El Fútbol como Instrumento para Minimizar la Discriminación Racial

El Futbol como Instrumento para Minimizar la Discriminación Racial

Hector Paulino

En nuestro país el fútbol es un deporte que involucra a la mayoría de peruanos. Hace poco se disputo la final de la Copa America, fenómeno en el que la población enalteció a la selección como un símbolo de nacionalismo y perseverancia. Dentro y fuera de la cancha, el Perú celebra a los mayores exponentes del futbol nacional, se identifican con ellos. Asimismo, es menester resaltar que el equipo es muestra innegable de la diversidad y mestizaje existente en el país, los jugadores en su mayoría son afro descendientes y provienen de estratos sociales bajos. Por otro lado,  el Perú es un país con gran diversidad cultural y étnica pero también presenta una de las más altas tasas de discriminación en Latinoamérica (Sulmont, 2015)^[1]. Para combatir este problema se ha legislado y se han realizado campañas de mediano impacto; no obstante, emplear un símbolo de orgullo nacional para acabar con la discriminación es una herramienta que aún no está siendo aprovechada oportunamente.

El Estado peruano y los organismos internacionales vienen realizando una labor considerable en materia de legislación y programas sociales que combaten este problema, por ejemplo, la defensoría viene supervisando entidades públicas en materia de discriminación y legislando para prohibir la discriminación en los espacios públicos. No obstante, el alcance de ello, aunque fundamental, no ha impactado de tal manera que la lucha contra la discriminación sea un grito unísono de todos los peruanos. Se puede prohibir la discriminación en el país, pero mientras no exista un sentimiento interno de identidad con figuras de rasgos indígenas y afro descendientes, la discriminación seguirá existiendo.

Cabe recalcar, que esta identificación no solo se refiere a una emoción efímera de orgullo porque se ha alcanzado un logro importante,  ganar una medalla internacional. Canalizar esfuerzos en promocionar la exaltación de figuras mestizas y afro descendientes del futbol como parte de la identidad nacional será útil para inclinar la balanza a favor de la igualdad de todos los peruanos.

La explicación de la gran importancia que ha alcanzado el fútbol como espectáculo deportivo es debido a la acción conjunta de tres aspectos de la vida moderna como producto de la globalización: el hecho de que el deporte ha cobrado fuerza como una de las principales fuentes de emoción agradable en el presente siglo, como uno de los principales medios de identificación colectiva y que ha llegado a constituirse en una de las claves que dan sentido a la vida de muchas personas (Dunning, 1992). Entonces, se entendería fútbol como un fenómeno mundial en el que se observa la llegada a la cúspide de líderes mestizos y afro descendientes. Ello impacta directamente en la jerarquización implícita existente en la sociedad que clasifica tu rol en comunidad a partir de criterios étnicos, culturales o fenotípicos.

La jerarquización antes mencionada pone en la cima de la pirámide a aquellos que pueden ser calificados como parte de la “raza blanca” (Santos, 2014). La sociedad a través de los procesos de socialización acepta tal situación y muchas veces se auto asigna o le es asignado un lugar en la sociedad según sus características étnicas. Según un estudio realizado por el Ministerio de Cultura,  el 31% de peruanos ha sufrido algún tipo de discriminación, esta cifra se incrementa en 10% al interior del país. El Perú sigue siendo un país donde la expresión “serrano”, “cholo” o “negro” es usada para referirse de forma despectiva alguien. En un contexto disgregado como este, el racismo se percibe comúnmente e incluso se interioriza como algo natural, siendo ejemplo la aceptación mayoritaria a la existencia de figuras ficticias cargadas de prejuicios en función a la etnicidad como el “negro mama” o la “paisana Jacinta” que siguen siendo presentados hacia el público televidente como parte del humor peruano.

Es interesante comprender como sucede el sistema de naturalización de estos prejuicios, para ello se debe señalar que los procesos de socialización tanto primaria como secundaria son determinantes, ya que muchas veces los prejuicios son insertados en el proceso de socialización primaria cuando los padres introducen al niño estereotipos que luego de ser repetitivos son aceptados como comunes, o en el proceso de socialización secundaria cuando si no se refuerzan los prejuicios ya construidos, se incrustan nuevos como parte del conjunto de reglas del orden social que los rodea (Simmel, 2002).

...