El Poder Politico
Enviado por Aries2529 • 23 de Julio de 2014 • 2.120 Palabras (9 Páginas) • 198 Visitas
Escribir sobre Venezuela en estado de agitación, se ha vuelto rutina para quienes somos estudiosos de su proceso político. Si algo hemos aprendido en estos 15 años de revolución chavista, es a convivir con la violencia, que en estos momentos, parece estar fuera de control para todos sus promotores: gobierno y oposición. Para comprender esta situación, es necesario partir del momento en que el Sr. Maduro sustituye [aunque no formalmente] al presidente Chávez, una vez que éste sale, de nuevo, hacia Cuba para seguir su tratamiento, el 8 de diciembre de 2012. Fue una situación muy difícil, en la que el principal argumento de la oposición fue la Constitución y el manejo gubernamental de la responsabilidad de ejercer el cargo, que no estaba muy claro, dado que el pronóstico sobre la condición de salud del presidente seguía siendo desconocido. Eso, por supuesto, llevó a una confrontación adicional entre Gobierno y Oposición, que cobró impulso una vez que el tiempo para que el presidente Chávez se Juramentara, el 10 de Enero de 2013, se cumplió y de acuerdo con la Constitución, tenía que decidirse si su ausencia sería a corto o largo plazo, que en este último caso requeriría que el Presidente de la Asamblea Nacional asumiera el cargo y convocara de inmediato una nueva elección presidencial en 30 días.
Sin embargo, el caso es que gracias a una decisión del Tribunal Supremo, el Sr. Maduro no sólo prestó juramento, [para ese momento era Vicepresidente Ejecutivo] sino también fue designado candidato, [como el presidente Chávez había dispuesto en su testamento televisado], para la nueva elección presidencial el 14 de abril de 2013. Si ha habido un episodio crítico en estos 15 años de chavismo, estas elecciones presidenciales de 2013 fueron un punto destacado. Había muy pocas esperanzas de un resultado positivo para la Oposición, considerando los resultados electorales del 07 de octubre de 2012, por lo que el optimismo no era el caso para una nueva candidatura opositora. Sería una muy corta campaña y el reciente fallecimiento de una figura tan fuerte como la de Hugo Chávez, dejaba pocas dudas sobre el inútil esfuerzo que significaría pensar en una victoria electoral, incluso con un candidato como Nicolás Maduro, quien se había desempeñado como Ministro de Exteriores en los últimos seis años.
Eso era más que suficiente para hacer que cualquiera desistiese de asumir el desafío que representaba la candidatura opositora, recomendación que recibió Henrique Capriles, candidato de la oposición frente al presidente Chávez, de no correr un riesgo que seguramente acabaría con su carrera política. No había mucho tiempo para pensarlo, y Capriles decidió desafiar al heredero elegido por el presidente Chávez. La participación fue significativa (en torno al 80 % de concurrencia), pero Maduro ganó con menos del 2% de diferencia y contra todo pronóstico, Capriles terminó con un mejor desempeño que el esperado, incluso a pesar de haber perdido. Hubo algunas denuncias de fraude en centros de votación y el candidato ejerció su derecho a disputar los resultados, dada la cantidad de pruebas acumuladas. La decisión del Tribunal Supremo no le fue favorable , y además fue multado, por haber “deshonrado“ al alto tribunal con la introducción de su petición . Esos no fueron los únicos reveses para Capriles, el más grave dentro de su propia coalición, que, por un lado estaba exigiendo una postura más dura ante el tribunal superior y el gobierno, y por el otro, su convicción de que un derramamiento de sangre no era el precio a pagar, que estaba seguro de que ganó las elecciones, pero el gobierno ejerció todo su poder para romper la voluntad del pueblo, y con ese pensamiento en mente, el camino estaba en construir una mayoría cada vez más grande y más fuerte, que no permitiera dudas de su condición de alternativa.
Esta posición trajo no poca frustración, no sólo en el electorado de la oposición, sino también dentro de la coalición conocida como la MUD (Mesa de la Unidad), que tiene sus propias diferencias y antagonismos, que fueron puestos de lado debido a la inesperada elección de abril y varios meses más tarde también, con las elecciones locales de diciembre de 2013. Los debates internos se congelaron hasta después de las elecciones, una vez conocidos los resultados [favorables al Gobierno], la lucha por los espacios de poder se desataron y sin elecciones en el panorama próximo, los distintos sectores de la MUD comenzaron el pulso para hacerse del control de la oposición, con duras críticas hacia el funcionamiento de la coalición y el liderazgo de Capriles.
Aunque hay varios lados, los dos más destacados son: por una parte, quienes favorecen una actitud más desafiante hacia el Gobierno y por la otra aquellos que privilegian una expansión de la oposición como alternativa, persuadiendo a los que están frustrados con la administración de Maduro, del legado heredado. Antes del 14 de abril estaba claro que Maduro no era Chávez, pero el chavismo estaba obligado a cumplir la última decisión política del Presidente. Su principal preocupación era, sin lugar a dudas, si Maduro tenía capacidad de hacer lo que fuera necesario para preservar ese legado. El problema fue que durante el interregno, Maduro se mostró, tal vez por primera vez, teniendo en cuenta que había estado sirviendo durante un largo periodo como ministro de Relaciones Exteriores, durante la cual tuvo poca oportunidad de exponerse. El panorama mostraba a un individuo incapaz de generar empatía que, definitivamente no era Chávez, ni siquiera cerca. La victoria estrecha y controvertida fue un adelanto de lo que prometía ser un período convulso y frágil.
No fueron pocos en la oposición los que consideraron la actitud de Capriles como cobarde y se convirtió en una causa más de fricción en la MUD. Había un sentimiento creciente en un segmento más radical de la oposición de que el comportamiento de Capriles estaba dando lugar a una especie de reconocimiento de la victoria de Maduro en las urnas. También se mezcló con la discusión en torno a la presunta ciudadanía colombiana de Maduro (que de ser cierto, lo inhabilitaría para el ejercicio de la presidencia). Se hizo cada vez más difícil para Capriles complacer a ambos lados, muy antagónicos y en medio de la lucha no muy silenciosa de las agendas para lograr la custodia del poder en la Oposición. Luego de las elecciones de diciembre, comenzó la disputa frontal por el control de la MUD. Todos estaban listos para una pelea que prometía no pocas
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