El Negro Durazo Documental IPN

Reseña:

Arturo Durazo Moreno, conocido también como el Negro encabezo la dirección de policía y tránsito de la Ciudad de México a finales de los años 70, es la figura más representativa de la delincuencia institucional en México, ya que tenía control absoluto del crimen organizado y era temido por sus métodos violentos.

Al final de su sexenio, José González González, uno de sus más cercanos colaboradores, publico el libro “Lo negro del negro Durazo” donde expone la red de impunidad que incluía la extorsión, el robo, el narcotráfico, el asesinato selectivo e incluso las torturas de las que fue partícipe junto a Durazo.

Este libro tuvo un gran impacto en la opinión pública, aunado a la severa crisis económica que iniciaba en el país en ese momento, el negro Durazo se convirtió en el enemigo público número uno. En medio de un frenesí mediático, salió a la luz el enriquecimiento ilícito que lo llevo a acumular una riqueza desmedida.

Sus lujosas mansiones, sus colecciones de autos y de armas, todas sus extravagancias y lujos finalmente se hicieron públicas. También se puso en evidencia un estilo de vida sin límites, regido por su adicción al alcohol y a las drogas. Sin embargo, solo se sostienen ciertas acusaciones comprobables de las sórdidas declaraciones del libro, creando el mito de Durazo, que generó la imagen que perdura hasta el día de hoy.

Durazo era un hombre complejo, con rasgos de anarquismo, megalomanía y delirios de grandeza. Un símbolo de la demencia del poder y de la impunidad, pero al mismo tiempo un personaje venerado e incluso añorado por algunos. Durazo era comparado con criminales grandes, eso dejaba en claro que la corrupción había afectado ya de manera muy grave al país

Hijo de Jesús Durazo y Josefina Moreno, Arturo Durazo nació en Sonora en 1924. De niño, su familia emigró a la Ciudad de México en busca de oportunidades económicas y se establecieron en la colonia Roma. A sus 20 años de edad, trabajo en el Banco de México durante 4 años. En 1949, Durazo fue arrestado por el delito de robo, por el cual salió libre bajo fianza. A los 24 años, ingresó a la Academia de Policía para habilitarse como inspector de tránsito del Distrito Federal, posteriormente se convirtió en agente de la Dirección Federal de Seguridad, donde trabajo hasta ser ascendido a comandante de esa misma corporación.

El 29 de enero de 1976, Arturo Durazo fue acusado por tráfico de cocaína ante la Corte Federal del distrito de Miami Florida. Se expidió una orden para colocarlo en la lista de fugitivos de los Estados Unidos. El presidente López Portillo le pidió personalmente al presidente Gerald Ford desaparecer la orden de aprehensión, lo cual fue concedido.

El Sr. Durazo fue nombrado por el presidente General de División esto sin tomar en cuenta que previamente debió haber cursado una carrera militar para ello, por lo cual se dijo popularmente que el Presidente José López Portillo lo nombró "general de plumazo" y por decreto presidencial por este último, lo que en consecuencia provoco que se ganara la antipatía de muchos militares.

El negro Durazo formo su grupo de colaboradores cercanos, entre los cuales se encontraban varios que tenían antecedentes penales, se hacían llamar “Los Jaguares”. En este grupo abundaba la corrupción y el abuso de poder.

Para estas alturas, Durazo ya había acumulado una gran riqueza. Compro varios terrenos en el Ajusco para convertirlos en su chalet, el cual era enorme y ostentoso. Todo aquel que lo visitaba quedaba impresionado.

Aprovechándose de su puesto, el Negro laboro varios fraudes que afectaban a la policía: despedía policías sin darlos de baja y cobraba por un año entero sus sueldos; realizaba proyectos que no finalizaba y se embolsaba lo que quedaba del presupuesto; además, se apropiaba de materiales de construcción para obras públicas, autos, armas y equipo de contrabando. También, gracias a la práctica de las mordidas, Durazo recibía grandes cantidades de dinero. La cantidad total de dinero que recibió gracias a estas prácticas,

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