El Papel Del Ego En Las Dependencias

Querer exhibir el ejercicio de la voluntad, es hablar del ego, del yo en acto, del yo en acción. Y este ego, es el que va dibujando una identidad, una personalidad, la manera de ser y estar en la vida de una persona. Recordemos que estas reflexiones están enmarcadas en lo que son las dependencias dañinas, que detienen, deforman y degradan el crecimiento y desarrollo personal.

En este contexto, podríamos afirmar que un ego desproporcionado genera pensamientos y acciones cuya manifestación calificamos como egoísmo, egocentrismo y egolatría. Cuando decimos que alguien es egoísta es que observamos que nada más piensa en sí mismo. Filosóficamente podemos añadir que se trata del pensamiento que proclama una ética individualista, (como la que subyace en el neoliberalismo del que hablan los políticos), en donde el interés individual siempre es más importante que el de cualquier otro. Aquí, el mismo sujeto se convierte en su objeto moral, dicho de otra forma, aquél que solo es bueno para si mismo; por el contrario, en el altruismo, se considera la antítesis del egoísmo en cualquier ética, ya que privilegia el interés por los demás.

En el egocéntrico, se da una tendencia a considerar exclusivamente su opinión y sus intereses y la forma de concebir el mundo es sintiéndose centro del universo. Este tipo de individuos sólo valoran la realidad según la importancia que tiene para su "ego", para la afirmación de su "yo". Algunos especialistas consideran que "el egocentrismo puede persistir en aquellas personas incapaces de descentración (situarse en el lugar de otro), como los neuróticos, deficientes mentales o personas con retraso afectivo" y nosotros consideramos que las personas que ya desarrollaron una adicción o dependencia nociva a algo o a alguien, también tienen esta característica.

El ególatra es aquel que se adora a si mismo, que podemos traducirlo como el que exacerba la estima personal y posee un amor propio desmedido o sea que, tanto éste como los otros tienen en común la afirmación y sobre valoración del ego, del yo, de tal forma que siempre afecta sus relaciones personales, de manera que sus manifestaciones y actitudes en la mayoría de o casos se califican como de prepotencia, soberbia, orgullo y provocan expresiones como: "se cree mucho" o que "se siente la divina garza", etc.

En el caso de los dependientes a sustancias, el problema del ego siempre va ligado al poder personal, es decir al despliegue y manifestación de lo que estas personas sienten y creen sobre su potencial para ser, hacer, decir y tener en la vida, o más específicamente, de lo que quieren sentir y lo que quieren creer sobre ese potencial, ese poder, su voluntad. Decimos que van relacionados el ego y el poder personal, porque si aceptamos que nuestro ego se afirma generalmente cuando se nos reconoce alguna cualidad, capacidad, atributo, talento o destreza,

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