El Derecho Ambiental En Estados Unidos
Enviado por mariamasellis • 30 de Octubre de 2013 • 5.778 Palabras (24 Páginas) • 620 Visitas
El Derecho Ambiental en Estados Unidos
Por Ángel Fernández-Rubio Legrá*
«De este pueblo del Norte hay mucho que temer, y mucho que parece verdad y no lo es, y mucha forma de grandeza que está buena por dentro, como las esculturas de azúcar».
José Martí
El mundo enfrenta hoy múltiples y significativos problemas ambientales. Estos fenómenos se están produciendo motivados por los impactos impuestos de un planeta dinámico y están cruzándose los efectos de modelos de conflictos, pobreza y enfermedades.
Los cambios que tienen lugar son, en realidad, cambios entre las relaciones humanas y la naturaleza. Son actuales, profundos y se están acelerando. Estos cambios causados por el hombre al ambiente global requieren sociedades capaces de desarrollar múltiples respuestas creativas y estrategias de colaboración.
La Tierra es un sistema que la vida misma ayuda a controlar, donde intervienen procesos biológicos, físicos y químicos. El cambio global es mucho más que el cambio climático; es real, se está produciendo ya y se está acelerando. Las actividades humanas influyen significativamente de muchas formas en el sistema de la Tierra; son claramente identificables e iguales a las grandes fuerzas de la naturaleza en su extensión de impactos: sus magnitudes y niveles de cambio no tienen precedentes.
Para enfrentar los problemas del cambio global, la sociedad necesita normas sólidas y efectivas. Desde la antigüedad ha sido asunto de estudio político y filosófico la protección y conservación de los ecosistemas ambientales. Es necesaria la existencia de reglas de Derecho eficaces y eficientes, lo que explica su importancia creciente para resolver problemas políticos, económicos, sociales y culturales de la sociedad contemporánea.
El Derecho Ambiental es un instrumento que refleja e implementa la responsabilidad política de la sociedad hacia los problemas que afectan nuestro contorno ambiental.
Hoy día, dentro del cambio global, el cambio climático y el sistema terrestre, adquiere gran significación el estudio del Derecho Ambiental en Estados Unidos (EE.UU.), principal gobierno imperialista, guerrerista, hegemónico y violador de los derechos humanos.
Los pasos dados por EE.UU. para dar solución a los problemas ambientales han servido de base en la legislación de varios países desarrollados y subdesarrollados. Por lo general, su aplicación se ha realizado sin tener en cuenta las diferencias culturales, económicas y sociales existentes entre los Estados.
Si bien EE.UU. es considerado como el primer país que planteó erigir y consolidar una responsabilidad y una política ambiental, desde el punto de vista estrictamente ambiental su posición resulta paradójica y contradictoria. Su Gobierno ha suscrito menos instrumentos jurídicos internacionales que cualquier otro, y no es parte de instrumentos de alto perfil, como el Protocolo de Kyoto sobre el Cambio Climático (1997), el Convenio sobre Diversidad Biológica y su Protocolo sobre Bioseguridad (1992), el Convenio de Basilea sobre Movimientos Transfronterizos de Desechos Peligrosos y su Eliminación (1989), la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (1982), el Convenio sobre la Conservación de Especies Migratorias de Animales Silvestres (1979); y el Protocolo sobre la Protección de Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado (1986), entre otros que aunque los ha ratificado o se ha adherido a ellos, los viola regularmente.
Para el Gobierno de EE.UU., nada que pueda afectar los sagrados principios e intereses del comercio capitalista, de sus formas de propiedad y en especial de las acciones de las empresas transnacionales y sus bancos, pueden ser admitidos como base de los instrumentos jurídicos ambientales. Entre sus principales rasgos se encuentran los siguientes:
El Gobierno de EE.UU. es el que mayor contaminación global produce en todos los ecosistemas mundiales, incluyendo el espacio ultraterrestre y el territorio de su propio país.
La utilización de las guerras y los conflictos armados como elementos de política nacional e internacional para infundir el terror y el miedo entre los pueblos y gobiernos.
La protección del tráfico de armas, de drogas, de seres humanos, de biodiversidad y otros negocios ilícitos, los que utiliza como medio de compulsión y chantaje hacia otros pueblos, gobiernos y funcionarios.
En nombre de la democracia, la libertad y los derechos humanos, manipula organismos internacionales, gobiernos y funcionarios.
Utiliza la protección del medio ambiente como pretexto para intervenir en países, invadir territorios, producir nuevas armas, imponer tratados, entre otras acciones.
El empleo del Derecho Ambiental como instrumento político para justificar sus frecuentes y múltiples agresiones e intervenciones contra la naturaleza y la sociedad.
El no-derecho, la no-cultura, la corrupción y el soborno como herramientas permanentes para enervar los sentimientos patrióticos, éticos y morales de los pueblos.
Esbozo histórico del ambientalismo en EE.UU.
La supuesta preocupación del Gobierno de EE.UU. por el medio ambiente es producto del desarrollo y el crecimiento industrial desde finales del siglo xix. Los inmigrantes que llegaron procedentes de Europa comenzaron a residir en su territorio durante los siglos xvii, xviii y xix, le prestaron poca atención al ambientalismo y a la conservación de los recursos naturales existentes. Los suelos eran tan abundantes y ricos en recursos naturales que los primeros inmigrantes no se preocuparon originariamente por el uso y la adaptación del mundo que les rodeaba a las necesidades humanas.
En contrapeso al esfuerzo supremo de explotación de los recursos naturales que caracterizaron a los gobiernos de EE.UU. en el siglo xix, surgieron dos corrientes de pensamiento: el conservadurismo y el proteccionismo, cuyos movimientos trabajaron unidos para oponerse a todo tipo de explotación de las tierras públicas, unión que no duró mucho ante diferentes criterios sobre su utilidad y aprovechamiento.
A finales de los años sesenta del siglo xx, emergió una nueva fuerza político-social, con el nombre de «ambientalismo». En ese período los bienes materiales eran relativamente abundantes, y sirvió de estímulo a la calidad de vida. Se habían producido avances en la ciencia de la ecología, el estudio de las interrelaciones de los seres vivientes y el mundo natural; se había originado un gran incremento en el volumen y clases de contaminantes asociados, incluyendo los químicos, tóxicos y los pesticidas. Libros como Primavera silenciosa, de Rachel Carson (1962), y The Population Bomb, de Paul Ehrlich, llamaron la atención pública
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