El Desafió Costarricense
Enviado por fillo891 • 23 de Julio de 2012 • 1.023 Palabras (5 Páginas) • 377 Visitas
Mas allá de cuán animada haya resultado esta campaña electoral, no cabe duda de que ha acabado reflejando las tensiones de fondo que sufre la sociedad costarricense respecto de su gobernabilidad democrática. Algo sobre lo que conviene reflexionar más detenidamente.
Desde luego, una reflexión ponderada no debe partir de ese discurso que pintó Costa Rica de colores sombríos, presa de gravísimas enfermedades, que muchas veces resulta irreconocible. Un discurso que, en esta campaña, ha adoptado dos versiones. Una, más amplia y rotunda, que pone en cuestión el desarrollo nacional desde 1950: son “los 62 años de atraso, corrupción y alcahuetería” que repetía uno de los candidatos. Cabría preguntar si se estará hablando del mismo país que en esas seis décadas pasó de ser aquel donde los dos tercios de su población eran pobres (una pobreza de escaso gallopinto, pies descalzos y alta mortalidad infantil), a este otro, situado entre los países de alto desarrollo humano a nivel mundial, condición que solo comparte con Chile, Uruguay y Argentina, pero con una diferencia no menor: el funcionamiento estable del sistema democrático para todo el período.
Datos trucados. La otra versión de este discurso es más sofisticada. El desarrollo costarricense iba bien, hasta que la clase política, principalmente de Libe- ración Nacional, se corrompió y empezó a gobernar para unos pocos: son los últimos “veinte años de corrupción y retroceso social” que ha pregonado otro de los candidatos. En este caso se usan (trucados) datos estadísticos o simplemente se extrapolan problemas reales. Por ejemplo, se afirma que “en la última administración ha crecido la pobreza”, cuando eso solo sucedió en el último año, en buena media como efecto de la crisis mundial, mientras que en el conjunto del mandato gubernamental se logró romper el piso del 20% que pareció infranqueable en los últimos quince años.
Su versión sobre la corrupción también distorsiona el fenómeno: es cierto que en toda América Latina se ha gobernado con niveles de corrupción inaceptables, pero es falso que ahora haya menos control que antes en todos los países. Y en ese contexto, Costa Rica está a la cabeza de los que están sancionando con rigor: encausar a expresidentes no es prueba de aceptación de la corrupción, sino de todo lo contrario.
Examen de las causas. En suma, reconocer los problemas nacionales (económicos, sociales y de seguridad) no conduce a componer esa imagen de país caído en desgracia que propone el discurso sombrío, tanto en su versión grosera como en la más sofisticada. Pero la cuestión de fondo consiste en saber si ese discurso es una mera invención de líderes demagógicos y movidos por el rencor, o tiene alguna relación con un malestar social mucho más extendido. Hace unos días, Kevin Casas me comentaba que ya va siendo hora de que aceptemos lo segundo y examinemos a fondo sus causas.
En realidad, el malestar social se ha ido acumulando en ondas sucesivas. Una de ellas, principal, tuvo lugar al iniciarse los años ochenta, cuando la transición de la Costa Rica rural y tradicional a otra más urbana y moderna vio frustrados los réditos supuestos de la
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