El Devenir De Las Tareas Escolares Y La Emergencia De La Infancia Contemporánea: Una Arqueología Histórica En Colombia Entre 1968 Y 2006.

Las tareas escolares han sido estudiadas en Colombia como problemáticas por diferentes corrientes y modelos pedagógicos, una de las aproximaciones explica que para la tecnología instruccional, estas tareas representaron una herramienta para “influenciar la conducta del estudiante” por medio de aprendizajes impuestos con la intención de moldear al sujeto desde la edad escolar. Las tareas escolares han hecho parte de los dispositivos pedagógicos que intentan controlar el manejo del tiempo y el espacio en la infancia, dentro e incluso fuera del entorno escolar.

Las tareas escolares permiten a los educadores desarrollar hábitos de trabajo, orden y responsabilidad en los estudiantes, reforzando los aprendizajes y los contenidos trabajados en el espacio escolar, desarrollando también autonomía, capacidad de concentración y de esfuerzo.

En estos contextos y configuraciones escolares surge una infancia contemporánea, que crea un particular dispositivo de alianza históricamente entre la escuela y la familia.

Hacia los años sesenta las tareas escolares eran una carga compleja y excesiva, que se constituían como fuertes problemas en los estudiantes de la época, estas tareas no quedaban demarcadas en el ámbito escolar, sino que se extendían al entorno familiar y al espacio y tiempo en general del estudiante, estas exigencias afianzaban los conocimientos y permitían al docente dar cuenta de que tanto habían aprendido los alumnos de lo expuesto en clase, pero estas tareas extracurriculares eran complejas y no se articulaban con la edad y el proceso de aprendizaje del niño, además de las dificultades de acceso a fuentes documentales para desarrollar la labor; esta situación permitió que otros sectores comprometidos con la educación reconocieran las tareas extracurriculares como excesivas, que ocupaban todo el tiempo libre de los estudiantes y demandaban energía y dedicación intelectual totalmente, irrumpían con su propio desarrollo e inclusi con la tranquilidad familiar.

Para el ministro de educación Gabriel Betancourt Mejía, 1968, las tareas escolares generaban unas dinámicas en el ambiente familiar entorno a la solución e investigación de temas innecesarios, que no desarrollaban en el niño un sentido propio de investigación ni fortalecían los conocimientos, para ello el ministerio de educación propone una resolución que da cuenta de la preocupación por la proporcionalidad de las tareas que debían ser pensadas en relación con el desarrollo y la edad del niño, y el tiempo que debería ser proporcional y diferenciado del tiempo que pueda tomar un adulto desarrollando la misma actividad.

Las tareas escolares hacia los años setenta daban cuenta de la necesidad de más espacios de consulta como bibliotecas en colegios públicos y privados en general para que los estudiantes pudieran acceder a la información y cumplieran y desarrollar

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