que le han concedido la pensión a la que tiene derecho por haber servido en su juventud a las órdenes de Aureliano Buendía (que será uno de los personajes más recordados de Cien años de soledad).

La espera que viene desde hace quince años, durante los cuales el coronel no ha dejado de ir a contemplar todos los viernes la llegada de la lancha que trae el correo y la distribución del mismo, llevándose cada vez una decepción. Claramente podemos evidenciar una situación que a diario viven millones de colombianos, que prestan su servicio a la patria o que se aferran a una esperanza de alguna promesa burocrática que jamás se cumplirá.

Abandono es definido dentro de un contexto social como el desamparo, el descuido, la renuncia o el desinterés por algo; cuando el estado abandona a una persona o a un grupo de personas son evidentes los perjuicios que recaen en ese grupo de personas, debido a que prácticamente están olvidadas por la administración pública. Marginándose en un campo de acción laboral debido a la imposibilidad de una preparación universitaria o técnica; o por la sencilla razón de su avanzada edad, lo que le impide su vinculación a cualquier empresa.

Vivir en condiciones no dignas para la supervivencia de las personas hace ver que el estado no está haciendo las cosas de la mejor manera para garantizar los derechos estipulados dentro de un estado social de derecho como es el caso de Colombia, la vivienda, la comida, la vestimenta, entre otros, no son obligación directa del estado, pero si indirectamente; “El interior del cuartito de madera con techo de zinc estaba enrarecido por el vapor amoniacal del bacinete”, vivir en condiciones de esta magnitud solo hacen ver una deplorable ayuda del gobierno, el cual a pesar de ser una persona jurídica ficticia es representado por personas naturales que son elegidas por votación popular; las cuales deberían de encargarse a ayudar a personas que se encuentran en estas condiciones de necesidad como el coronel y su esposa.

Es claro que el Estado debe garantizar a sus ciudadanos el normal cumplimiento de sus DERECHOS FUNDAMENTALES (la vida, libertad, libertad de expresión) proclamados y estipulados en tratados, convenios y sobretodo en la CARTA POLITICA. Pero no está de más recordar que por dignificación humana el mismo estado debe velar por Derechos que aunque no estén plasmados en el Derecho Positivo como “fundamentales” son de primera necesidad para el bienestar de los ciudadanos y el desarrollo de un país; y estos son como el Derecho a obtener todos los servicios públicos, Derecho a una vivienda digna, Derecho a una pensión de supervivencia (no solo por haber prestado por durante un tiempo determinado un servicio al estado) si no que por el simple hecho de pertenecer a la tercera edad el gobierno debe manifestar la voluntad de proteger a este tipo de personas.

“El coronel concilió el sueño pero despertó un momento después alarmado por sus intestinos. Descubrió una gotera en algún lugar de la casa. Envuelto en una manta de lana hasta la cabeza trató de localizar la gotera en la oscuridad”. La vivienda no se encontraba en la mejor manera como lo observamos en estas y en las anteriores líneas; pero esta situación presentada en la obra

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