El Inspector Somocursio
Enviado por 282828949494 • 30 de Agosto de 2011 • 615 Palabras (3 Páginas) • 576 Visitas
El inspector Somocursio vuelve a leer los archivos, hoy, 10 de octubre del 2010 se cumplían 4 años de la muerte de un antiguo colega (Ignacio Santamaría) y 5 de la muerte de la hija de su colega de nueve años (Sofía), y hasta ahora no podía encontrar el porque de ello, había revisado archivos, visto fotos, viajado al lugar de los hechos, hablado con testigos y nada, no entendía como su colega pudo morir de la nada , ni como su hija pudo haber caído a un acantilado.
La familia del inspector había desaparecida, viajado a Europa y no se volvió a saber nada de ellos, tenían miedo de las criticas, ya que el inspector Santamaría era muy conocido en el Perú, y su muerte causo gran impacto a la sociedad.
Un día como todos llego al Perú la sobrina de Santamaría, y la familia le había dado las llaves de la casa para que pudiera hospedarse ahí, cuando se entero de la llegada de aquella sobrina desconocida decidió irla a visitar y preguntarle si podría inspeccionar la casa por ultima ves, su mente le decía que era por las puras, ya había revisado todo un montón de veces y no encontraba ninguna prueba, pero su corazón le decía que ese día descubriría algo que no había visto antes.
Se encontró con la sobrina esa misma tarde, y mientras ella limpiaba la casa (a causa de que no había sido limpiado en 4 años) detrás de un librero la sobrina encontró una extraña puerta muy peculiar, y le aviso a Somocursio que estaba en el segundo piso.
La puerta necesito ser forcejeada, a causa de que no tenían la llave, y cuando lograron abrirlo lo que encontró fue fascinante, en todas las paredes estaba escrito el Nº 10 (Día en que nació y murió su hija) manuscritos del inspector Santamaría y cuando los comenzó a leer comprendió todo.
El inspector Santamaría persiguió al asesino de su hija durante semanas y semanas. Lo perseguía con el fin de matarlo. Era el asesino más cruel de toda esa ciudad, la sola idea de que había matado a su hija empujándola de un acantilado le daba escalofríos. Sabía todo de él. Había estudiado archivos suyos hasta el hartarse. El inspector Santamaría se privaba de comer, de beber y hasta de dormir. Lo único que hacía es buscar y buscar algún indicio que le revele su guarida. Un día como cualquier otro, descubrió su escondite. Su primera reacción fue de sorpresa, todos los indicios apuntaban a que estaba en esa misma habitación, en ese mismo lugar. Desesperado comenzó a golpear paredes, a patear el piso. Pero no lo encontraba por ningún lado. De repente, una idea se le cruzó por la cabeza – y si… ¿el criminal fuera ÉL? Todo coincidía el lugar, su descripción, ¡hasta su nombre!, ¡como podría haber sido tan tonto! ¡Él era el criminal! Comenzó a golpearse la cabeza fuertemente contra las paredes, debía hacerlo, debía matarse. Por el bien de la sociedad, el inspector Santamaría salio de
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