Poder Político

¿Y, QUÉ HAY DEL PODER POLÍTICO

DE NUESTRO SOBERANO PUEBLO?

Leidy Johanna Velásquez Montes

Estudiante de Derecho. Cuarto Semestre

Universidad de Caldas

Código 510910405

“Toda constitución presupone un poder constituyente.

El problema del titular del poder constituyente implica ascender

Al titular de la soberanía, ya que el soberano es el que tiene el atributo

De organizar políticamente a la sociedad”

Es bien sabido, por quienes en algo nos acercamos a la academia y por otros que sin mucho de esta pero sí de perspicacia y sentido común más un poco de interés, que materialmente en nuestro país el poder político no se encuentra en el pueblo, al menos no en ese pueblo que románticamente hemos creído como el gran conjunto de personas distintas al aparato estatal (entendiendo este como todos nuestros líderes representantes en las tres ramas del poder público), sin embargo, desde la teoría constitucional es otro cuento, y lo digo así porque realmente debemos saber en qué idioma estamos hablando, sí desde lo material o desde lo teórico, aun cuando cada teórico seguramente busque reflejar la realidad (vista como el aquí y el ahora del espacio temporal que dicha teoría abarque), por tanto, llegamos así a encontrarnos cómo desde la teoría, en este caso constitucional, por ejemplo el Dr. Jaime Araújo Rentería plantea incluso al detentador del poder constituyente como el detentador del poder político y este a su vez el de la soberanía, y termina por decir que es el pueblo. Desde esta simple enunciación podemos constatar una gran distancia entre lo material y lo teórico, no obstante lo que pretendo indicar es, después de tener clara esta distancia es bueno reconocer en los planteamientos teóricos rutas de acceso a estados de cosas más concienzudos y menos impulsivos, es decir, es una muy buena alternativa buscar expresar y acudir a las fuentes escritas para iluminar el devenir social, por esto, debemos fomentar el diálogo entre quienes escriben, quienes leen y quienes viven consciente y responsablemente su paso por esta historia.

Desde estas aclaraciones démosle un vistazo al poder político desde la teoría constitucional y busquemos encaminarla hacia su materialización como es debido, desde las mismas propuestas políticas como en nuestro caso, desde el Estado Social de Derecho.

Empecemos por referir el vínculo sugerido por dos personajes muy diferentes Carl Schmitt y el ya citado Dr. Jaime Araújo, pero que bien unen de igual modo, seguramente como muchos otros, los conceptos de poder y soberanía, en el caso de Carl Schmitt el poder efectivo; en esta oportunidad no ahondaremos en el concepto de soberanía mas sí podríamos plantear cómo Jean Bodean de una u otra manera al sugerir por ejemplo que en un sistema de gobierno donde se hace todo lo que el gobernante diga puede ser perfectamente un sistema donde el que gobierna es el pueblo en el caso de haber sido este el que le cede esa potestad al gobernante, considero que de esta manera, él también nos insinúa este fuerte vínculo, de modo tal, si queremos apuntarle a un pueblo que realmente sea soberano, estaremos buscando un pueblo detentador del poder político, o a la inversa, sí buscamos recuperar en el pueblo o más bien, no recuperar sino darle al pueblo el poder político, entonces estaremos propendiendo por su soberanía. En este punto se viene una invitación de un sinnúmero de temas atractivos al caso, como por ejemplo, el recordar el debate acerca de quién debe defender la constitución entre Carl Schmitt y Hans Kelsen, pues partiendo de seguir con estas afirmaciones donde no sólo se entrelazan poder político y soberanía sino también poder constituyente, se va vislumbrando lo complejo de esta discusión, pues muy seguramente no se pueda buscar una defensa igual de una constitución lograda por como lo dijo un teórico, que apeno no recordar su nombre, por los “factores reales de poder”, que una constitución alcanzada por el planteamiento, para mí, aún un poco idílico, por el poder soberano del pueblo, y lo digo un poco idílico, entre otras cosas, porque considero que difícilmente veremos a una sociedad dirigida desde un solo frente, pues aunque parezca que en la dinámica del conflicto social hay algún ganador y otro perdedor, como lo diría Aristóteles del origen de una mala constitución (la de los ganadores, constitución destinada al fracaso), en este supuesto de un ganador, pues sin conflicto de poderes no hay poder político, el ganador lo es sólo hasta el límite que el perdedor de una u otra manera le permite ejercer su victoria, pues como mínimo, deberá estar encartado en cuidarse de su latente adversario, y esto ya es un límite, así que, pensar materialmente en un pueblo soberano lo veo complicado, mas sí podemos seguir luchando por un pueblo vencedor, siendo esto aún muy difícil, pues nos detienen, por ejemplo en nuestro caso particular, las maquinarias fuertes de un sistema capitalista liberal que está tan metido en nuestras venas que nos movemos en él sin darnos cuenta como nos pasa con el respirar, no decidimos producir energía o eliminar dióxido de carbono al respirar pero necesitamos respirar, muchos no queremos apoyar este sistema, pero a la hora de comprar, por ejemplo, nos toca comprar lo barato, aquello que de antemano sabemos, ha sido muy posiblemente producido explotando a personas, como nosotros, al otro lado del charco, pero es el mismo sistema que nos tiene

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