El Ecuador, como país demócrata

 El Ecuador, como país demócrata,  ha comenzado una transición en la identidad política estribada   en las propuestas de reformas electorales, lo que ha conllevado a una crisis en el régimen electoral. Varios cuestionamientos han abierto un nuevo punto de debate que se basan en la legitimidad y el fortalecimiento de la democracia. El desasosiego con respecto al carácter  del voto ha ocasionado  el surgimiento de la siguiente incógnita; ¿En el Ecuador, el sufragio de personas  mayores a los 18 años debe de ser facultativo u obligatorio? Esto llevó a la apertura de nuevas posiciones que buscan garantizar la autonomía en este derecho.

La participación ciudadana en las decisiones del país  ayuda a fortalecer la democracia. El peso de este principio ha ocasionado que varios gobiernos tomen la decisión de transformarlo  en una acción obligatoria, cuyo objetivo recae en aumentar la participación ciudadana. Este hecho provocó el cuestionamiento de la dimensión más importante del voto: la normativa. Ministros y políticos han declarado que va en contra del concepto de libertad que se intenta propagar y estipulan que si el país reformara sus políticas y aceptara el “Voto Facultativo” aumentaría  la entidad democrática.  Otro argumento de mantener el voto obligatorio es la cohesión   con grupos de minoría, ya que se sostiene que la inclusión en la toma de decisiones ayuda formar una democracia más consolidada. Tomando en cuenta los niveles de abstención y los votos en blanco de las últimas elecciones se puede demostrar la insatisfacción  y  poca indagación,  el hecho que haya   mayores niveles de participación no aseguran una mayor densidad democrática. Para una participación política primero se debe de asegurar la entrega de instrumentos ineludibles  para que se dé una idea formada de los procesos que ocurren. El voto facultativo aborda este problema a través de la promoción y no de la coacción. La promoción del voto y  el conjunto de medidas de acción que propone representa un importante avance político que toma en cuenta las necesidades del votante.  Otro argumento esgrimido es la disolución del clientelismo, los votos comprados y la disminución de maquinaria partidaria de mayor peso.  Cabe recalcar que en ambas opciones se genera corruptela, pero en el caso de los votos facultativos representa un nuevo desafío a las élites políticas, ya que se tendría que dejar de lado al electorado cautivo.

Además que la implementación del voto facultativo es un catalizador  cuyo prisma reflejará una ideología pura del libre albedrío

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