El Principe
Enviado por erickpitt • 9 de Octubre de 2012 • 860 Palabras (4 Páginas) • 311 Visitas
Erick San Martin González- El príncipe Nicolás Maquiavelo
En esa época, el sistema de gobierno más común, era el de los señores feudales, llamados también príncipes en este libro Maquiavelo habla sobre, cada uno de las situaciones a las que se puede enfrentar un gobierno como este. Al principio, habla sobre todos los tipos de principados que puedan existir, como los nuevos, los hereditarios, los eclesiásticos, etc, se habla también sobre los tipos de ejércitos que puede haber, menciona también sobre las personas, por las cuales hay que cuidarse, y sobre las personas en las cuales hay que confiar, por supuesto todo lo que dice, lo apoya ilustrando con hechos históricos. La mayoría de estos hechos, que son usados como ejemplos, son situaciones ocurridas, la mayor parte, en Italia, España y Francia ocupa muchos ejemplos de situaciones actuales, habla sobre los reinos y sobre el reinado de Fernando de Aragón, los cuales eran contemporáneos.
Exclusivo para príncipes de la época, puede ser utilizado en cierta parte en la actualidad, ya que Maquiavelo se guía mucho, por la mente del hombre y como según él, reaccionaría en diversas situaciones, debido a que el hombre no ha reformado mucho su mente, hay muchas situaciones en que el hombre, actuaría igual a como actuaba hace siglos atrás. El poder considerado como uno de los ámbitos de realización del espíritu humano, y el fenómeno político visto como la expresión suprema de la existencia histórica que involucra todos los aspectos de la vida.
El Príncipe, él debe extraer las premisas necesarias para desenvolverse en un mundo cambiante. El éxito de un sobrano radica en tomarle el pulso a las situaciones, valorarlas y armonizar su conducta con la dinámica inseparable a ellas. Son las necesidades las que impondrán una respuesta. Y con ello Maquiavelo demuestra que los hombres se miden con el mundo y actúan sobre él. Premisa verdadera que había olvidado la Edad Media. Para Maquiavelo los fines políticos eran inseparables del bien común.
El bien del Estado no se subordina al bien del individuo o de la persona humana en ningún caso, y su fin se sitúa absolutamente por encima de todos los fines particulares por más sublimes que se consideren. El sentido de la vida y de la historia, no acaba para los hombres si ellos prosiguen en la tarea de perfeccionar la sociedad sobre bases racionales que los trasciendan más allá del simple plano individualista o de atomización social en el que viven dentro de las sociedades contemporáneas de finales del siglo XX. La permanente transformación de la política, puede ser el camino para la humanización del poder y la sociedad. La política es por tanto el arte de el príncipe o gobernante en cuanto tal. Y el príncipe, en cuanto conquistador y dueño del poder, en cuanto encarnación del Estado, está por principio (y no por accidente) exento de toda norma moral.
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