El Pensamiento Economico En America Latina
Enviado por 070995 • 28 de Mayo de 2014 • 2.898 Palabras (12 Páginas) • 453 Visitas
EL PENSAMIENTO ECONOMICO EN AMERICA LATINA
La definición de pensamiento económico tiene una perspectiva extremadamente amplia, pero nos basaremos entendiéndolo como enfoques teóricos, modelos, ideologías e hipótesis que solo pretender analizar y regular el comportamiento de la economía.
principalmente el pensamiento económico que usaremos teniendo en cuenta este sentido, que se da en corrientes de ideas que han tenido un fuerte atractivo y una fuerte influencia en los gobiernos Latinoamericanos, e importantes sectores sociales.
Esto se a vivenciado claramente a través del desarrollo de la sociedad, hacia un enfoque capitalista, que ha sí pueda sonar algo irónico, nos ha mostrado como los países de la región han tenido que ponerse de acuerdo en diferentes aspectos ya sean coyunturales o de largo plazo, para enfrentar la terrible incidencia de la avaricia imperialista, y su inherente afán por conquistar los mercados, ganar una gran influencia y apoderarse de nuestras fuentes de materias primas, dado el avance científico constantemente expansible que aumenta cada vez la productividad en la región las fronteras Latinas que cada vez se quedan más pequeñas para su explotaciones y ganancias, volviéndonos receptores del imperialismo y creando consecuencias en el sentido económico, político y social muchas veces catastróficas.
Después de las mundiales contiendas guerristas, los países Latino Americanos se enfocan en desarrollarse, pero dada su poca capacidad autócrata nace la cooperación fuertemente entre la región, ya que esta no tenía un gran impacto en los modelos colono imperialistas y socialistas. Que se da como una forma de abordar conjuntamente problemas y realizar acuerdos sin necesariamente tener una relación económica.
Pero referente a esta cooperación se manifiesta un gran problema, aunque obviamente la cooperación de países abarca una influencia social, político y cultural también se debe eliminar todo lo que tenga que ver con explotación y dominio de terceros a los intereses nacionales, pero en América Latina esto no fue así, con un pensamiento sumiso ante el imperialismo y la absorción del escenario llamado globalización, ha predominado el dominio y el interés de terceros en nuestros intereses.
Muchas veces se le echa la culpa a los pensamientos y políticas proteccionistas que estuvieron arraigados en la región que al perder fuerza dejaron una América Latina sumisa e inexperta ante el mundo, la cual fue aplastada sin consideración por el imperialismo.
El pensamiento más claro que se tiene en la región para enfrentar el subdesarrollo al que nos llevaron las supuestas cooperaciones que buscaban ayudarnos, es el de que por medio de un proceso de industrialización, desde adentro hacía el mundo se pueda crear y mantener un desarrollo homogéneo e igualitario que permita a América Latina ser uno de los principales participes del gran concierto económico internacional.
Como mencionamos anteriormente en un artículo sobre la industrialización, América Latina para poder enfrentar con entereza e inquebrantable solides los retos se debe primero pensar así misma, teniendo un pensamiento económico propio y que se adapte a nuestras necesidades particulares sin ser un receptor de intereses de terceros.
ESTRUCTURALISMO
El estructuralismo modifico en tres aspectos importantes el modelo ortodoxo de crecimiento económico con empleo pleno impulsado por la acumulación de capital. Uno fue la especificación del equilibrio macroeconómico. El segundo fue la caracterización de las relaciones microeconómicas subyacentes. El tercero fue la definición del papel del estado.
La novedad "macroeconómica" central fue la de prestar atención a las limitaciones impuestas por la disponibilidad de divisas. El acceso a las divisas, más que al ahorro interno, fue el factor crítico determinante del crecimiento económico de los países de la periferia. El sector manufacturero era considerado como el sector que incorpora tecnología avanzada y en proceso de avance. Las ventajas de una mayor productividad podían absorberse y hacerse independientes de la evolución adversa de los términos de intercambio; al contrario de las expectativas de las teorías clásicas basadas en los rendimientos decrecientes, se invocó la experiencia histórica para demostrar los términos de intercambio de productos primarios estaban deteriorándose en lugar mejorar.
A nivel "microeconómico”, el estructuralismo destacaba las discontinuidades e imperfecciones. El sector agropecuario fue señalado como un punto de estrangulamiento importante. Los precios relativos se consideraron ineficaces en la resignación de recursos, debido a la tenencia concentrada de la tierra y a la tecnología adoptada en respuesta a una mano de obra artificialmente barata atada a la tierra.
Estas condiciones macro y microeconómicas militaron a favor de una presencia fuerte del estado. Se pidió al estado que definiera y ejecutara activamente una estrategia económica, en lugar de aceptar la función pasiva preconizada por Adam Smith en La riqueza de las naciones. Esa fue una tercera desviación decisiva de la economía estructuralista. El desarrollo era consecuencia de la política, no una evolución natural.
EL MONETARISMO INTERNACIONAL
Es un redescubrimiento de los clásicos, en este caso, el mecanismo de flujo de especies de David Hume. En sus proposiciones fundamentales se subrayan las limitaciones impuestas por la integración a la economía mundial; en este sentido, hay una aceptación compartida con la teoría de la dependencia del papel clave de las interrelaciones internacionales. En su forma más simple, son suficientes tres posiciones. La primera es la ley de un precio; en todos los países los mismos bienes cuestan lo mismo (teniéndose en cuenta la pequeña barrera natural de los costos de transporte y la barrera no natural y potencialmente muy grande de las restricciones al comercio). Este es el supuesto de la paridad de poder adquisitivo: la tasa de inflación mundial más la depreciación del tipo de cambio. El segundo supuesto es la existencia de una relación estable entre la demanda de dinero y el ingreso. Esto asegura que los cambios en la oferta monetaria se reflejan en los gastos y la determinación de ingresos. La tercera ecuación necesaria para solucionar el modelo es una identidad monetaria: la oferta monetaria nacional es igual a la suma de las reservas internacionales y el crédito
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