El Manantial Masacrado
Enviado por Ariel150798 • 2 de Noviembre de 2014 • 443 Palabras (2 Páginas) • 425 Visitas
En marzo del 2011, un grupo armado arribó en camionetas al municipio de Allende, secuestró a cerca de 300 personas; después las torturó, asesinó e incineró. Nadie se atrevió a enfrentarlo, ni siquiera las autoridades. ¿Por qué mi las autoridades de ese municipio ni de algunos otros alrededores pudieron realizar algo al respecto para evitar o controlar esto?
Allende, ubicado al sur del río Bravo, en Coahuila. El caso fue una venganza de Miguel Ángel Treviño Morales, el "Z-40", ex líder de Los Zetas. Fue alrededor de las 17:30 horas; los sujetos encapuchados cubrieron los accesos y entraron a las casas para sacar a los abuelos, padres, hijos, amigos e incluso ex trabajadores de dos cabecillas del grupo, quienes supuestamente habían traicionado a la organización y huido a Estados Unidos.
El Gobierno estatal puso en marcha la investigación, en donde se señala a lo que se enfrentan por el tiempo que ha pasado entre lo ocurrido y la intención de resolver un caso vivido en plena guerra contra el narco, cuando Felipe Calderón era el presidente de México, y Humberto Moreira, gobernador de Coahuila.
¿Por qué los Zetas habían podido arrasar con un pueblo a lo largo de casi un mes, sin que ninguna autoridad local, estatal, federal, ni militar les hubiera puesto un alto? Moreira justificó, diciendo que “no podía hacer nada".
Al respecto, Reynaldo Tapia, alcalde de Allende, señaló: "primero se llevaban a la gente, luego a los dos o tres días, derribaban las paredes".
—¿Y qué hicieron con los que se llevaban?
—Los mataron.
—¿Y durante esos días, nadie denunció nada?
—Era una época muy difícil.
Nadie vino; ni la policía ni las autoridades. Había miedo, mucho miedo, eran gente muy mala", señala una vecina de Piedras Negras, quien, como muchos ciudadanos de esas tierras los nombra así y no como realmente se llaman: "Los Feos. Los Viejos. Los Malitos. Los Señores. La Última Letra. Ellos".
Es la semántica del miedo, asegura el diario. "Nadie llama por su nombre a Los Zetas Las autoridades locales prefieren hablar de ‘crimen organizado’, los periódicos eluden citarlos en los titulares. El terror está enraizado, como los nogales, en aguas profundas y laberínticas. Ríos de sangre lo explican".
A estas alturas, no hay una lista oficial de desaparecidos ni de muertos, no hay detenidos, ni siquiera se ha ofrecido un relato oficial pormenorizado de la tragedia.
Es el miedo, la impunidad y el terror profundo impuesto por Los Zetas, lo que sigue imperando en Allende.
Las autoridades no se atrevían a enfrentarlos ya que tanto ellos como todos los habitantes del municipio sabían que eran unas personas llenas de crímenes y con mucho poder, por lo cual no podían arriesgar sus vidas, ni la de sus familias.
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