El Petronio, festival cultural o comercial, ¿En qué quedamos?

Marvin Santiago Moreno Racines

COE II

Universidad Icesi

Texto argumentativo

El Petronio, festival cultural o comercial, ¿En qué quedamos?

Frases como” ¡Hay que ir a petroniar!”, personas utilizando turbantes, algunas agitando pañoletas, son cosas que veía a menudo durante las primeras semanas del mes de agosto. En las noticias se hablaba sobre el inicio del festival que lleva el nombre de Petronio Álvarez y todo lo que este ofrece en términos de ventas y actividades. No estaba muy enterado del tema porque nunca había ido a un festival como el Petronio, entonces me planteé preguntas como ¿Por qué es tan famoso un festival de una minoría? ¿Las personas saben realmente el origen y las razones de las expresiones culturales del evento?, entre otras. Con fundamento en esto, decidí buscar información sobre este festival y preguntar a distintos asistentes sobre sus razones para ir, en la mayoría la respuesta fue: “No. No lo sé, está de moda”. Así pues, se puede argumentar que el festival Petronio Álvarez ha perdido su propósito inicial.

Ahora bien, el Petronio Álvarez es un festival que se realiza en la ciudad de Cali cada año durante el mes de agosto y, este año fue su edición número 23. En este evento se presentan diferentes expresiones culturales que son propias de las poblaciones afro del Pacífico colombiano, y es organizado por la Alcaldía de Cali. Según la Organización Internacional para las Migraciones (2018) el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, desde el 1997 se hizo con el propósito de inclusión socio-cultural encaminado a la equidad y a la salvaguarda de la cultura del Pacífico colombiano, buscando dar a conocerla.

Sin embargo, en la actualidad, algunos expositores del festival se preocupan más por vender que por compartir el significado de su cultura. En otras palabras, la cultura parece haber quedado olvidada. Esto lo afirmo porque la mayoría de los puestos de muestra de productos artesanales y de bebidas de origen afro no están ocupados por las personas de escasos recursos de la comunidad afro, debido a que estos puestos tienen precios de $300.000 a $400.000, teniendo como consecuencia que los ocupantes de estos espacios sean empresarios, quienes en su mayoría tienen como principal fin el beneficio económico. Uno de los ejemplos más contundentes es el caso de Diego Ramos, que quiso vender viche (bebida alcohólica de tipo artesanal, importante en la cultura afro) pero no le concedieron el permiso porque su producción era industrial, después de este hecho Ramos interpuso una tutela a la Alcaldía de Cali y al Festival Petronio Álvarez pidiendo no permitieran bebidas alcohólicas en el festival (las2orillas, 2018). Esto demuestra que hay personas que tienen intenciones completamente diferentes a lo que busca el Petronio, que es salvaguardar la cultura.

En este sentido, los organizadores del Petronio no tienen como objetivo principal incentivar el conocimiento de las prácticas culturales. Se ha podido ver que la Alcaldía no está haciendo los estudios que deberían hacerse, no está buscando la manera de hacer que las personas conozcan la cultura y ni siquiera hay una mención a las personas que son las productoras de estas expresiones, ya que solo realiza estudios que son orientados hacia el consumo (Pazos, 2016). La Alcaldía está olvidando el propósito primordial del Petronio desde momento el en que sus acciones estén encaminadas a crear públicos más consumidores en vez de buscar públicos con mayor interés por comprender la cultura. No podremos esperar que el propósito con el que inició el Petronio se siga cumpliendo si uno de sus actores más importantes ya lo olvidó.

...