El Rey Tarantino y su reino

El Rey Tarantino y su reino

Érase una vez en un reino muy lejano había un Rey llamado Tarantino, este rey era querido por todo su pueblo; su reino era muy prospero, la economía era muy sólida, porque cultivaban todo tipo de alimentos, los cuales eran vendidos a muy buen precio en las aldeas y reinos cercanos; el Rey Tarantino a pesar de ser una persona muy querida por su familia y por su pueblo, era considerado una persona muy amargada, ya que, cuando algo le molestaba se enojaba y en algunos momentos podría llegar a ser grosero con las personas que lo rodeaban.

El Rey Tarantino, vivía muy feliz con la Reina Isabela, y sus dos hijos, el Príncipe Antonio, y la Princesa Letizia; ¿Qué les podía faltar? Tenían un pueblo que los amaba, vivían en medio de la belleza del bosque, su principal preocupación era dar ejemplo a todas las personas del pueblo, y esto no era solo para el Rey y la Reina, sino para los príncipes, que en algunos momentos tenían comportamientos que desagradaban a su pueblo.

Un día el príncipe Antonio fue muy grosero con la señora que se encargaba de cocinar en el castillo, y esto fue motivo de enojo, no solo para su padre el Rey, si no para todas las personas del reino, quienes ya se habían dado cuenta de lo caprichoso y grosero que podía llegar a ser el príncipe cuando no conseguía lo que quería. Pero bueno, no todo era tan malo, el príncipe era muy inteligente, excelente estudiante, al igual que la princesa Letizia; aunque es muy importante decir, que ella era amada y adorada por todas las personas del pueblo, porque era cariñosa, bondadosa y se caracterizaba por ayudar siempre a quienes lo necesitaban.

Un día cualquiera en el reino cayo una peste, la cual acabo con todos los cultivos, enfermo a la gran mayoría de los habitantes, dejando sin alimentos a todo el reino; el Rey Tarantino evidenciando esta difícil crisis por la que pasaba su pueblo, realizó prestamos a Reyes de otros reinos, trajo curanderos, médicos, y acudió a cuanta persona pudo para poder acabar con la peste que había caído sobre el reino, pero es preciso decir que todos sus intentos fueron en vano; ya que no hubo medicina, yerba, o remedio casero que pudiera curar la enfermedad que había acabo con los cultivos y que había enfermado a todo su pueblo.  

El Rey Tarantino estaba muy triste, su familia también había enfermado, su esposa quien era su mano derecha, su compañera fiel, y quien orientaba en cada decisión, estaba muy enferma. El Rey Tarantino pensó que no podía permitir que a su esposa e hijos les pasara algo, y tampoco a su pueblo, ya que gracias al trabajo realizado día a día por cada uno de sus habitantes el había tenido un reino muy prospero. Es por ello que Tarantino tomo la decisión de emprender nuevo rumbo, hablo con su esposa la Reina Isabela, y le dijo que se marcharía durante un tiempo a otro reino lejano para trabajar y poder conseguir una cura para la peste que asechaba su pueblo.

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